En los pasillos de la Universidad Tecnológica de Pereira, hay una historia que brilla con fuerza propia. Es la de Juliana Villada, estudiante del último semestre de la Licenciatura en Matemáticas y Física de la Facultad de Ciencias Básicas, quien ha convertido su camino académico en un testimonio de resiliencia, empatía y transformación.



Participó en el XI encuentro de prácticas pedagógicas que se realiza desde las facultades de Ciencias de la Educación y Bellas Artes y Humanidades y en esta ocasión con la participación de la facultad de Ciencias Básicas con sus programas de licenciaturas en diferentes disciplinas.
Juliana no solo se prepara para ser docente en áreas tradicionalmente exigentes como las matemáticas y la física; también es monitora, investigadora en formación y miembro activo del equipo Ondas Inclusivas, una iniciativa que busca derribar barreras para estudiantes en condición de discapacidad. “Queremos que los docentes no tengan temor de tener estudiantes con discapacidad en sus aulas”, afirma con convicción. “Que el estudiante se sienta cómodo, sea cual sea la carrera que escoja, y que pueda inspirar a más personas a acercarse a las ciencias”.
Sus prácticas académicas las realiza en la Institución Educativa Villa Santana, el mismo lugar donde cursó su bachillerato. Allí, Juliana ha encontrado un espacio de colaboración genuina con sus estudiantes. “Al principio tenía mucho temor, no sabía cómo me iban a recibir”, confiesa. Pero lo que encontró fue un grupo de niños con una empatía desbordante. “Ellos me ayudan a escribir en el tablero, me dictan los textos, describen lo que ven… entre ellos mismos hay colaboración. Aprendemos juntos”.
La discapacidad visual de Juliana, lejos de ser un obstáculo, se ha convertido en una oportunidad para que sus estudiantes exploren el valor de la empatía y el trabajo en equipo. “Han sido muy curiosos frente a mi condición, pero siempre con respeto. Esto ha sido una ayuda, no una barrera”, dice con una sonrisa
Un entorno que acompaña
Juliana no está sola en este camino. Cuenta con el respaldo de sus docentes y de su guía de prácticas, quienes han estado siempre dispuestos a apoyarla en la planeación y ejecución de sus clases. Este acompañamiento ha sido clave para que su experiencia como docente en formación sea exitosa y enriquecedora.
La historia de Juliana Villada no es solo la de una estudiante que vence obstáculos. Es la historia de una futura docente que transforma el aula en un espacio de inclusión, ciencia y humanidad. Su voz, su ejemplo y su compromiso son una invitación a repensar la educación desde la diversidad, y a entender que enseñar también es aprender a mirar con otros ojos.
Desde la Facultad de Ciencias Básicas de la UTP, Juliana nos recuerda que la ciencia no solo se escribe con fórmulas, sino también con actos de amor, respeto y colaboración. Y que el verdadero conocimiento se construye cuando todos, sin excepción, tienen un lugar en el aula.