La Fundación Rotaplast de Estados Unidos con el Club Rotario Perla del Otún y la Fundación Sonríe realizarán el próximo 14 de febrero 140 cirugías gratuitas de labio leporino y paladar hendido.



Los interesados deben inscribirse para la respectiva evaluación en la Fundación Sonríe (ubicada en el Hospital de Kennedy de Pereira Calle 9E Cra. 12) únicamente de 8:00 a.m. a 12:00 m., con la secretaria Aleyda Collazos.
Teléfono: 3310442

Es de anotar que las operaciones son realizadas por 30 profesionales norteamericanos pertenecientes a la Fundación Rotaplast, quienes cada año seleccionan un país para esta campaña y por primera vez llegan a Colombia. Gracias a los contactos del Club Rotario Perla del Otún y la Fundación Sonríe la ciudad escogida fue Pereira.

Esta es la oportunidad que muchos estaban esperando, si sabe de alguien que necesite de esta operación diríjale esta información para que pueda llegar a ser parte de las 140 personas beneficiadas.


Mayores informes
Profesor Carlos Alberto Buriticá
Facultad de Ingeniería Industrial
Celular 310 8390969




Por lograr una sonrisa
Tomado de http://www.laopinion.com/bebes/

Conozca las obras humanitarias de la organización Rotaplast, abocada a erradicar el labio leporino

Lourdes López
Redactora de Vida y Estilo

Con frecuencia, bebés de las regiones más pobres del mundo nacen con una deformidad que separa su labio superior en una o dos secciones. A veces la cortada, producida por el mal conocido como labio leporino, sólo alcanza la base de la nariz. En casos extremos, el mal se extiende a toda la cara y se prolonga hasta el hueso de la mandíbula, el paladar, el cuello y la oreja.
Esos enfermos no pueden comer, hablar u oír y sobreviven con el rechazo de la gente y, a veces, hasta de sus mismos familiares. Sus deformidades los recluyen a una existencia de sufrimiento, aislamiento social y tristeza.

En muchos casos, una cirugía reconstructiva puede poner fin a ese sufrimiento. La organización Rotaplast, compuesta por especialistas médicos y otros voluntarios, ofrecen operaciones de cirugía plástica gratuitas en diferentes partes del mundo para curar el mal leporino. El proyecto es auspiciado por los clubes rotarios y por el trabajo gratuito de los especialistas y voluntarios.

La deformidad del labio leporino es casi desconocida en los países del Primer Mundo. En cambio, es común en las áreas marginadas de los centros urbanos y en el interior de las naciones en desarrollo.

A qué se debe
La causa de ese mal es todavía materia de estudio entre los científicos. Hasta la fecha no han descubierto su origen, aunque la mayoría de los expertos coinciden en la combinación de factores hereditarios y ambientales, así como la desnutrición y la deficiencia de ácido fólico.

“Los casos varían en intensidad y van desde los más superficiales hasta los que requieren varias reconstrucciones quirúrgicas”, comenta Ursula Blazej, ex presidenta del Club de Rotarios de Woodland Hills y ahora voluntaria de la Fundación Rotaplast. “Este es mi quinto año en este proyecto. Soy asistente de enfermera y participo en tres o cuatro misiones de las 15 que lleva a cabo la organización por año”.
Blazej, originaria de Alemania, explica que hasta que se unió a este proyecto no conocía la existencia de la enfermedad del labio leporino.

“Cada día estoy más involucrada en ayudar a las comunidades que padecen ese mal”, señala. “La mayoría de la gente ignora el sufrimiento de esas criaturas, ni saben que sus mismos padres los esconden porque su deformidad les impide hacer una vida normal. La gente es tan pobre que en ocasiones, cuando llegamos a atenderlos, las madres con lágrimas en los ojos nos piden que nos llevemos a sus hijos”.

“En muchos casos, los adultos que sobreviven esa enfermedad son marginados y tratados inhumanamente”.
Según Blazej, el mal puede extenderse hasta el paladar que, en lugar de ser duro como el de cualquier persona regular, es blando como una esponja. Los dientes del niño crecen de una manera irregular y en ocasiones no puede comer ni hablar, y la enfermedad puede incluso hasta afectar el oído.

Una noble misión
El equipo de especialistas del proyecto Rotaplast Internacional está compuesto por doctores cirujanos, dentistas, anestesistas, enfermeras, psicólogos y voluntarios que viajan para tratar a los pacientes en sus países de origen.

El proyecto, que opera gracias a los fondos provistos por los clubes rotarios nacionales e internacionales, fundaciones, individuos y compañías privadas, funciona desde 1992, fundado por el doctor Angelo Capozzi y el presidente del Club Rotario de San Francisco, Peter Lagarias.
Durante los primeros años, el programa sólo practicaba una o dos operaciones al año, ahora el número de pacientes ha aumentado a más de 160 por visita, y también es mayor el número de países visitados.

“Aproximadamente más de siete mil pacientes en diferentes partes del mundo han sido atendidos”, explicó Blazej. “Cuando organizamos un viaje, nos comunicamos previamente con los doctores locales para que avisen a las aldeas circunvecinas. En la mayoría de los casos, nos encontramos con una fila de más de 400 familias con niños afectados con la enfermedad.

“Pacientemente esperan ser los elegidos para la operación. Son personas reservadas, que no piden nada, ni se quejan; su espera a veces se prolonga por varios días”.

Blazej comenta que es muy difícil la decisión de los doctores, porque sólo se lleva equipo quirúrgico para unas 90 operaciones, pero a veces ese número aumenta por la gran demanda de la localidad visitada.

“Todos los voluntarios del equipo pagamos nuestro pasaje aéreo y la estancia en el lugar de la expedición, pero necesitamos fondos porque llevamos equipo especializado y medicinas que generalmente no existen en el lugar donde trabajamos”, comentó.

Uno de los principales objetivos de Rotoplast es el entrenamiento de los doctores y personal local para que puedan hacer este tipo de operaciones en el futuro. A los pacientes se les orienta para que hagan cambios en su estilo de vida, mejoren su dieta y consuman vitaminas para evitar el riesgo de esa enfermedad.

A lo largo del mapa
Rotaplast ha llevado alivio a varios continentes, entre los sitios visitados están: Cochabamba, Bolivia; Guatemala, Guatemala; San Salvador, El Salvador; Caracas, Venezuela; Lima, Perú; Managua, Nicaragua; Bucarest, Rumania; Cebu City, Filipinas; Can Tho, Vietnam, e India, entre otros.

“En el próximo viaje vamos a ir a Oaxaca, será mi primera experiencia como voluntaria y también la primera vez que Rotaplast va a México”, explicó Evelyn Alemán, del Valle de San Fernando y madre de dos niños. “Quiero ayudar en esta misión porque pienso en el sufrimiento de las madres que dan a luz a un niño deforme”.

“Una de las principales metas del programa es erradicar el mal del labio leporino para el año 2025”, comentó Alemán. “Para lograrlo requerimos de la ayuda de otros voluntarios, de donantes y sobre todo de la comunidad. El equipo que viaja debe llevar medicinas con un costo aproximado de más de 55 mil dólares”.

Solicitan ayuda
Rotoplast International, Inc. funciona con las aportaciones de los voluntarios y de donaciones particulares. Los clubes rotarios piden a la comunidad que se unan a su esfuerzo por mejorar las condiciones de vida de habitantes de zonas de escasos recursos.

“Los clubes rotarios han hecho varias obras de beneficencia pública”, señala Alemán, afiliada del Club Rotario desde hace dos años. “Por ejemplo, en Taxco se construyó un sistema de abastecimiento de agua localizado en las montañas para bajarlo a las comunidades pobres y dos veces al año vamos al orfanato Puerta de Fe en Baja California para llevarles comida”.

Las participantes del proyecto Rotaplast piden a la comunidad apoyo para continuar con su lucha contra el mal del labio leporino y otras obras humanitarias.

Para mayor información visite el sitio http://www.rotaplast.org
Woodland Rotary Club