Presentación del Libro Y ¿Cómo empiezo mi cambio? de Ricardo Tribín Acosta a cargo del Rector de la Universidad Tecnológica de Pereira, Ing. Luis Enrique Arango Jiménez, como actividad de agenda de la XIII Convención Nacional de Egresados.



PRESENTACION DEL LIBRO: Y ¿CÓMO EMPIEZO MI CAMBIO?

De: RICARDO TRIBIN ACOSTA


Ha querido nuestro dilecto compañero egresado Ricardo Tribín Acosta dispensarme el altísimo honor de presentar el libro: Y ¿Cómo empiezo mi cambio? Tamaña responsabilidad no puede evadirse, aunque debo confesar que cuando me lo pidió, estuve tentado a escurrirme; más por el temor de asumir tan enorme responsabilidad que por cualquier otra causa. Me anima el deseo de acompañarlo sin reservas en este momento cumbre de su existencia: parir un libro, máxime cuando él es el resumen de su propia vida, no es un asunto desdeñable o que pueda considerarse de poca monta.

Que honor para el alma mater donde se educó Ricardo, el que nos haya escogido como escenario para dar al conocimiento de la sociedad su trabajo de tantos años. Que buen ejemplo para todos los egresados de esta Universidad, en un momento tan especial para la vida de nuestra Institución cuando estamos dando el gran salto que nos proyecte al concierto nacional y precisamente de la mano de los mismos egresados.

Hablar de la obra de Ricardo implica atributos que cualquiera deseara tener y que por supuesto yo no soy la excepción; trataré no obstante de hacer una breve aproximación a lo que mi intelecto permite, confesando de entrada que por ser ella, la obra, un tratado práctico para aprender a vivir, predicar en la materia con pretensiones críticas, se vuelve un tema tan abierto e inmenso como lo es la vida misma.

Empecemos diciendo que Ricardo nos ofrece una serie de relatos y reflexiones cortas estampando con Maestría aquellas cosas que todos conocemos y con las cuales lidiamos en soledad: Aquellos resortes ocultos de la existencia que dominan nuestras vigilias y nos impelen o constriñen, según sea del caso a actuar en uno o en otro sentido, o quizás a no actuar...

La mente y su poder se abren con toda su fragilidad intrínseca a través de toda la obra invitándonos a construirnos a nosotros mismos adueñándonos del presente como lo más trascendental y evitando ser esclavos de lo que ya pasó y no puede cambiarse y del futuro incierto, que puede o no ocurrir.

Nos invita a fondear en nuestras eternas dudas para batallar contra lo que el llama la negación; tendencia perversa que nos agobia y comprime de manera incesante concentrándonos en lo negativo, no dejándonos apreciar la inmensidad del bosque y su belleza por fijar la mirada en la fealdad de un solo árbol.

Aunque se declara profundamente creyente y reserva para aquellas cosas que no podemos comprender la presencia de una fuerza superior que para él es Jesús de Nazareth, toma distancia de aquellas posturas fanáticas o mercantilistas tan de moda en el ámbito religioso.

Pregona la libertad de buscar el orden Universal donde se quiera, aunque no deja de invitar a trascender hacia la espiritualidad; para él gobernada más allá del libre albedrío por una fuerza sobrenatural que todo lo puede.

No es definitivamente su obra un compendio religioso, todo lo contrario es un manifiesto a la civilidad; donde desfilan situaciones de la cotidianidad examinadas con el lente del sentido común y la propia experiencia para terminar en consejos prácticos para aprender a vivir.

No deja de advertirnos, cada que puede que los sentimientos provienen de los pensamientos y como tal debemos trabajar nuestra propia mente para lograr estados de paz interior y felicidad; premisas que nos entregan lo demás por añadidura.

No hay aspecto o tema de la vida humana que no sea abordado bien de manera directa, o bien a través de anécdotas propias o de terceros, con el interés de terminar en un consejo directo sobre la mejor forma de proceder.

Es pues un libro de cabecera que bien pudiera acompañarnos siempre que nuestra inestable existencia lo requiera. Nos provoca de manera sistemática a abrazar lo espiritual como un camino de vida, deslizando con delicadeza a su Maestro, Héctor Trujillo Mejía, y a muchos autores que han alimentado su pensamiento y que han ayudado en su crecimiento personal.

Me asombra la memoria que despliega a través de todos sus relatos y reflexiones donde hace gala de sus lecturas y vivencias de la niñez y primera juventud. No es posible desprenderse en la lectura de la sombra de su Padre, el Dr Carlos Tribín Biester y de su Hermano Alvaro, ambos desaparecidos prematuramente, pero quienes sin duda alguna dejaron huella imborrable en el autor.

Circulan de manera sistemática las lecciones del Dr Carlos a su entrañable hijo Ricardo; lo mismo que las del autor para su hermana e hijos. Que hermosa parábola de la vida la que exhuman sus escritos.

Cuando nos anima a hacer un alto en las equivocaciones derrotando a ese enemigo encubierto que tanto daño nos hace: el ego: nos recuerda de manera reiterada que los únicos que no se devuelven son los ríos.

Nos invita a distinguir entre la humildad y la humillación; y a militar en la primera recordándonos que somos seres comunes y corrientes sujetos a errores y equivocaciones. Nos dice que no hay una sola verdad y que la arrogancia es la peor de las consejeras.

Como hice parte de esa historia que desfila a través de las páginas de este libro en algunos pasajes por ser cuasi contemporáneo; me parece oír a Alvaro Tribín en alguna de las Asambleas que hoy podríamos llamar de época; afirmando aquello de que los únicos que no se devuelven son los ríos. Esta afirmación la vamos a encontrar en múltiples ocasiones lo cual me hace pensar que hace parte del acervo de enseñanzas aprendidas en el hogar de los Tribín Acosta.

Nos anima a cuidar lo que decimos en los momentos de exaltación y nos convoca a ser “asertivos” entendiendo por ello a aprender a expresar los sentimientos sin herir o agraviar a la otra persona.



Hace una taxonomía de las depresiones haciéndonos caer en cuenta de que todos los pensamientos negativos son creados por la mente, por el intelecto o por el ego según sus palabras. La duda del porqué o para que vivir hay que resolverla cambiando las maneras erróneas de pensar y de ver la vida. Nos recomienda elaborar una lista de gratitud bajo la seguridad de que siempre encontraremos algo de que estar agradecidos y algo que nos de motivos para vivir.

Dejemos que fluya la prosa de Ricardo.

“alguien decía que el fracaso quedaba garantizado cuando la autoestima personal se fundamentaba en la opinión de los demás”. Por lo anterior el éxito sobre el fracaso no es más que un cambio en la manera de ver las cosas y en la acción posterior para salir del torbellino que una situación negativa puede generar en un momento determinado. De otra parte recordemos el famoso refrán que dice: Y si las cosas tienen remedio para que me preocupo y si no lo tienen que saco con preocuparme”

“Ahora quisiera referirme a que cuando escribo lo hago para dejarme, y dejar algún mensaje que contenga cierta recomendación u opinión acerca de diferentes escenas de la vida diaria. Ese es el propósito y por ello el mejor idioma que utilizo es el lenguaje del corazón, el que a lo largo de varios años he logrado trasmitir; aprendido de un programa espiritual, más no religioso o de sectas, pues si hay algo que no digiero es el fanatismo, sea cual fuese el nivel en que se maneje”

“Pena compartida es media pena“. El compartir con honestidad implica el abrirse sinceramente dentro de cada cual para descubrir, sin temor, ante otro ser humano, lo que está pasando interiormente. “Por eso el compartir con otro u otros da resultados sorprendentes, pues le facilita al individuo levantar el velo de su propia negación”

“La egolatría y el pensar solo en nosotros mismos a la larga solamente nos conducirá a la soledad y al aislamiento, al tiempo que generará un normal rechazo de los demás, puesto que para ser mas claros: una golondrina sola no hace verano, y el que solo vive, muy probablemente solo estará al final de sus días. Aprendamos entonces de la bondades del trabajo en conjunto, apuesto que el mismo, además de grata armonía, genera resultados sorprendentes.”

“Y pensar que todo en la vida es relativo y transitorio. Es tanto así que aquella situación que tanto agobia a un ser humano en un momento cualquiera, meses o incluso días después ya no cuenta para nada. Esto puesto que el ser piensa, luego siente y posteriormente actúa, de acuerdo a sus creencias motivado todo por la manera como piensa. O sea que si alguien piensa negativo sus pensamientos y actuaciones tendrán mucho de negativo, pero si por el contrario piensa positivo los resultados le traerán dividendos positivos. De lo anterior se deduce que uno es lo que piensa y de ahí el antiguo corolario: pienso luego éxito “

Y así podría seguir trasladando párrafos llenos de profundidad y enseñanza, pero no es mi intención anticiparme a la lectura de ustedes, solo pretendo dar unos pocos comprimidos que sirvan para despertar la curiosidad en la lectura de una gran obra de uno de nuestros grandes egresados.

El amor de Ricardo por su Universidad Tecnológica de Pereira, es a toda prueba y en el libro que hoy nos ocupa no lo puede ocultar: las referencias a su pasado universitario y a personajes de la época de estudiante son el pasadizo obligado para muchas de sus reflexiones.

Lo mismo puede predicarse en relación con su país natal y en particular con su ciudad. A pesar de residir en los estados unidos desde hace varios años, mantiene un vínculo permanente e indisoluble con ellos; actúa como embajador de la ciudad de Pereira en el Condado de Miami Dade, con el que por su conducto y gestión logró firmarse un convenio de ciudades hermanas compartiendo espacio con Sao Pablo, Veracruz, Taipei County, Santo Domingo, Islas Canarias, San José de Costa Rica, Estocolmo, Kingston, Asunción , Bahamas e Islas Caimán, quienes han firmado convenios similares.

En el campo profesional ocupó en su patria importantes posiciones; fue director del Instituto Colombiano de Energía Eléctrica ICEL. Hay una anécdota que Ricardo posiblemente no la contabiliza en sus haberes: a él se le debe la construcción de la Microcentral Nuevo Libaré de Pereira y del nuevo canal de conducción que alimenta el acueducto de Pereira: durante su gestión contrató los estudios para el aprovechamiento hidroeléctrico del Río Otún; estudios que me sirvieron de apoyo para adelantar el proyecto cuando fui gerente de las Empresas Públicas de Pereira.

Trabajó en el sector financiero y llegó a ocupar la Vicepresidencia del Citibank de Colombia y fue miembro de numerosas juntas directivas del orden nacional entre las que podemos mencionar: ISA, Asociación Bancaria, y FENALCO.

Actualmente labora como consultor internacional en temas de mercadeo, servicio al cliente y asuntos motivacionales. Además es integrante de las Juntas Directivas de la Cámara de Comercio Colombo Americana y del Sister Cities Program de Miami Dade.

Hoy nuestro ilustre egresado nos obsequia con su libro: Y, ¿Como empiezo mi cambio? Un compendio de sus escritos analíticos sobre los más variados aspectos de la problemática humana, en un estilo corto y directo, como un aporte a la vida y a la grandeza del hombre y sus ideas.

Para Ricardo, su esposa, sus hijos y familiares mi reconocimiento y felicitación y para todos ustedes mi invitación: no dejen de leerlo; no se lo pierdan.


LUIS ENRIQUE ARANGO JIMENEZ
Rector

Pereira, 14 de agosto de 2004