Pablo Aguirre, un joven apasionado por la naturaleza y la gestión ambiental, se graduó con honores en Administración Ambiental tras un recorrido académico marcado por desafíos, aprendizajes y descubrimientos personales. Su historia es un reflejo de cómo el amor por el territorio y el compromiso con las comunidades pueden transformar vidas, incluso en los momentos más difíciles.
Todo comenzó en el año 2020, un momento en que el mundo entero enfrentaba la incertidumbre de la pandemia. Pablo, entusiasta del senderismo y profundamente conectado con el entorno natural, decidió iniciar su carrera en medio de la virtualidad. “Fue un reto muy grande”, confiesa con una sonrisa que mezcla nostalgia y satisfacción. “No tuve tanto contacto con mis compañeros al principio, pero cuando regresamos a la universidad, la alegría de volver a encontrarnos y salir al campo fue indescriptible”.
Durante su carrera, Pablo no solo se sumergió en los libros y las aulas, sino también en territorios diversos que lo conectaron con la realidad de las comunidades. Aprendió a realizar diagnósticos ambientales, analizar problemáticas sociales y entender la interrelación entre la sociedad y la naturaleza. Cada salida de campo fue una lección invaluable y un motor que impulsó su compromiso.
“Me quedo con mis amigos, casi como una familia, con las enseñanzas de los profesores y con la oportunidad de trabajar con las comunidades. Todo esto me ha convertido en lo que soy: un apasionado por el ambiente y por los territorios”, relata emocionado. Pablo destaca la diversidad de la Administración Ambiental como una de sus mayores riquezas. “Es una carrera interdisciplinar, que te permite acercarte a contextos naturales, sociales, biológicos y hasta químicos. Puedes elegir el camino que más te apasione, ya sea la biodiversidad, el agua o los ecosistemas”, explica con brillo en los ojos.
Pero su experiencia no quedó allí. Un día, gracias a la recomendación de una amiga, Pablo decidió postularse como monitor en la Escuela de Posgrados para apoyar en el lanzamiento de una Maestría en Gestión del Riesgo. Fue un salto al mundo laboral que marcó su vida. “Fueron dos años de mucho aprendizaje, donde conocí personas maravillosas y crecí profesional y personalmente”, cuenta con orgullo.
Hoy, Pablo Aguirre no se detiene. Tras culminar su pregrado, ya tiene trazado su próximo desafío: la Maestría en Ecotecnología con doble titulación en Alemania. “Es un reto gigante, pero estoy listo para asumirlo. Esta carrera me enseñó que podemos cometer errores, caernos y levantarnos con resiliencia, logrando cosas maravillosas”, afirma con firmeza.
La historia de Pablo es, sin duda, un testimonio inspirador de superación, amor por el conocimiento y compromiso con la naturaleza y las comunidades. Es la voz de una nueva generación que, con cada paso, construye un futuro más sostenible y humano.