El Semillero de Investigación en Recurso Hídrico de la Facultad de Tecnología de la Universidad Tecnológica de Pereira, no solo aborda temas vitales relacionados con el agua, sino que también extiende su interés a la investigación en alimentos. Este espacio de aprendizaje e innovación ofrece a estudiantes de diversas disciplinas la oportunidad de participar en proyectos de investigación asociados a estas temáticas.
Carlos Humberto Montoya Navarrete, jefe de los laboratorios de la Escuela de Química y tutor del Semillero de Investigación en Recurso Hídrico, mencionó que este semillero tienen un impacto que trasciende las aulas “aquí lo que existe es un esfuerzo colectivo, donde los estudiantes traen sus sueños e ideas, y nosotros los orientamos para que puedan materializarlas y llevarlas a la comunidad”, señala Montoya.
Fundado entre el 2014 y el 2015, el semillero surgió por el interés de estudiantes de la Escuela de Química por integrarse en investigaciones desarrolladas por el Grupo de Estudio en Recurso Hídrico. La necesidad de una educación práctica y aplicada se mantiene vigente y, de hecho, el semillero se ha expandido. Hoy día, este cuenta con cinco líneas de investigación, las cuales son:
- Desarrollo de la Química analítica mediante la aplicación de técnicas cromatográficas para la evaluación de analitos en diferentes matrices, entre ellas. aguas, alimentos, suelos y otros.
- Desarrollo estratégico de los criterios de calidad analítica principalmente en la validación y verificación de métodos y estimación de la incertidumbre para los ensayos de los laboratorios químicos.
- Generación de propuestas integrales para la evaluación, el monitoreo y el seguimiento que tiendan al mejoramiento de la calidad del agua para consumo en comunidades urbanas y rurales.
- Implementación de técnicas analíticas para la evaluación de contaminantes emergentes en el medio ambiente entre otras sustancias de interés ambiental y sanitario.
- Desarrollo y fortalecimiento de las metodologías analíticas para la microbiología ambiental e industrial.
A su vez, Montoya destaca que en este espacio los estudiantes aprenden a aplicar sus conocimientos en problemas concretos, como la calidad del agua en acueductos comunitarios, un recurso fundamental para muchas comunidades, “nos interesa trabajar con estos acueductos para que los estudiantes puedan aplicar lo aprendido y contribuir a mejorar el acceso al agua segura”, añade.
Por su parte, Natalia Londoño Chica, líder actual del semillero y estudiante de octavo semestre de Química Industrial, comparte la motivación que la impulsó a unirse. Proveniente de una comunidad rural en Marsella, Risaralda, Natalia entendió desde joven los retos que enfrentan los acueductos comunitarios y quiso aprender más para ayudar a mejorar la calidad del agua de su comunidad, “mi objetivo es regresar a mi comunidad con conocimientos que permitan un mejor tratamiento del agua, algo que en mi vereda no siempre es posible”, comenta Natalia.
Además, a través del semillero, Natalia y sus compañeros han desarrollado proyectos como el análisis de plaguicidas en miel de abejas y la detección de nitritos en el agua. La diversidad de los estudiantes, tanto en niveles académicos como en intereses, ha sido un factor clave en el semillero, “aquí todos colaboramos. Contamos con estudiantes desde segundo semestre que ya están aportando y aprendiendo, lo que demuestra que todos podemos contribuir sin importar nuestro nivel académico”, destaca.
Para Natalia, el semillero de investigación ha sido una experiencia enriquecedora que va más allá de los conocimientos técnicos, “formar parte de este equipo me ha permitido entender la importancia de una visión integral para abordar los problemas del recurso hídrico», comentó. Ella destaca que el semillero no sólo se enfoca en la investigación científica, sino también en la creación de soluciones prácticas que puedan beneficiar a las comunidades. «nos impulsa la idea de hacer que nuestra investigación tenga un impacto directo y positivo en la gestión del agua, un recurso tan fundamental y vulnerable», afirmó.
El impacto del semillero se extiende más allá de la universidad, ya que se llevan a cabo visitas a acueductos comunitarios en la región. Recientemente, un grupo de estudiantes visitó el acueducto de Las Violetas en Dosquebradas, donde pudieron ver de cerca cómo funcionan estos sistemas en zonas rurales, enfrentando dificultades técnicas y económicas muy distintas a las de los sistemas urbanos, “para muchos de estos acueductos, el trabajo es realizado por personas de la comunidad que no siempre tienen formación técnica, pero sí un gran compromiso con el cuidado del agua”, relata Montoya, subrayando el aprendizaje invaluable que representa esta experiencia para los estudiantes.
Desde el semillero se invita a estudiantes de todas las carreras y semestres a unirse y hacer parte de este equipo “aquí todos tienen voz y voto; no es necesario ser un experto, sino tener ganas de aprender y aportar al equipo”, mencionó el docente.