Desde la sede del Banco Mundial en El Cairo, Egipto, Claudia Lorena Trejos Gómez, administradora ambiental egresada de la Universidad Tecnológica de Pereira, continúa aportando al desarrollo global a través de su trabajo en gestión del riesgo de desastres y resiliencia climática. Su recorrido profesional, que comenzó en una vereda rural de Belalcázar (Caldas), es un ejemplo inspirador del impacto transformador de la educación superior pública.



Criada en un entorno donde el acceso a la educación formal se limitaba hasta el quinto de primaria, sus padres tomaron la decisión de trasladarse a Pereira con el firme propósito de brindarle mayores oportunidades. Fue así como Lorena se convirtió en la primera mujer de su familia en ingresar a la universidad, el punto de partida de una trayectoria que la ha llevado por América Latina, Europa, África y Asia Central.
Su ingreso a la UTP coincidió con el surgimiento de la carrera de Administración del Medio Ambiente, una opción que integraba sus intereses por la biología, la química y las ciencias naturales. “Nos decían que era la carrera del futuro, y no se equivocaban”, recuerda con convicción.
Desde los primeros semestres, su participación fue activa y constante. Se desempeñó como monitora académica en áreas como biotecnología, microbiología, ecosistemas y sistemas de información geográfica, lo que le permitió desarrollar una visión interdisciplinaria y sólida de las problemáticas ambientales. Además, se vinculó al grupo de investigación en Agua y Saneamiento Básico, donde desarrolló sus trabajos de grado y especialización.
Motivada por el ejemplo de sus docentes, muchos de ellos formándose en el exterior gracias a convenios internacionales, decidió emprender su camino académico fuera del país. Gracias al convenio entre la UTP y el DAAD (Servicio Alemán de Intercambio Académico), realizó una práctica profesional en Alemania, donde fue contratada posteriormente por el centro de investigación en el que había realizado su pasantía.
Más adelante, fue admitida en una maestría internacional en planificación del desarrollo urbano y regional, en un programa conjunto con universidades de Alemania, Chile, Filipinas, Ghana y Tanzania. “Me fui por seis meses y terminé quedándome nueve años”, comenta entre sonrisas. Esa etapa marcó su consolidación académica y profesional, enfrentando incluso retos culturales significativos como los vividos en Tanzania, donde el sistema educativo era jerárquico y poco participativo. “Fue un choque fuerte, pero lo superé con disciplina, perseverancia y apertura”, afirma.
Su experiencia y formación la llevaron a vincularse al Banco Mundial, primero mediante una beca del gobierno alemán y, posteriormente, como consultora sénior en gestión del riesgo de desastres. Ha participado en proyectos en países como Jamaica, Kenia, Ruanda, Tanzania, Etiopía, Somalia, Tayikistán y Colombia, siempre con una mirada integral. “Aprendí a ver el bosque sin perder de vista el árbol, y eso se lo debo a la UTP”, asegura con orgullo.
Desde su rol actual en Egipto, Claudia Lorena continúa articulando soluciones técnicas y estratégicas para fortalecer la resiliencia frente al cambio climático y reducir los riesgos derivados de fenómenos naturales. A pesar de la distancia, mantiene vivo su vínculo con la Universidad, su facultad y sus raíces.
“La UTP fue mi punto de partida. Me dio las herramientas, el impulso y la posibilidad de soñar en grande”, afirma con gratitud.
A las nuevas generaciones de estudiantes, les deja un mensaje claro: “Mantengan un buen promedio, sean monitores, vincúlense a los grupos de investigación, mejoren su inglés y sueñen en grande. Los límites están en la mente”.
La historia de Claudia Lorena Trejos Gómez es testimonio del poder de la educación para transformar vidas y del impacto que una universidad comprometida puede tener en el desarrollo global desde lo local.