• El Centro Etnoeducativo Integral No. 2 Kamusuchiwo’u recibe cada día a unos 2.800 estudiantes Wayuu en sus sedes de Carrizal, Irraipa, Cardón y El Cabo de la Vela, en el departamento de La Guajira.



• Los niños y jóvenes de preescolar, primaria y secundaria aprenden su lengua nativa para luego adoptar el Español como segundo idioma. Los saberes autóctonos y su cultura Wayuu son transversales en todas las áreas del conocimiento.

• La Comisión Económica para América Latina –CEPAL- nominó a esta iniciativa en 2005 como uno de los 45 proyectos de innovación social más sobresalientes de América Latina.



Visitar el Centro Etnoeducativo Integral No. 2 Kamusuchiwo’u es una experiencia que mezcla el pasado y el presente. Al llegar a su sede central, en El Cabo de la Vela (La Guajira), se encuentra con una estructura autóctona, nada común para un colegio. Hecha de barro y yotojoro (plantas y maderas secas), el centro educativo recibe cada día a unos 700 niños y jóvenes Wayuu de preescolar, primaria y secundaria.

Esta institución educativa, en sus sedes rurales de Carrizal, Irraipa, Cardón y El Cabo de la Vela, tiene en total cerca de 2.800 estudiantes indígenas Wayuu. Su sistema de aprendizaje combina la lengua, los saberes y la cultura tradicional de la comunidad con las pedagogías del mundo occidental. Esta iniciativa, conocida en la lenguaje nativo como Anoita Sukuaipa Kamusuchiwo’u, o Gestión para el bienestar de Kamusuchiwo’u, se ha convertido en un referente de etnoeducación para el país.

Para Bibiana Constan Medero, rectora del colegio y perteneciente al clan indígena Epinayuu, el centro etnoeducativo refleja el sistema educativo normal adaptado a las necesidades de aprendizaje de la comunidad. Por eso, el idioma de enseñanza es el Wayuunaiky. El español, como segunda lengua, se aprende desde los grados segundo y tercero de primaria. Así mismo, las clases en todas las áreas del conocimiento tienen como eje central la cultura local.

El proyecto, que comenzó a implementarse en 2004, se ha desarrollado a partir de la participación de todos los miembros de la comunidad indígena, buscando el fortalecimiento de la identidad y la educación propia de los Wayuu. Una buena gestión de las directivas del colegio cumplieron este objetivo, y ahora este proceso de interculturalidad les ha brindado a los indígenas una educación de calidad.

El éxito del proyecto trasciende las fronteras nacionales. La Comisión Económica para América Latina –CEPAL- nominó a esta iniciativa en 2005 como uno de los 45 proyectos de innovación social más sobresalientes de América Latina.

Este reconocimiento no es para menos. El fortalecimiento desde lo étnico ha sido fundamental para el desarrollo del aprendizaje dentro de la cultura Wayuu. El Centro ha realizado varias publicaciones propias de y para la étnica, como el diccionario bilingüe Español-Wayuunaiky, y un libro de mitos y leyendas Wayuu, entre otros más. Todo esto hace que este proyecto se convierta en un pilar para que la cultura indígena de La Guajira se fortalezca y trascienda con el paso de los años.

La rectora Constan Medero cree que este éxito se debe en gran parte al apoyo de las autoridades municipales, así como del Ministerio de Educación a través del Plan Padrino. El Servicio Nacional de Aprendizaje –SENA-, las Empresas Públicas de Medellín y el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar –ICBF-, también han colaborado en el desarrollo de la iniciativa.

Hoy, el objetivo para los directivos del Centro Etnoeducativo es conformar el nivel educativo técnico en la institución, para que los bachilleres indígenas se puedan especializar principalmente en la pesca y las artesanías. La meta no es fácil, pero el equipo directivo y docente del Kamusuchiwo’u ya han demostrado que pueden con cualquier reto.