Ahora que las campañas electorales afilan sus mensajes para buscar el favor electoral, es bueno revisar algunas de las expectativas que desde las universidades se anidan con relación a lo que consideramos el deber ser de los entes territoriales con relación al papel que juegan en el llamado desarrollo.
Lejos están aquellas posturas que consideraban a la educación superior como un asunto extraño, cuya responsabilidad sólo reside en el Ministerio de Educación Nacional y no en ningún otro sitio. En la medida que las tasas educativas en los niveles precedentes han aumentado y las metas que se proyectan alcanzan casi la universalidad, aparece de bulto el enorme déficit que la sociedad tiene con este sector; máxime cuando nadie discute que en la sociedad del conocimiento, es precisamente la educación superior el factor clave para proyectar el desarrollo.
Creemos fervorosamente que a la educación superior deben concurrir los sectores de gobierno y de sociedad civil para favorecerla en todos los aspectos y dimensiones. Me voy a permitir relacionar algunos puntos que a mi entender son críticos y bien importantes para que sean incorporados a la deliberación ciudadana. Podría decir que cualquier candidato a Alcalde, Gobernador o Corporación Pública, debiera tener una posición y una propuesta con relación a ellos:
• En la educación superior la matrícula tiene una profunda inequidad en relación con los sectores más débiles, y los que logran ingresar padecen complejas situaciones de debilidad que pronostican una remota supervivencia. El costo de la matrícula, del transporte, el sostenimiento y la salud, son todos elementos que conspiran contra estos sectores. ¿Qué pueden hacer los entes territoriales para contribuir a evitar el fracaso y aumentar el acceso?
• ¿Qué política para los estudiantes talentos puede construirse desde las Alcaldías y las Gobernaciones para apoyar a aquellos estudiantes que sobresalen y pueden ser una promesa para el país?
• ¿Cómo las Alcaldías pueden propiciar entendimientos entre los POT(S) y la misión de las instituciones educativas para que unos y otros no vayan en contravía? Da grima presenciar cómo se deterioran los entornos universitarios con la proliferación de usos del suelo no propiamente facilitadores de la tarea educativa, sin que nadie, ni ninguna norma lo impida.
• La distribución de las ofertas académicas está saturada de aquellas que privilegian lo profesionalizante y relegan a último lugar las ofertas técnicas y tecnológicas articuladas con la vocación productiva. Peor aún, el imaginario colectivo descalifica estas ofertas por considerarlas de menor cuantía. El país se ha puesto la meta de fortalecer la educación técnica y tecnológica en las IES articulándola a las instituciones de educación media y dotándolas de continuidad a través de ciclos propedéuticos para que quien las curse pueda ascender de manera fluida hasta los más altos niveles de formación, incluida la doctoral. ¿Qué hacer desde los municipios certificados y no certificados para impulsar y apoyar estas estrategias?
• La oferta de educación superior se concentra en las ciudades, los municipios apartados están en evidente situación de inferioridad. El Gobierno ha impulsado los llamados Centros Regionales de Educación Superior CERES como una alternativa que busca llevar las ofertas a las regiones con subsidios y crédito, pero también con apoyos locales. ¿Qué pueden aportar las Alcaldes y los Gobernadores a estos proyectos para hacerlos viables y al alcance de los ciudadanos?
• La Universidad ha creado mecanismos para entregar cupos en todos los programas a los municipios de Risaralda, exceptuando Pereira, Dosquebradas y Santa Rosa, que deben competir semestralmente sin favoritismos, un cupo por programa; pero, ello no basta, es fundamental que los estudiantes puedan vencer las barreras objetivas para llegar al claustro y atender su proceso de formación en términos dignos. ¿Qué apoyo pueden brindar los entes territoriales y las corporaciones para lograr que el avance de la Universidad tenga reales efectos en términos de equidad geográfica?
• Las pasantías para los estudiantes de los últimos semestres son un mecanismo de formación desde el punto de vista de la práctica; algunos municipios como Medellín por ejemplo, han abierto las puertas para recibir de manera importante a los buenos estudiantes en prácticas empresariales, tanto en las dependencias del propio municipio como en sus empresas asociadas. ¿Qué podría plantearse aquí, por ejemplo en las empresas de servicios sin ignorar las dependencias? ¿No podría esto airear la administración pública?
El emprendimiento y la innovación son culturas que necesitan promoverse y enseñarse a todo nivel; aquí las trabajamos desde las instituciones educativas, y desde las incubadoras de empresas, en especial desde Parquesoft con el apoyo de la Alcaldía de Pereira, la Cámara de Comercio, la Andi, el Sena y los Empresarios. ¿Por qué no involucrarnos con mayor ímpetu y desde todos los entes a trabajar este tema de manera más sistemática y envolvente?
Quedan pues planteados estos asuntos del mayor interés para que sirvan de insumo a las campañas políticas, desde las Universidades estaremos dispuestos siempre a conversar sobre ellas.
Luis Enrique Arango Jiménez
Rector Universidad Tecnológica de Pereira
_____________________________________________
Editorial del Rector publicada en la Edición N. 6 del Periódico Institucional UTP Campus InForma.