Texto enviado por el proyecto Punto Seguido a los medios de comunicación con relación al asesinato del estudiantes Alvaro Rotavisque.
Pereiranos y Pereiranas
Señor alcalde
Señores funcionarios del municipio
Señores del consejo municipal
Señores de los gremios económicos
Tenemos mucho dolor y estamos cansados de tanta muerte junta, tanta muerte convertida en estadística, en frías cifras que ocultan el drama, el abandono y la ignominia del asesinato y el desconocimiento del valor de la vida.
Estamos cansados de guardar silencio, de callar ante la negligencia de los que administran nuestra vida en común, de los que elegimos para que nos protejan y valoren, cansados del desinterés mutuo, del miedo que llena calles, parques, esquinas. Cansados de no buscar las razones por las que empezamos a matarnos, cansados de las acciones simplistas y mecánicas, cansados del golpe, el grito, el abuso y la complicidad con los señores del crimen.
Hace dos días mataron en Pereira a Alvaro Rotavizque, él era un ser humano común como la mayoría de nosotros, al igual que en otras madrugadas abordó una buseta que lo llevaría a su trabajo y estudio en la Universidad Tecnológica de Pereira, allí fue vilmente asesinado por dos hombres que odian la vida, pero igual fue asesinado por la incapacidad de los administradores de lo público para brindar una mínima seguridad a los ciudadanos, fue asesinado por la demagogia y el clientelismo, por la incapacidad que tenemos los ciudadanos de exigir el cumplimiento de nuestros derechos.
Fue asesinado por este silencio cómplice, por este miedo que nos encierra en las casas, por este miedo a la esquina y al parque, a la calle, a la noche. Otros si son dueños de nuestra ciudad, son señores de las armas, el narcotráfico, la delincuencia, el crimen, la extorsión, la amenaza, el abuso y la negación. Mientras tanto nosotros nos ocultamos, el miedo nos sirve de somnífero y empezamos a olvidar que la calle es nuestra, el transporte público es nuestro, los barrios con sus esquinas son nuestros… ¡la ciudad es nuestra!
Por eso en reconocimiento a Alvaro, y a los cientos (miles en el tiempo) de ciudadanos que son vilmente asesinados, envilecidos y ultrajados, es necesario que todos los pereiranos y pereiranas unamos nuestras voces y nuestros actos, unamos esta capacidad de amar la tierra y la vida, para exigir a los gobernantes, a los organismos de seguridad y a los ciudadanos que pongamos fin a esta fiesta de sangre. Cada uno con sus recursos y capacidad debe aportar su tarea para que ¡por fin! la vida tenga valor, cada uno con lo que le corresponde, cada uno con lo que se le puede exigir. No queremos más gobernantes que conviertan exclusivamente la seguridad en más armas y alhambrados.
Queremos gobernantes sensibles, amorosos, respetuosos, con la capacidad de valorar la vida de todos los seres humanos que habitamos el territorio pereirano, con capacidad de promover la participación real de los pereiranos y pereiranas, con capacidad de reconocer que el fortalecimiento político y ético de los ciudadanos es la posibilidad de cambiar este lugar de muerte por un lugar de confianza y respeto mutuo.
Queremos la vida, queremos el valor que tenemos como humanos.
Proyecto Punto Seguido. Noticias para los gestores de la convivencia familiar y social