La Maestría en Enseñanza de la Física, ofrecida por la Facultad de Ciencias Básicas, ha sido testigo de un hito pedagógico que trasciende las fronteras geográficas y culturales. En el corazón de esta experiencia transformadora se encuentra la asignatura El Laboratorio en la Enseñanza de la Física, dirigida por el profesor Adonai Zapata, ingeniero mecánico de formación, con maestría en ingeniería aeronáutica y un profundo compromiso con la docencia.

«Soy profesor de la maestría en modalidad PREMTIC, es decir, presencial mediada por tecnologías de la información y la comunicación», nos comenta Zapata. Esta modalidad ha permitido tender puentes entre ciudades y países, conectando a estudiantes de Colombia y Panamá en una experiencia educativa única, dinámica y profundamente significativa.

La asignatura no es un simple curso teórico. Es un espacio de creación, donde la experimentación es el eje central para la apropiación de los fenómenos físicos.

“A través de la experimentación, los estudiantes comprueban fenómenos físicos y apropian conceptos pedagógicos que luego transfieren a sus propios estudiantes, ya sea en pregrado, educación media o incluso en primaria”, señala el docente.

Este semestre, el aula se expandió más allá de las fronteras colombianas. La Universidad llevó el laboratorio hasta Panamá, con sedes activas en Ciudad de Panamá, Santiago y Chiriquí. Y el profesor Zapata fue más allá de la virtualidad para dictar una clase completamente presencial en territorio panameño, reafirmando el poder del contacto humano en el aprendizaje.

Mientras tanto, estudiantes en Colombia desde Valledupar, Sincelejo, Medellín y Santa Rosa se conectaban remotamente, en un ejemplo claro de educación híbrida y flexible, capaz de adaptarse a los contextos más diversos.

La experiencia, sin embargo, no estuvo exenta de desafíos. Uno de los más llamativos fue el descubrimiento de las diferencias culturales en torno al lenguaje técnico.

“Materiales comunes para nosotros en Colombia, como el icopor, allá se llaman hielo seco, lo cual inicialmente generó confusión”, relata Zapata con una sonrisa. Estos detalles, aunque menores, se convirtieron en oportunidades para el diálogo intercultural y el aprendizaje colaborativo.

Construir prototipos, experimentar con materiales locales y compartir conocimientos entre contextos distintos fueron apenas algunos de los ingredientes que hicieron de esta asignatura una experiencia enriquecedora para todos los involucrados.

Al reflexionar sobre lo vivido, Zapata enfatiza la importancia de la presencialidad como herramienta de desarrollo humano:

“Sé que la virtualidad es cómoda, rápida y eficiente, pero la presencialidad fortalece habilidades blandas como el trabajo en equipo y la colaboración. Es en la interacción cara a cara donde realmente se consolidan los lazos y se transforma la educación”.

El mensaje final del profesor es claro y contundente: la internacionalización de la educación no es solo posible, sino necesaria.

“Invito a todos los docentes, especialmente aquellos involucrados en posgrados y programas PREMTIC, a romper fronteras. Viajemos, conectemos culturas, llevemos nuestro conocimiento a otros países y dejemos que también nosotros aprendamos en el camino”.

Con esta asignatura, El Laboratorio en la Enseñanza de la Física no solo enseña ciencia. Enseña a cruzar límites, a tender puentes, y a construir una educación verdaderamente universal.