La Facultad de Ciencias Ambientales de la UTP rindió un emotivo homenaje a dos queridos miembros de su comunidad: Carolina Flores Acevedo, tecnóloga química y especialista en Gestión de la Calidad, y el profesor Alexander Feijóo, Doctor en Ciencias Agrícolas, conocido internacionalmente por su trabajo con lombrices. Este evento significativo donde se recordó sus vidas, sus legados y sus esencias, reunió a docentes, administrativos y estudiantes en un acto de recuerdo y gratitud.
Andrés Duque, docente adscrito a la Facultad de Ciencias Ambientales, expresó el sentir colectivo de la comunidad académica “lo que nosotros queremos como comunidad, y hablo en nombre de los docentes, administrativos y estudiantes, es recordar a los compañeros en el sentido de lo que significó su paso por la Facultad y su aporte a muchas generaciones de estudiantes». La ceremonia se organizó en tres partes: un breve comentario sobre cada uno, una presentación fotográfica y de vídeos, y un homenaje musical para recordar a los colegas con alegría y entusiasmo.
El profesor Alexander Feijóo, una persona que mantenía «feliz como una lombriz», dejó una huella imborrable en la Facultad. Durante más de 20 años, Feijóo no solo se destacó por su conocimiento y pasión por la agricultura y las lombrices, sino también por su amor por el deporte y la música. «El profesor Feijóo era deportista, le gustaba mucho el fútbol, fue lanzador de martillo, segundo puesto en unos Juegos Nacionales, jugó basketball, practicaba el ciclismo y la natación», recordó Duque. Su amor por la música y la salsa, así como su aprecio por el jazz latino de artistas como Chucho Valdés y Paquito de Rivera, también dejaron una marca profunda en quienes lo conocieron. «Sus recuerdos, sus aportes, sus enseñanzas están en cada uno de sus estudiantes, en las generaciones de estudiantes a las que le aportó», añadió Duque.
Carolina Flores Acevedo, por su parte, era un ser especial cuya presencia iluminaba el laboratorio de Química Ambiental. Sus compañeros la recordarán como «el baluarte del laboratorio, el pegamento del grupo». Durante más de 15 años, Carolina se destacó por su profesionalismo, orden y responsabilidad. «Carolina era un ser especial que transmitía paz con su sonrisa y su ejemplo», dijo Duque. A Carolina le encantaban las novelas románticas y el cine, especialmente las películas que evocan el pasado. Además, disfrutaba mucho del mango biche con limón, sal y pimienta. «Carolina era una buena lectora, mantenía siempre muy buen humor, y la recordamos con el ejemplo que nos daba todos los días de tenacidad», añadió con afecto.
El homenaje culminó con una presentación musical, un momento de alegría y agradecimiento que reflejó el espíritu con el que ambos serán siempre recordados. «Queremos recordar a los colegas y compañeros con alegría y sobre todo con agradecimiento de haber tenido la oportunidad de conocerlos y de estar con ellos», concluyó Duque.
Este homenaje no solo fue un tributo a las vidas de Carolina y Alexander, sino también una celebración de su legado y la profunda huella que dejaron en la comunidad de la Facultad de Ciencias Ambientales y la UTP. Su memoria continuará inspirando a futuras generaciones, y su presencia seguirá viva en los corazones de todos aquellos que tuvieron la fortuna de conocerlos.