Es más peligroso que haber bebido
Según un estudio, usar el teléfono móvil, incluso el manos libres, afecta más los reflejos del conductor que si lo hiciera con un trago de licor.



Quien lo creyera, un trago es menos peligroso para un conductor que dedicarse a hablar por el teléfono mientras se conduce ya que la capacidad de reacción se reduce demasiado.

Las autoridades suizas estudian la posibilidad de prohibir a las personas al volante de un automóvil el uso de los teléfonos portátiles, incluidos los denominados 'manos libres'.

Esa medida forma parte de un catálogo de propuestas presentadas por la Oficina Federal de Carreteras de la Confederación Helvética para mejorar la seguridad viaria.

Esa autoridad se basa en un estudio llevado a cabo por el Transport Research Laboratory del Reino Unido que demuestra que el uso del teléfono portátil tiene efectos más nefastos en los reflejos del conductor que un índice de alcoholemia del 0,8 por ciento.

Según ese estudio, en el que se utilizó un simulador y en el que colaboró una veintena de automovilistas experimentados, el tiempo de reacción de los conductores con un teléfono portátil en la mano es un 30 por ciento más lento que el de un automovilista bajo la influencia del alcohol y un 50 por ciento más lento que el de un conductor que no ha bebido.

Un vehículo a 112 kilómetros hora recorrerá 45 metros antes de ser frenado, si su conductor lleva un portátil en la mano.

Esa distancia se reducirá a 39 metros si tiene un equipo de manos libres, pero es superior a los 31 metros que necesitaría en condiciones normales o a los 35 metros, con un 0,8 por ciento de alcohol en la sangre.

El aparato telefónico provoca una distracción mental cuyos efectos pueden prolongarse durante algunos segundos después de acabada la conversación, indica el estudio británico, que acaba con el mito según el cual un teléfono distrae menos que la radio o la conversación con un pasajero.

EFE / Ginebra

Comité Paritario de Salud Ocupacional