Conozcamos nuestro sistema de Control Interno: somos parte de él.



Bienvenido y merecido el entusiasmo producido a lo largo de estos tres últimos años por los múltiples reconocimientos a la calidad de la gestión en la Universidad: acreditación institucional de alta calidad, certificación de calidad de los procesos administrativos, el fortalecimiento del Sistema de Control Interno reconocido por los entes de control, la auditoría de recertificación administrativa.

Todo esto no debe, sin embargo generar un optimismo excesivo, pensando que no hay muchos aspectos por mejorar no sólo en la calidad de los procesos de gestión, sino – en lo que es lo fundamental en una Universidad Pública como la nuestra – en el desarrollo de una misión acorde con las necesidades y los tiempos complejos que enfrenta nuestra región y el país en general.

Retomando la necesidad de desarrollar, con el compromiso y la participación de todos, el fortalecimiento integral de nuestra gestión, podemos decir que estamos ante un período de mejora creciente y continua en la calidad de la gestión (subsistema de control de gestión), que en gran medida va de la mano con los procesos de autoevaluación y evaluación y seguimiento que se vienen dando en la Universidad (subsistema de control de evaluación).

En un período en el que está pendiente la finalización del Plan de Desarrollo que se inició en el 2002 y ya aprobado el Direccionamiento Estratégico que se proyecta hacia el 2019, es importante que la formulación de proyectos a través de los cuales se materializará la ejecución del nuevo Plan, involucre y comprometa a directivos académicos, a docentes, a administrativos, como gestión prioritaria en lo inmediato.

La calidad que venimos construyendo exige proyectos en los que efectivamente estemos incorporando impactos efectivos en la vinculación de la Universidad con la pertinencia y la innovación ante las necesidades de una región y de un país asediados por profundas crisis. La Universidad tiene compromisos ineludibles en desarrollo de investigación, docencia, extensión e innovación para trascenderlas.

Estamos, pues, por excelencia, ante la necesidad de desarrollar efectivamente el susbistema de control estratégico, que a través de sus distintos componentes esté al servicio de fortalecer la nueva misión institucional.