Con 42 años de trayectoria en la Universidad Tecnológica de Pereira (UTP), Simón Emilio Sepúlveda es una de las figuras más representativas del Departamento de Dibujo, una unidad académica clave dentro de la Facultad de Ciencias Básicas. Desde hace 28 años, ha liderado este departamento, convirtiéndose en el director con mayor tiempo en la historia de la institución, un reconocimiento que ha sido reafirmado por sus colegas en cada proceso de elección.


Para Sepúlveda, la educación es un compromiso de vida y el Departamento de Dibujo una gran familia, donde el respeto y la colaboración entre docentes son la base para brindar una enseñanza de calidad. «Aquí solo pensamos en que, si estamos bien todos, podemos entregar lo mejor a cada uno de los estudiantes que atendemos», señala.
Un área fundamental para la ingeniería y la tecnología
El Departamento de Dibujo cumple un papel esencial en la formación de los estudiantes de ingeniería y tecnología, brindándoles las herramientas necesarias para el desarrollo de sus habilidades en la representación gráfica de piezas mecánicas. Este enfoque ha convertido al Dibujo Mecánico en una materia fundamental dentro de los programas académicos de la universidad.
Actualmente, más de 1.500 estudiantes cursan asignaturas como Dibujo I, Dibujo II y Dibujo III, consolidando el impacto del departamento en la formación de profesionales altamente capacitados para el sector industrial y tecnológico.
Del aula a la industria: una trayectoria ejemplar
La historia de Simón Sepúlveda en la UTP inició en 1973, cuando ingresó a estudiar Tecnología Mecánica, programa del que se graduó en 1976. Posteriormente, trabajó en la Siderúrgica de Medellín S.A. y, tras dos años en el sector industrial, decidió regresar a la universidad para estudiar Ingeniería Mecánica, título que obtuvo en 1983.
Tras egresar, se desempeñó en la Siderúrgica del Pacífico en Cali y en la icónica fábrica de bicicletas Monark, recordada por haber sido el punto de partida en la infancia de muchas generaciones de colombianos. Sin embargo, su verdadera vocación siempre estuvo en la academia.
El regreso a la UTP ocurrió en 1987, cuando el entonces director del Departamento de Dibujo, Santiago Gómez, lo invitó a vincularse como profesor catedrático. Diez años después, en 1997, ganó un concurso docente y asumió el cargo de docente de planta, siendo elegido director del departamento, un puesto que ha desempeñado hasta la actualidad.
A lo largo de su carrera, Sepúlveda complementó su formación con una especialización en Instrumentación Física, reafirmando su compromiso con la educación y la investigación.
Un legado que trasciende el aula
Para Simón Sepúlveda, la UTP ha sido su hogar, su proyecto de vida y su espacio de crecimiento personal y profesional. Casado con María Cristina Ríos, exdocente del Departamento de Humanidades, y padre de Mateo y Laura Sepúlveda Ríos, ha encontrado en la universidad el escenario ideal para contribuir al desarrollo de nuevas generaciones.
«Aquí estaré hasta que pueda, entregando con amor y dedicación a cada generación que llega a nuestras aulas lo mejor, para que ellos ayuden a evolucionar esta sociedad», concluye.
Con su liderazgo y compromiso, el Departamento de Dibujo de la UTP sigue consolidándose como un pilar en la formación de profesionales, manteniendo vivo el legado de quienes han dedicado su vida a la enseñanza y la transformación del conocimiento.