La Facultad de Ciencias Ambientales de la Universidad Tecnológica de Pereira, en el marco de su compromiso con la formación integral, llevó a cabo una salida técnica que integró a estudiantes de Administración Ambiental de octavo semestre. Este viaje académico, que incluyó la participación de 50 estudiantes y cuatro docentes, fue una oportunidad para aplicar conocimientos teóricos en escenarios reales, promoviendo una comprensión práctica de los desafíos y oportunidades en materia ambiental y de desarrollo territorial.

La actividad se desarrolló como parte de las asignaturas Evaluación de Impacto Ambiental, Economía Ambiental y Desarrollo Territorial, y permitió a los participantes explorar diferentes aspectos del desarrollo sostenible en Bogotá y sus alrededores. Para Gabriel Guerrero, estudiante nariñense de esta carrera, la experiencia fue enriquecedora y estuvo llena de aprendizajes significativos.

Recorrido por lugares emblemáticos
El itinerario comenzó con una visita al Embalse del Muña, donde los estudiantes evaluaron los impactos ambientales de grandes proyectos de infraestructura hídrica, reflexionando sobre estrategias de mitigación que consideran tanto los ecosistemas locales como las comunidades afectadas.

Posteriormente, se trasladaron al Humedal Juan Amarillo, un ecosistema vital para la biodiversidad urbana y la regulación hídrica de Bogotá. Allí analizaron los retos que enfrentan estos espacios naturales debido a la expansión urbana y la contaminación, vinculando sus observaciones con conceptos de economía ambiental y los servicios ecosistémicos que brindan los humedales.

Otra parada clave fue el Museo Nacional, donde los estudiantes se acercaron a la historia del desarrollo territorial en Colombia y su relación con la sostenibilidad ambiental, reforzando su comprensión de las políticas ambientales y su impacto en el manejo de los territorios.

El recorrido concluyó en el Parque Soratama, un ejemplo de restauración ecológica exitosa, donde observaron cómo la recuperación de ecosistemas degradados puede contribuir al equilibrio ambiental y mejorar la calidad de vida de las comunidades locales.

Impacto académico y profesional
Gabriel Guerrero destacó el valor de la experiencia: “Cada parada, desde el Embalse del Muña hasta el Parque Soratama, nos ofreció lecciones únicas que reforzaron nuestro compromiso con la conservación ambiental y la construcción de un futuro más equilibrado. Estas actividades nos permiten entender mejor los desafíos de nuestra profesión y la importancia de tomar decisiones informadas”.

Con iniciativas como esta, la Facultad de Ciencias Ambientales reafirma su compromiso con la formación de profesionales que puedan enfrentar los retos de un desarrollo sostenible, contribuyendo al cuidado del medio ambiente y la construcción de territorios más resilientes.