Comunicados enviados por la Junta Directiva de ASPU Risaralda a la comunidad universitaria.



Acerca de los Números Mágicos

1. Los números mágicos no existen; existe la ignorancia sobre su origen, sobre su explicación. Coloquemos un ejemplo propio del sistema, en los comienzos del capitalismo a los obreros se les exigía laborar 16 horas al día; es decir, 96 horas semanales, bajo las condiciones insalubres de las fábricas muchos obreros morían y su promedio de vida no alcanzaba los 30 años. Estos empezaron a organizarse, a luchar para que este “número mágico” de 16 horas disminuyera. Posteriormente organizados en sindicatos y con la capacidad para realizar huelgas, un glorioso primero de mayo de 1886 se conquistó la jornada de 8 horas: 8 horas de trabajo, 8 horas de estudio y 8 horas de descanso; por este motivo, hoy, en la gran mayoría de países se trabaja 8 horas diarias, pero el 8 no es un número mágico.

En Francia, con las grandes movilizaciones obreras y su alta capacidad de lucha lograron bajar este número a 6 horas diarias; es uno de los pocos países donde los obreros trabajan 35 horas a la semana: 6 de lunes a viernes y 5 el sábado, pero ni el 6 ni el 35 son números mágicos, son horas de trabajo. La burguesía francesa está en una lucha frontal con la clase obrera para restaurar las 48 horas de trabajo semanales. Si por la burguesía fuera los obreros deberían trabajar 72 o 96 horas a la semana y con salario mínimo. Afortunadamente hay oposición y lucha contra esta aspiración de la burguesía.

2. Como los números mágicos no existen, las 9 horas semanales que podía laborar un docente para ser considerado como catedrático surgieron de un análisis simple. Hace algunos años cuando las directivas de la UTP (Consejo Académico y Consejo Superior) dialogaban con los docentes, surgió por negociación concertada el Estatuto Docente; quizás el señor Rector no lo recuerde, porque en aquel entonces se encontraba reestructurando, flexibilizando y modernizando Telecom (hoy empresa en liquidación). En las reuniones concertadas se discutió acerca del tiempo mínimo que necesitaba un docente para preparar una hora de clase; es evidente que algunos docentes, específicamente aquellos que van a orientar la asignatura por primera vez requieren de mayor tiempo que aquellos que llevan varios semestres con la asignatura. A pesar de las diferencias se llegó a la conclusión de que una hora de clase requiere por lo menos una hora de preparación (material didáctico, talleres, ejercicios, ejemplos, etc.). Por tal motivo, 9 horas de clase requieren de no menos de 9 horas de preparación, es decir, que el catedrático de 9 horas de clase le dedica más de 18 horas semanales de su vida al trabajo en la universidad. Si dicta 10 horas le dedicaría por lo menos 20 horas semanales a la universidad y este otro “número mágico” corresponde a una dedicación de medio tiempo, porque el tiempo completo es de 40 horas a la semana.

Si la Universidad lo contrataba para dictar más de 10 horas como catedrático le estaba birlando las prestaciones que tiene un docente de medio tiempo o tiempo completo. Esta es la explicación y el origen del calificado por el señor rector como “número mágico”. Señor Rector; los números mágicos no existen, la magia la utiliza la burguesía para hacer desaparecer los derechos adquiridos y reformar estatutos de manera inconsulta, claro que otros le dan a esta forma de gobierno autoritario diferentes nombres. De todas formas no es democrática la forma como se reforman los estatutos.

3. La burguesía y sus agentes son los especialistas en hacer magia. Hace no más de 3 años, uno de los agentes de la burguesía, Juan Luis Londoño, anterior Ministro de la Protección Social, quien afortunadamente hoy no desempeña, ni desempeñará cargo alguno, logró que el día para los trabajadores se prolongara hasta las 10 de la noche, con el único fin de que la burguesía se quedara con el 30% de las 4 horas de recargo nocturno. Los obreros, no organizados, se lamentan hoy de su pérdida
y la burguesía felicita y aplaude a su presidente por semejante “acto de magia”.

De igual manera el Señor Rector con frases sueltas como: “elimina una barrera” y “abre una oportunidad”, cambia el “número mágico” 9 por otro “número mágico” 20; con el fin de arrebatar derechos que debe tener un profesor de medio tiempo o de tiempo completo.
Hoy aún conservan dichas modalidades de contratación, mañana con las herramientas legales con que cuentan los irán desmontando, pasado mañana serán eliminados para sanear las finanzas de tan prestigioso centro universitario que marcha hacia la excelencia (el MIT ocupa el primer puesto en la escala de la excelencia y la ciberproducción mientras que la UTP ocupa el puesto 2.378 en la misma escala). Pero Señor Rector, las cifras no son mágicas ni arbitrarias, fueron consultadas y concertadas. Arbitraria es la cifra de 20 horas que entre usted y William Ardila Urueña llevaron para su aprobación al Consejo Superior. Arbitraria es la forma como surgió ese “número mágico” de 20 horas semanales para los catedráticos.

4. Sabe usted que hoy, 30 de enero de 2005, faltan entre un 20% y un 30% de estudiantes por matricularse en los colegios oficiales que están aún abiertos (mañana quizás se cierren o fusionen otros). Sabe usted que en Cartagena faltaban por matricularse 70.000 estudiantes. De allí, que hasta en televisión a ritmo de reguetón llaman los estudiantes a matricularse. La deserción estudiantil es la más alta en América. A todo este programa educativo la burguesía colombiana lo llama “Revolucion Educativa”. Eso es magia, porque viven en el país de Alicia y muy por fuera de la realidad.
La realidad que conocen es la de incrementar la explotación; no te has puesto a pensar que si una hora de clase requiere una hora de preparación ese “número mágico” de $17.133.oo por hora cátedra debería ser llevado a por lo menos $34.266.oo por hora dictada. Que 20 horas cátedra ameritan un contrato de tiempo completo y un mejor salario. Si te contratan por 20 horas como catedrático la burguesía y la administración de la UTP están haciendo efectivo otro acto de magia: Trabajar más por menos.


Pereira, 31 de enero de 2006

Junta Directiva ASPU Risaralda



Sabe Usted que el Centro Educativo La Julita, que albergaba los alumnos correspondientes a dos colegios, este año no será abierto porque no hubo matrícula, los antiguos estudiantes no regresaron, mañana funcionará el SENA o será alquilado a alguna universidad privada o se ampliaría el Instituto Técnico Superior, abriendo nuevos cupos para los estratos 4 y 5 que vamos en caída libre direccionados por la fuerza “gravitacional” del neoliberalismo; sabe usted que el Colegio Oficial Alfredo García tampoco será abierto y en sus instalaciones funcionará el Colegio La Inmaculada, no hubo matrícula.


A Propósito del Acuerdo del Consejo Superior del 16 de Diciembre

Lamentable la política que viene impulsando el Consejo Superior de la UTP, el cual en lugar de sancionar y prohibir a las autoridades académicas que han venido violando el Estatuto Docente en lo que se refiere al tope de las nueve horas para los profesores de hora cátedra, lo que ha hecho es legalizar esta práctica irregular de los administrativos académicos.

Preocupa que esta política aliente a estos y otros funcionarios a iniciar actividades por fuera de los estatutos de la Universidad porque asumen que no serán sancionados y a la final el Consejo Superior legalizará tales acciones irregulares. A pesar de comprender que las ideas del profesor William Ardila Urueña no son tan propias, sino que son el fruto de los pre Consejos Superiores que se realizan a espaldas de los representantes profesoral, estudiantil y de los trabajadores, difícil es comprender que esta persona se empeñe en socavar las solidas bases de calidad académica que la Universidad ha construido durante todo el tiempo de su existencia. Recientemente abordé al profesor Ardila, proponente de la modificación del Estatuto Docente donde se le autoriza a los catedráticos dictar hasta veinte horas, para indagarle los motivos que lo iluminaron para tan brillante propuesta y su argumento más contundente fue que de esta forma se mejoraban los ingresos de estos profesores que tanto los necesitaban. No hubo ni el más mínimo asomo de un argumento académico. Si bien es cierto que esta es una realidad de los profesores, también lo es que esta es una Universidad y por lo tanto en la toma de decisiones deben primar los beneficios que para la academia éstas representen. Existen otras formas de contribuir al mejoramiento económico de los docentes, sin detrimento de lo académico: llenando y ampliando las plazas de los docentes de planta. La administración de la universidad debería preocuparse mucho más por esta labor, en lugar de propender por mostrar resultados de indicadores de gestión, sin importar los sacrificios que ello signifique para el buen desarrollo de la academia. El profesor Ardila está en el lugar equivocado, está confundido al asimilar la universidad con un directorio político donde se deben pagar favores, sin importar la academia. Es tanto el régimen de terror que impera en algunas dependencias, que algunos profesores sólo comentan someramente los atropellos a que su dignidad ha sido sometida y no permiten que la Asociación Sindical de Profesores haga estas denuncias, y mucho menos que se registren públicamente sus nombres, so pena de no contar con un nuevo contrato. Hasta se rumora que, para que una hoja de vida sea tenida en cuenta, debe acreditarse la pertenencia a ciertos directorios politiqueros. Hay algunas preguntas obligatorias para hacer: ¿Todos los directivos académicos están de acuerdo con esta decisión del Consejo Superior?. ¿Todos están de acuerdo con las actuaciones del profesor Ardila?. ¿Algunos sienten temor por la permanencia en sus cargos?. ¿Algunos le deben favores, sólo pagables con la incondicionalidad?.

Invito a los directivos respetuosos de la academia a que no se dejen manipular por las preferencias que en materia de operaciones comerciales pudiere ofrecerles el profesor Ardila, e invito también a todo el profesorado a negarse a ser manipulado por este profesor y a que denunciemos todos los atropellos que cometa.

Este régimen de opresión no tiene por que ser tan largo, de nosotros depende que dure más o menos tiempo. Deberíamos atrevernos a declarar no grata la presencia de esta persona como representante de las directivas académicas en el Consejo Superior.


Fabio Cardona Muñoz
Tesorero ASPU Risaralda


Pereira, 31 de enero de 2006