Verónica González nació en Santa Marta, en un barrio donde la lluvia no solo mojaba las calles, sino que también traía consigo retos diarios. Desde muy joven se sintió atraída por la ciencia y el clima, temas que la inspiraban y le despertaban preguntas profundas sobre el mundo que la rodeaba.



Estudiar Física fue una decisión que tomó con el corazón, gracias a una beca del programa ‘Ser Pilo Paga’, que le permitió iniciar su formación profesional en la Universidad Industrial de Santander. Allí, su pasión por la enseñanza y la divulgación científica creció a través de su participación en un grupo de astronomía con el que desarrolló proyectos orientados a explicar el cambio climático en escuelas. Fue en ese proceso donde nació una inquietud que, con el tiempo, se transformó en su propósito: mejorar la alfabetización climática en la educación básica.
Una vez culminó su pregrado, la vida la llevó a Quimbaya, Quindío, para acompañar a su abuela, quien atravesaba un delicado estado de salud. Desde allí, y gracias a la modalidad virtual de la Especialización en Enseñanza de la Física de la Universidad Tecnológica de Pereira, logró continuar su formación sin alejarse de su entorno familiar. Esta experiencia reafirmó su vocación y la impulsó a dar un paso más que fue cursar la Maestría en Enseñanza de la Física, también en la UTP, con el sueño de crear herramientas pedagógicas que ayudaran a otros docentes como ella a integrar el cambio climático en sus clases de física.
La maestría le brindó conocimientos teóricos y un enfoque didáctico que transformó su manera de ver la educación: “los estudiantes no aprenden solo escuchando, aprenden haciendo”, Explica. Así, su trabajo de grado se convirtió en una guía para docentes, construida con base en una profunda revisión bibliográfica y enriquecida con ilustraciones hechas por ella misma. Verónica, además de científica, ha sido siempre una amante del arte, y vio en el dibujo una manera poderosa de motivar a otros profesores a enseñar desde la sensibilidad y la creatividad.
Con un enfoque que une la ciencia, el arte y la inteligencia artificial, su tesis propone fichas prácticas para el aula, en las que se explican fenómenos relacionados con el cambio climático a través de experimentos sencillos y significativos. La guía también vincula competencias del Ministerio de Educación,
demostrando que es posible enseñar ciencia con un enfoque humano, crítico y transversal.
Hoy, Verónica es la primera profesional de su familia. Es la mayor de cuatro hermanos y ha asumido esa responsabilidad con empatía, compromiso y la certeza de que la educación transforma. Su paso por la UTP ha sido un puente entre lo académico y lo personal, y su legado ya comienza a llegar a otros docentes que, como ella, creen que una clase de física también puede ser una oportunidad para cambiar el mundo.