Intervención del Rector de la Universidad Tecnológica de Pereira, Ing. Luis Enrique Arango Jiménez en el acto de instalación del II Encuentro de Comunicadores al Servicio de la Educación Superior realizado el jueves 20 de septiembre de 2007.
Intervención para Encuentro de Comunicadores
Pereira, 20 de Septiembre de 2007
El afán "sensacionalista" de los reportajes hace que se les dé a las manifestaciones una importancia que proba¬blemente nunca tuvieron; tratando de "pescar los acontecimientos" la radio exagera y los deforma en el sentido deseado por los agitadores. Por otra parte, el deseo de parecer objetiva la obliga de repente dar a éstas una presencia y una importancia nueva. Se invita a los líderes a hacer declaraciones; su voz alcanza una resonancia igual a la de los hombres que tienen responsabilidades reales. Según la expresión de un sindicalista, los líderes son "lanzados como una nueva marca de jabón". Mientras que en las revoluciones pasadas la radio debía ser protegida contra el asalto, en el presente caso el inmenso poder de las ondas radiofónicas se haya espontáneamente a disposición de los agitadores.
Lo que acabo de leer hace parte de un análisis escrito a raíz de las manifestaciones estudiantiles de mayo de 1968 en Francia, hace casi 40 años y parece que se refirieran a la actualidad.
Definitivamente hay que aceptar que los medios de comunicación siempre adoptarán una actitud facilitadora para quienes están desde la orilla contraria a la Institucionalidad, al menos en las sociedades democráticas.
Se presume que los débiles, quienes protestan, están animados siempre de una causalidad justa y por lo tanto deben ser amparados. Quizás, esta manera de actuar de los medios, sea lo que más convenga a la sociedad para el normal desarrollo de las naturales tensiones que en ella se anidan como resultado de los diversos intereses envueltos e incluso del legítimo derecho a discrepar, piedra angular de cualquier sistema que se funde en la democracia.
Pero en el caso de las Universidades la discrepancia es consustancial a su naturaleza; es más, la diferencia, la contradicción y el debate, son el alimento del progreso. La Universidad es una secuencia de crisis. Una Universidad sin tensiones, es una Universidad muerta.
Quienes conducen la lucha o la protesta como políticos que en el fondo son, exageran sus puntos de vista, magnifican sus propuestas y por supuesto, distorsionan y demeritan las de la Institucionalidad. Es algo apenas natural, es la competencia por la opinión, el afán de ganar adeptos y engrosar la causa que defienden, así esta apenas sea coyuntural.
Por otro lado, los medios de comunicación no pueden abstraerse de su condición de negocio, y para que éste sea consistente y promisorio, deben atender a las veleidades de la opinión y de los rating. Competir con las malas noticias, con los paros, con las bombas, con las tomas, con las huelgas, en la preeminencia de las noticias, es una vana ilusión. Estas noticias serán más vendedoras y por supuesto los medios las buscan y difunden de manera incesante y privilegiada.
Lograr la objetividad de los medios de comunicación es una tarea muy difícil, aunque no por ello la Institucionalidad debe bajar la guardia. Yo diría que una justa aspiración, dadas las circunstancias, podría ser al menos que se contara la otra cara de la historia, así ella no arroje los mismos réditos en términos de consumo de información.
También, hay que reconocer que en los medios de comunicación hay poco conocimiento de las temáticas universitarias y de sus conflictos seculares. De allí, que tratar de invitar a los comunicadores a participar de manera reflexiva en los asuntos de la educación, sea siempre una buena estrategia.
Quiero mencionar una experiencia reciente que estamos llevando a cabo en Risaralda con el Observatorio de Medios, Sociedad y Academia; un esfuerzo que en conjunto con importantes comunicadores de la región se plantea impulsar análisis y debates sobre la educación superior para proponer estrategias que propendan por el mejoramiento de la calidad de vida de los habitantes de la región, según el objetivo que ellos mismos han declarado.
Como objetivos específicos se han trazado los siguientes:
• Hacer debates sobre las políticas públicas de educación superior.
• Investigar los contenidos e imaginarios existentes en los medios de comunicación regionales.
• Hacer propuestas de desarrollo para el departamento con base al seguimiento crítico y propositivo que alimente la relación de la educación, los medios de comunicación y la sociedad.
• Divulgar las buenas prácticas, las necesidades y los problemas básicos en cuanto a educación superior
• Capacitar a los miembros de los diferentes medios de comunicación.
En mi modesta opinión, pienso que la desinformación o la falta de información solo se resuelve con más información; por ello, en esta Universidad tratamos de informar todo lo que se hace, así parezcamos sobreactuados. Los informes del Rector, las decisiones de los Consejos, las actas, los eventos, los logros, los reconocimientos, en fin, todo lo que sea informable, se informa de manera sistemática y oportuna.
Una buena información dificulta la acción de quienes se especializan en interpretar las intenciones de los directivos universitarios, del Ministerio y del Gobierno. Parece increíble pero en los medios universitarios navegan los rumores más asombrosos, convertidos en verdades a fuerza de repetirlos, entre otras cosas, porque no hay voces que se animen a confrontarlos.
A falta de razones objetivas, verificables, demostrables, el debate político se ha centrado en interpretar las intenciones del otro, y en esa carrera de interpretaciones se acaba diciendo cualquier cosa.
Para nosotros la red de datos, los correos electrónicos, los boletines electrónicos diarios, han sido un arma de contención muy importante. Así mismo, hemos sido francos con los estudiantes y con los padres de familia al advertirlos de las realidades universitarias y pedirles el concurso para mantener la Universidad funcionado.
He querido aprovechar este breve saludo para ofrecerles un repaso sobre algunas actividades que se cumplen en el campo de lo que pudiéramos llamar la dimensión comunicacional de la Universidad, sin que pretenda con ello dar a entender que tenemos una estrategia consolidada; son apenas atisbos empíricos para atender un frente que indudablemente es crítico para el cabal funcionamiento de las Universidades Estatales en Colombia.
Celebro que los comunicadores de las Universidades hayan resuelto abordar como tema el papel de las comunicaciones en situación de conflicto para este evento; indudablemente tenemos mucho que compartir y que aprender en esta materia. Siempre será relevante que el rigor de la academia permee una actividad como las comunicaciones; crucial y complementaria para los afanes misionales de la Educación Superior.
También celebro los esfuerzos que en el tema ha venido haciendo el Ministerio de Educación Nacional desde el año pasado con la realización de los seminarios regionales y el Foro Internacional en torno al análisis del tratamiento que los medios de comunicación le han dado al tema educativo en aras de mejorar la calidad de la información.
Agradezco a la Red Nacional de Comunicadores de Instituciones de Educación Superior Públicas, la Red de Universidades Públicas del Eje Cafetero Alma Mater, al Ministerio de Educación Nacional y a Universia, organizadores de este importante encuentro.
Bienvenidos a la Universidad Tecnológica de Pereira.
Muchas gracias,
LUIS ENRIQUE ARANGO JIMÉNEZ
Rector
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