Artículo enviado por el profesor Héctor Iván Arcos Velasco, a toda la comunidad universitaria.



La Universidad : Estado Pseudodemocrático.

Asistimos inermes a la degradación de nuestra universidad. La fachada bonita y cada vez más vacía nos muestra que aunque no lo creamos posible siempre es factible vivir engañados…en una ilusión de prosperidad.
Como recurso último: el de la palabra escrita, pretendo al menos dejar constancia de que aún en estos momentos donde no hay luz al final del camino, existimos personas que criticamos o dudamos no por el gusto de hacerlo sino por la convicción de que la degeneración académica viene acompañada de la degeneración moral de nuestra mini-sociedad universitaria.
Por razones de espacio abarcaré sólo tres temas:
• Profesorado
En los últimos 8 años, la Universidad Tecnológica de Pereira ha pasado de tener un número de alrededor de 5.000 estudiantes a 13.000 en la actualidad. Puede parecer lógico que para un número mayor de estudiantes se necesite de un número mayor de profesores. Que si se quiere mantener o aumentar la calidad académica este número extra de profesores deberán tener igual o mejor preparación que los existentes.
Esta lógica ha sido tergiversada en nuestra universidad. Se cambió por la siguiente: es cierto que se necesitan más profesores, pero como un profesor necesita de horas de preparación de clase, horas para calificar exámenes, para preparar los mismos, horas para reuniones académicas dentro de los departamentos…y otras tantas cosas que un profesor de calidad requiere y la universidad no tiene dinero para pagarlas entonces se procederá a: Contratar profesores por hora-clase pues a ellos no hay que reconocerles tiempo extra para nada, contratar unos pocos de tiempo completo y medio tiempo para los casos estrictamente necesarios (¿Cuándo es estrictamente necesario?). No se harán muchas reuniones académicas, pues la universidad no tiene dinero para pagarlas, se contratarán solo por 8 meses al año y sin concurso de méritos pues dar un trabajo digno con estabilidad laboral y premiar a los mejores es un imposible ya que la universidad no tiene dinero para pagarlos.
En resumen: la labor del profesor universitario se ha reducido a la de dictar clase a bajo costo, cualquier otra labor que este desempeñe para el bien de la universidad es onerosa y no es necesaria para el “perfecto” funcionamiento de la universidad.
• Estudiantado
Pasar de 5.000 a 13.000 estudiantes con las mismas instalaciones implicaría (según una lógica macabra) un hacinamiento en las instalaciones de la universidad. Ampliar el número de programas académicos sólo si se autofinancian implicaría (según la misma lógica macabra) una privatización de hecho. Ofrecer a los estudiantes cursos dictados por profesores sin una adecuado estímulo laboral y sin asesoría paga implicaría una disminución en la calidad del aprendizaje (de nuevo la lógica macabra). Controlar cualquier brote de inconformismo por parte de los estudiantes por medio de herramientas como la expulsión de la universidad o el nombramiento de los líderes estudiantiles en cargos académicos o administrativos para lograr su adhesión implicaría una política de amedrantamiento institucional…usando insistentemente la lógica macabra.
Pero los poseedores de la lógica institucional han dicho: El hacinamiento no existe pues lo que hay es un mejor “aprovechamiento” de la capacidad instalada. No hay ninguna privatización pues si en el papel dice que la universidad es pública entonces seguirá siendo pública por siempre!. Si los estudiantes fallan académicamente y necesitan asesoría pues entonces creemos las tutorías para así poner a trabajar a los profesores de planta (que por cierto, trabajan muy poco): unos privilegiados que quieren vivir con prebendas del siglo pasado. Y finalmente, la dirigencia universitaria respeta el pluralismo y el derecho a reclamar los derechos fundamentales siempre y cuando eso no altere el “perfecto” funcionamiento de la universidad ni vaya en contra de las metas ya trazadas hasta el 2019.
• Pseudo-Democracia universitaria
Nuestra universidad es como un pequeño estado: El rector es el análogo del presidente, el consejo superior el senado, el consejo académico la cámara de representantes, los decanos son los gobernadores y los directores de departamento los alcaldes. Los profesores son el pueblo, y los estudiantes son también el pueblo y a la vez la materia prima que se transforma y se exporta.
Ante esta analogía, vale hacerse la pregunta de si ¿es este un estado democrático?.
El rector lo elige el consejo superior, o sea que podríamos decir que es una democracia parlamentaria?...no! pues el consejo superior solo tiene tres personas elegidas por votación “popular”. Pero los decanos y directores si son elegidos por votación popular, buena parte del consejo académico también lo es. ¿Será entonces que somos algo así como una mezcla entre estado democrático y monarquía parlamentaria?...pues algunos son escogidos por el solo hecho de ser de la “familia” del presidente de la república (léase familia política). Si al menos fuéramos ese tipo de mezcla de estados…pero no, tampoco.
Donde hay elecciones hay política, donde hay política hay políticos, donde hay políticos hay políticos corruptos, y la universidad no será la excepción (¿de nuevo la lógica macabra? ). Uno de los pilares de la democracia es que las elecciones deben ser libres de todo tipo de presiones, solo así se garantiza que el pueblo esté correctamente representado por sus elegidos.
Como lo dije antes, los profesores por contrato a 8 meses no tienen una estabilidad laboral vinculada al hecho de haber ganado un concurso de méritos…ellos dependen de los directores quienes son al final de cuentas los que deciden si tienen contrato o no. Ah! Pero si los profesores por contrato a 8 meses pueden votar en las “elecciones” entonces seguramente irán a ellas “libres” de cualquier presión pues el que voten o no por sus jefes no les afecta en nada! (esta es la lógica institucional)
Lo que la lógica macabra diría es que no hay democracia si hay la presión de perder el lugar de trabajo por no votar a favor de sus jefes.
En resumen, he preferido llamar a nuestra imitación de estado universitario una pseudo-democracia, pues existe como democracia solo en el imaginario de la lógica institucional y como democracia comprada en el imaginario de la lógica macabra. Y permítanme decir, a riesgo de equivocarme, que la lógica macabra es la lógica de los profesores y estudiantes críticos a la situación de la universidad…aquellos que se han formado para pensar y no para aceptar que nuestro patrimonio académico y público sea manejado siguiendo intereses personales.


Héctor Iván Arcos Velasco, PhD
Físico, Departamento de Física.
Ex – Becario Colciencias.
Ex – Becario Fundación Mazda para el Arte y la Ciencia.