Desde la Facultad de Ciencias Básicas de la Universidad Tecnológica de Pereira, se llevó a cabo el taller Mujeres Despiertas: Deconstruyendo las violencias a partir del ser, una iniciativa transformadora que reunió a mujeres de distintos contextos con un propósito común: comprender, sanar y empoderarse frente a las múltiples formas de violencia que enfrentan.

La Facultad a cargo del decano Juan Pablo Trujillo Lemus viene trabajando en varias iniciativas sobre la inclusión aportándole al pilar de Bienestar Institucional, Calidad de Vida e Inclusión en Contextos Universitarios del PDI UTP
El espacio fue liderado por Marisol Zuluaga Arrollave, abogada y coordinadora de la Veeduría Departamental para la Atención de la Violencia en Contra de la Mujer, junto al psicólogo Julio César Beltrán León, director del proyecto Jesús. Ambos ofrecieron una mirada integral sobre la violencia de género, no solo desde el marco legal y psicológico, sino también desde una perspectiva profundamente humana.
“Queremos que las mujeres despierten, que se reconozcan más allá del papel de víctimas. Este taller no solo informa sobre cómo activar la ruta de atención, sino que invita a mirar hacia adentro, a entender cómo la mente y el ego pueden perpetuar patrones de revictimización”, expresó Zuluaga Arrollave.
Durante la jornada, se abordaron temas como el funcionamiento del ego, la gestión emocional y la importancia de observar los propios pensamientos. Se planteó que muchas veces la violencia se sostiene en el tiempo no solo por factores externos, sino por la falta de herramientas internas para afrontarla. En ese sentido, el taller propuso un viaje introspectivo hacia la raíz de la violencia: la mente.
“La génesis de la violencia está en cómo pensamos, en cómo sentimos. Enseñar a gestionar las emociones es clave para que las mujeres desarrollen inteligencia emocional y puedan salir del rol de víctimas”, añadió Beltrán León.
El taller se convirtió en un espacio de reflexión, aprendizaje y sororidad. Más que una charla informativa, fue una experiencia vivencial que dejó sembrada la semilla del cambio en cada participante. Porque despertar, en este contexto, no es solo abrir los ojos: es abrir el alma, cuestionar lo aprendido y reconstruirse desde el ser.
Una jornada que reafirma que el conocimiento, cuando se acompaña de conciencia, puede ser el primer paso hacia la libertad.