La Oficina de Relaciones Internacionales presenta los informes enviados por los estudiantes de la escuela de Música Manuel Cardona López y Leonardo Tamayo Buitrago seleccionados para participar en el festival “Pergine Spettacolo Aperto” en Italia.



Mi viaje a Europa
Por: Manuel Cardona López


Esta es la bella historia de mi vida desde que ese maravilloso instrumento llamado VIOLIN, se apodero de mi vida e hizo que todo en ella girara en torno a él, agradezco a Dios y a mis padres por poder tenerlo a mi lado y con el mis sueños hechos realidad.

Todo comienza cuando el maestro Bogotano Julián Lombana Mariño, decide venir a nuestra ciudad de Pereira e integrarse a la Universidad Tecnológica de Pereira para hacer un montaje coral-sinfónico en esta institución y es allí cuando junto con mi gran amigo Leonardo Tamayo, somos convocados para integrar la orquesta del festival “Pergine Spettacolo Aperto” en la ciudad de Pergine en Italia. Llenos de emoción hacemos maletas, gracias a la Universidad que nos apoyo en todo lo que necesitamos, y empieza nuestro viaje que como todos los viaje, trajo sorpresas, nuevas experiencias y un montón de conocimientos que no se pudieron quedar allá sino que se ven incluso en nuestra forma actual de vivir. Fueron dos meses de convivencia juntos donde nuestra amistad se fortaleció y donde aprendimos el compartir con otras culturas a un metro de distancia, (cuarto de enseguida), pues vivíamos con tres Rumanos (zcolt, Horatiu y Vlad) con los que nos comunicábamos en un ingles apenas entendible, pues ellos no hablaban mas que Rumano, Alemán, Francés, Italiano y húngaro, pero nada de Español.

Los primeros días fueron muy difíciles, por que estábamos muy divididos por países y no existía una mezcla de todos como si se vio al final. Nos conocimos con los otros colombianos y siempre estábamos con ellos, aunque vivir con estos rumanos fue de lo mejor de la experiencia. Ya en la orquesta Leonardo quedo en el segundo atril de cellos, que solamente eran seis; y yo quede en es segundo atril de segundos violines que éramos siete. Después de una semana de ensayo parciales, nos integramos todos y el maestro George Costin (director titular de la orquesta filarmónica de Timisoara en Rumania y compañero de estudios del maestro Julián Lombana) fue quien dirigió este primer montaje y sus conciertos. Luego el maestro Julián tomo la batuta para hacer un montaje con un ballet y quince días mas tarde la tomo nuevamente para dirigir el Gran Bazar Latinoamericano que fue su idea y la obra cumbre del festival de este año.
Después de mes y medio en Italia donde ya nos habíamos integrado con todos en el lago de Caldonazo donde pasamos tantas noches de diversión, el festival se desplazó hasta España donde hicimos tres conciertos magistrales y con una sonoridad increíble, pues se trabajo casi todos los días.

Pero lo mejor de viajar siempre es regresar a casa y encontrarse con las personas que uno ama, pero dejando un gran pedazo de mi al otro lado del océano, pues como músico sé que Europa es una meta a la que todos queremos llegar pero para mi ya se hizo realidad.

Es imposible no agradecer en este escrito, primero a Dios que me dio la oportunidad de realizar mi sueño de tocar en Europa, a mi familia que siempre ha estado allí apoyándome, a la Universidad Tecnológica de Pereira, a la Oficina de Relaciones Internacionales a Margarita, al queridísimo Maestro Julián Lombana Mariño, por confiarnos esta oportunidad que creo no le defraudamos y a todas las persona que hicieron posible que nuestro viaje fuera una realidad tangible y que lo disfrutamos al máximo.

Gracias.



Dos Idiomas Dos Contextos

Por: Leonardo Tamayo Buitrago


Pensaba que el inglés no era tan necesario. Si uno tiene pensado realizar sus estudios en Europa, pues para que profundizar dicho idioma, sería una pérdida de tiempo…

Pues lastimosamente, uno no se da cuenta de estas cosas hasta el momento en que las vive y sufre un poquito. Pero en fin, creerán que fue todo un desastre – pero no…

La música es un lenguaje demasiado bonito y humilde, con ricos conceptos y sencillas palabras.

En el festival descubrí y viví dos mundos. El mundo en el cual hacia música, es decir los ensayos de orquesta, y el otro, era el tiempo libre en donde tenía que cocinar, ir de compras, ir al lago o a la playa, o simplemente descansar en la casa. En este tiempo libre no iba a estar callado, tenía que comunicarme, socializarme, interrogar a los compañeros de los otros países, en fin muchas cosas…

El mundo de la música en el cual la misma música expresa un lenguaje universal, eran los ensayos, como ya se mencionó. Estos ensayos por lo general eran todo el día de 9:30 am a 12:30 pm; y en la tarde de 3:30 pm a 6:00 pm, los fines de semana ensayábamos solo por las mañanas. Parece un poco pesado, pero realmente no. Algunos días nos daban la tarde libre o el fin de semana libre, además, después de los ensayos, después de las 6:00 pm, también quedábamos libres.

En los ensayos de orquesta no se puede hablar, a no ser de que usted quiera sugerir alguna indicación técnica gran peso musical y bien sustentada, con la posibilidad de ser rechazada. Si usted no se siente seguro de eso, mejor no decirlo.


Durante el ensayo, la música se va desarrollando, se va formando y cada vez va sonando mucho mejor. Las inquietudes que me surgieron a nivel técnico, o de rítmica, o de digitación, o de solfeo, eran a veces las mismas inquietudes de mis compañeros cellistas. Más exacto, mi compañera húngara “Victoria Rakos pasaba también por las mismas. Lo mejor de todo esto era que nos entendíamos, porque las frases musicales que requerían una buena técnica, alguna vez las había estudiado en mi facultad de Bellas Artes de Pereira o ella en el conservatorio de su país; porque las partes de gramática, rítmica, solfeo que no estaban claras, eran un poco similar a los ejercicios de Hindemith, Van Der Horst y otros, los cuales los estudié durante mi carrera en la UTP y ella posiblemente en su conservatorio. (Estas inquietudes tenían que ser resueltas rápidamente, solo o con la ayuda de su compañero o jefe de atril). Entonces, por tales motivos, en el ensayo me sentía cómodo con mis compañeros, todo giraba en un ambiente musical, un idioma del cual me había apropiado de el desde los 5 años, que inicié clases de piano con mi papá.

Terminado el ensayo, pocas veces se hablaba de música; ya habíamos ensayado toda la mañana, solo queríamos descansar, comer, beber algún refresco, ir a la playa o hablar con alguien. Ese alguien puede ser una turca, húngara, rumana, o gringa… entonces en que idioma le hablo, el turco es muy difícil, su fonética es demasiado diferente a la nuestra, el húngaro, es bastante raro, el rumano es como interesante pero de todas formas no se entiende nada y además lo hablan muy rápido y así debe ser – rápido. Y finalmente el inglés, si no fuera por la materia de inglés del colegio, y los módulos vistos en el ILEX, no me hubiera podido comunicar ni para saludar.

Parece increíble pero realmente no; tanto las turcas como las húngaras y las rumanas manejaban el inglés como su segunda lengua, es decir que todo el mundo hablaba inglés y por consiguiente, todos teníamos que comunicarnos en inglés.
Haciendo un pequeño resumen, se presenciaban 2 contextos: primero, el musical, tanto ensayos como presentaciones dentro del salón o teatro comunicándonos con el primer idioma, y el segundo, el descanso, el relax, la socialización, el encuentro en donde todos queríamos conocer las costumbres y experiencias de los demás, y por qué no con un vinito al lado del lago o de la playa y a la luz de la luna, sencillamente, fenomenal…

Estos dos contextos hicieron que el encuentro que duró mes y medio, tuviera un ambiente muy agradable siendo la despedida para mi muy nostálgica. Me fui dando cuenta que había hecho grandes amigos que quien sabe, si algún día los volvería a ver. En lo musical me pude dar cuenta que un buen músico no es solo aquel que toca mucho, es esa persona que conociendo sus habilidades es humilde, sencilla, integral, que le gusta socializarse con los demás y aprender de los demás. Ese músico joven estará listo para enfrentarse a una sociedad, a un público, a un grupo de estudiantes, a un alumno así de simple Y PUNTO.