La Facultad de Ciencias Ambientales de la Universidad Tecnológica de Pereira culmina el año 2025 con un balance positivo que refleja esfuerzos sostenidos en el fortalecimiento de la docencia, la actualización pedagógica, la promoción de sus programas y el acompañamiento a estudiantes y egresados. Así lo destacó su decano, Juan Mauricio Castaño Rojas, al presentar los principales logros del año.

En materia de docencia, el decano resaltó un hecho significativo para la estabilidad académica de la facultad: la articulación entre la jubilación de dos profesores y la apertura de los procesos de convocatoria para su reemplazo. “Llevábamos un buen tiempo sin concursos docentes, y lograr que estos profesores jubilados tengan un proceso de reemplazo en marcha es muy importante para nosotros, porque garantiza que sean sustituidos por docentes de planta”, explicó. Aunque el proceso se extenderá hasta julio del próximo año, representa un avance sustancial en la renovación profesoral.

Otro aspecto central fue la incorporación de la inteligencia artificial en la educación. Durante 2025 se desarrollaron cursos de 16 horas en los que participaron cerca de 30 profesores, incluido el propio decano, enfocados en el uso de herramientas de inteligencia artificial. Más allá de la productividad, el énfasis estuvo en la reflexión crítica y ética. “Debemos comprender estas herramientas no solo por sus beneficios, sino también por los riesgos y las implicaciones éticas de un uso inadecuado”, señaló Castaño Rojas, quien anticipó que en 2026 se abrirán espacios de retroalimentación para evaluar la experiencia con docentes y estudiantes.

Frente a los retos demográficos y la disminución de matrículas, un fenómeno global que también impacta a la facultad, se fortalecieron las estrategias de promoción con el apoyo de Ambiegresados. Durante el año se visitaron cerca de 20 colegios y se difundieron testimonios de egresados exitosos, tanto de manera presencial como a través de redes sociales. “Fue una estrategia que nos funcionó bien y que sin duda seguiremos fortaleciendo”, afirmó el decano.

En cuanto a los estudiantes, uno de los logros más destacados fue la realización de casi la totalidad de las salidas de campo, un componente esencial en la formación ambiental. A pesar de algunas cancelaciones por motivos operativos, la facultad logró financiar la mayoría de estas actividades, consolidándose como la unidad académica que más salidas de campo realiza en la universidad. “Ese es un aspecto que destaco especialmente”, indicó.

Asimismo, se llevó a cabo el Mes de la Investigación, con siete sesiones organizadas por las diferentes unidades académicas, que contaron con invitados nacionales y estuvieron pensadas principalmente para los estudiantes. Esta iniciativa buscó fortalecer lo que el decano denomina un “amarre curricular”, conectando los proyectos de investigación con la formación académica. La buena acogida motiva a repetir la experiencia en el segundo semestre de 2026.

Finalmente, en relación con los egresados, además del apoyo en la promoción de los programas, se avanzó en la formulación de proyectos de educación continuada junto a la asociación de egresados. Se diseñaron diez cursos, de los cuales uno logró ejecutarse durante el año. Aunque el camino ha sido más complejo de lo esperado debido a la amplia oferta virtual y a los costos de los cursos, la facultad mantiene su compromiso de persistir en estas iniciativas. “No todo se puede atender desde el currículo formal; necesitamos espacios de capacitación, entrenamiento y experiencias exitosas que los egresados puedan compartir”, concluyó el decano.

Con estos avances, la Facultad de Ciencias Ambientales cierra 2025 reafirmando su apuesta por una formación de calidad, crítica y pertinente frente a los desafíos contemporáneos.