Entrevista realizada por el Periódico La Tarde al Rector de la Universidad Tecnológica de Pereira, Ing. Luis Enrique Arango Jiménez y publicada el jueves 17 de abril de 2008.



“Aquí no aguantamos un año”: Arango

Universidad pública urge un “salvavidas”

La cobertura universitaria, uno de los mayores logros en materia educativa de los últimos años se irá al traste si el Estado no lanza un salvavidas financiero porque ya no será posible aumentar la cantidad de estudiantes.

En el peor de los escenarios habrá que disminuir los cupos, lo que haría retroceder la cobertura.

Este es el panorama que pronostica en menos de un año el rector de la Universidad Tecnológica, Luis Enrique Arango Jiménez, para la institución a su cargo, advirtiendo que es el camino por el que ya optó la Universidad del Cauca y otras podrían adoptar estas medidas el próximo semestre.

Esta será la única manera en que podría soportar la universidad pública, próxima a una “crisis de desfinanciamiento estructural porque los egresos son mayores a los ingresos”.

Transferencias

La Ley 30, que regula a las universidades públicas, dejó consignado que para cada vigencia las instituciones de educación superior estatales debían recibir la misma cantidad de recursos del año anterior más el IPC (Índice de precios al consumido) o inflación anual.

Las cuentas que hacen los rectores en general comienzan a demostrar que hay un desbalance, hoy la Técnológica tiene más de 12 mil estudiantes, pero hace 9 años eran 4.500 universitarios, de los cuales más del 50% son de estratos 1 y 2, lo que descarta de plano que sea posible hacer uso del precio de la matrícula para allegar más recursos.

Pero el aspecto más crítico es el incremento en los costos de la nómina, ya que ésta sube por encima de la inflación, debido a los reconocimientos a los que tienen derecho los profesores universitarios por su producción intelectual.

Lo único de más que han logrado las universidades es descongelar el precio de las matrículas, para que también se incrementaran con la inflación, y la venta de algunos servicios.

Entonces, las transferencias de las universidades vienen ajustadas con la inflación, las matrículas igual con la inflación, pero los salarios de los docentes, que es lo que más pesa, va cuatro puntos por encima de la inflación, según cálculos de la Universidad Tecnológica, para este año hay que desembolsar alrededor de $800 millones más que en 2007.

“Entonces si la inflación es de 7% por ciento, la nómina aumenta en un 11% su valor. Esto va a hacer crisis en un momento determinado, para algunas universidades se demora un año, para otras un semestre, para otras ya llegó la crisis”, asegura Arango Jiménes.

Pero además advierte que en estos años aparecieron unas medidas del gobierno que agravaron la situación, un ejemplo de ello es el descuento del 10% para los que votan en elecciones. “Obviamente ya todo el mundo trae el papel; sobre todo porque luego se reglamentó que el descuento era hasta la próxima elección, entonces se volvió permanente el descuento y bajó los ingresos de la universidad por ese concepto”.

Pero los golpes a las finanzas de las universidades no han parado, ya que además de lo anterior hubo una reforma que aumento el aporte patronal al aporte patronal en salud en 0,5% y no tuvo ninguna compensación.

Para complementar las preocupaciones, Arango señala que los costos y materiales de sostenimiento de la universidad aumentan por encima de la inflación. “Todo se junta y el resultado es que se está llevando a las universidades al despeñadero financiero”.

Estrategias

Aunque aún no existe una salida clara a la crisis que se avecina, a menos que el Estado aumente la base de las transferencias, las mismas universidades están pensando en proponer que el gobierno central financie la apertura de nuevos programas académicos, porque en las actuales circunstancias existe sólo el propósito de aumentar la oferta de carreras pero ninguna universidad lo haría si no es con fuentes de financiación externa.

Si el esperado “salvavidas” no llega a la universidad pública, la única forma de sobrevivir y ampliar cobertura sería que los estudiantes asuman costos que sólo se comparan con los de universidades privadas.