Conozcamos nuestro sistema de Control interno: somos parte de él.



Como todo sistema, nuestro control interno requiere de unas bases sólidas que permitan su efectividad, funcionamiento, apropiación y compromiso por parte de todos los que hacemos parte de la Universidad.

Esas bases son los fundamentos, que sin ellos el sistema de control interno no podría existir.

Ahora, veamos cuáles son los fundamentos:

• Autorregulación:
Es la forma en la cual la Universidad se reglamenta con base en la Constitución y la ley, con el fin de definir sus propias políticas, principios y conductas éticas, normas (acuerdos, estatutos, resoluciones) y procedimientos (Administrativos y Académicos) que son requeridos para el cumplimiento de la visión y misión institucional.

Entonces, la autorregulación permite que la Universidad establezca el con qué y cómo se hace, para el logro de los objetivos institucionales

Autocontrol: Es la capacidad que tenemos cada uno de nosotros para evaluar nuestro propio trabajo, detectar desviaciones e implementar las acciones de mejoramiento necesarias, de tal manera que los procesos, actividades y tareas en los cuales intervenimos aporten efectivamente al buen desempeño de la Universidad.

Podemos decir que el autocontrol esta inmerso en todas las acciones, decisiones y actuaciones que realizamos en procura del logro de los propósitos personales e institucionales.

Autogestión: Es la capacidad que tiene la Universidad para interpretar, coordinar y aplicar de manera efectiva, eficiente y eficaz la función de “Docencia, Investigación y Extensión” que asume en ejercicio de su misión y dentro del marco de la autonomía universitaria.

La autogestión es la garantía del cumplimiento de la misión institucional.


La Autoregulación y la Autogestión dependen directamente de la universidad como un sistema, pues con ellos se regula y promueve el actuar institucional.

El Autocontrol depende de cada uno de nosotros y se evidencia en el compromiso y la responsabilidad con lo que hacemos.