Comunicado enviado por el profesor Guillermo A. Gärtner Tobón a toda la comunidad universitaria.



Paz a la Granja

Un pasaje en Fausto pone en boca de Wagner el siguiente ejemplo: "nadie ha podido comprender todavía cómo el alma y el cuerpo, que tan bien se relacionan, se hallan unidos de un modo tan estrecho como si jamás debieran separarse, y no obstante, se amargan sin cesar la vida.."

Traigo a cuento lo anterior como ocurrencia al momento de disponerme a compartir con ustedes un documento al cual llegué hoy casualmente cuando buscaba alguna referencia en el ciberespacio a una publicación citada por Mario Arango y Jorge Chile en su libro "Narcotráfico. Imperio de la Cocaína" ejemplar maltrecho recientemente rescatado y el cual estoy re-consultando por no decir releyendo, en estos días.

No encontré lo que buscaba pero si otras cosas sorprendentes e interesantes entre ellas el archivo .pdf que comparto en este sitio a sabiendas que se trata de algo que va en contravía a propósitos, compromisos, creencias, de algunos o algunas de los participantes en este punto de encuentro del Observatorio.

Quiero en esta oportunidad invitar a la lectura reflexiva y crítica, compartida y meditada de los contenidos de esa invitación a cambiar de actitud o actitudes frente a esa compleja relación de los seres humanos consigo mismo y sus entornos, en este caso el de las sustancias y plantas modificadoras de sus estados mentales y físicos, del cuerpo y del alma.

Los seres humanos, condenados a ser semejantes a Dios, con conciencia o sin ella, hemos creado un hipercuerpo dotado de armas, cárceles, sistemas judiciales, facultado para someternos a partir de normas que pretenden regular o manejar esa compleja relación a que se refiere Wagner entre el alma y el cuerpo. En la obra El Abogado del Diablo, hay un pasaje en el cual alguno de los personajes exclama imaginarse a Dios como a un bromista dotando a su criatura, al ser humano, de glándulas e instintos, para imponerle luego normas para que no las satisfaga, disfrute o siga.

Sin más preámbulos dejo pues a consideración de cada quien el contenido de ese mensaje presentado como un llamado a dejar al mundo vegetal en paz y a disfrutarlo en su despliegue y relación con nuestro cuerpo y alma, tal vez por acá y no por el camino de la guerra y todo lo que la política "antinarcóticos" ha alimentado, se pueda llegar a la deseable conciliación y liberemos a ese hipercuerpo de tan inútil y costoso papel.


Guillermo A. Gärtner Tobón
Santa Rosa de Cabal, febrero 10 de 2006

El documento al cual hago referencia puede consultarse a través de:

http://action.encod.org/portal/faces/public/exo

De ese sitio, copio y pego:

Libertad para Cultivar

Durante miles de años, se ha cultivado en todo el mundo cannabis, hojas de coca, adormidera y otras plantas para usarlas como medicina para el cuerpo y la mente, o para otros usos prácticos. Hoy día, al menos 35 millones de personas de la Unión Europea y más de 200 millones de todo el mundo continúan usando alguna de estas plantas.

Sin embargo, desde 1961, siguiendo los dictados de una Convención de la ONU que se aplica en casi todos los países del mundo, estas plantas están prohibidas. La gente ha sido asesinada, torturada, encarcelada, estigmatizada y arruinada por cultivarlas, comerciar con ellas o consumirlas.

El consumo de drogas puede causar problemas, especialmente entre gente joven. Pero el hecho de que las drogas estén prohibidas tiene consecuencias desastrosas.

Lleva a los consumidores a estilos de vida que resultan nocivos para ellos y para otros, y crea problemas de salud que se podrían evitar con facilidad. La prohibición de drogas cede el control del mercado de drogas al crimen organizado. Mientras se gastan grandes cantidades de dinero público en la guerra contra las drogas, la realidad evidencia que estos esfuerzos no sólo resultan ineficaces sino incluso contraproducentes.

ENCOD es una plataforma europea de ciudadanos que desea abordar los problemas de las drogas aplicando un enfoque inteligente y eficaz. Creemos que sólo la regulación legal del mercado de las drogas reducirá esos problemas. Tal regulación mejorará las condiciones de vida de millones de personas y disminuirá significativamente una de las principales fuentes de ingreso delictivas.

Uno de nuestros objetivos es modificar la Convención sobre drogas de 1961. Solicitamos a la ONU que se establezca el derecho de todo ciudadano adulto del mundo a cultivar y poseer plantas naturales para uso personal y no comercial, usando todo equipo técnico que exista para ello. Al mismo tiempo, se debería permitir que países autónomos experimenten con políticas no basadas en un régimen prohibicionista.

La guerra contra las drogas debe terminar. Ayúdanos

http://action.encod.org/portal/faces/public/exo