El Grupo Gestión de Cultura y Educación Ambiental y la Facultad de Ciencias Ambientales de la Universidad Tecnológica de Pereira informan sobre Hallazgos Arqueológicos en el Campus Universitario.



Quienes han visto crecer el campus en las últimas décadas, seguramente habrán escuchado rumores de hallazgos arqueológicos al construir los edificios y obras complementarias en la Universidad Tecnológica de Pereira.

Infortunadamente, fuera del rescate de algunas vasijas descontextualizadas, no se contaba con algún conocimiento arqueológico de lo que debió ser en el pasado un sector de alto potencial de ocupación en épocas prehispánicas.

En la última semana, la remoción de tierras para la adecuación de parqueaderos aledaños al puente de guadua o “Guaducto” ha permitido a los antropólogos del Laboratorio de Ecología Histórica y Patrimonio Cultural de la Facultad de Ciencias Ambientales, identificar importantes contextos arqueológicos. Gracias a la coordinación y apoyo de Planeación de la UTP y los contratistas, fue posible estudiar varios cortes, los cuales muestran tres niveles de ocupación humana con evidencias culturales representadas en fragmentos cerámicos y utensilios en piedra.

En los niveles más profundos, se han recuperado evidencias de los primeros pobladores nómadas que arribaron hace más de cinco milenios a la región y quienes aún no conocían la cerámica ni la orfebrería.

Sepultados bajo cenizas volcánicas amarillas cercanas a un metro de profundidad, estos grupos dejaron como huella de su presencia una serie dispersa de guijarros usados como utensilios para sus labores cotidianas en particular para la maceración de raíces, tubérculos y rizomas.

Conocer a estos primeros habitantes de los trópicos americanos es de gran importancia para la arqueología internacional, pues fueron los primeros en abrir claros en los bosques para inducir los procesos iniciales de diversificación y “domesticación de plantas”, que luego dieron origen a la sistematización de cultivos o agricultura.

Posteriormente, hace unos 2000 años, hubo una importante ocupación de este territorio por sociedades sedentarias complejas de agricultores y ceramistas especializados.

Las evidencias recuperadas en el campus de la UTP son comparables con otros sitios que se vienen estudiando en los alrededores como el Salado de Consotá y Canaán. A partir de las trincheras abiertas para colocar tubería, se recuperaron cientos de fragmentos de vasijas en el sector bajo de la capa húmica del suelo a una profundidad cercana a los 50 cm. en cenizas volcánicas de color negro debido a la alta actividad orgánica.

Finalmente, más cerca de la superficie, también sepultados por cenizas finas, producto de las erosiones más recientes del Ruiz y otros volcanes, se viene recuperando la mayor densidad de fragmentos cerámicos hacia los 25 cm de profundidad. Estos últimos habitantes prehispánicos -o incluso correspondientes a los descritos por los cronistas españoles- debieron ocupar el sector de la UTP hace al menos 500 años.

Este tipo de hallazgos arqueológicos son comunes en el Eje Cafetero, pero desafortunadamente pasan desapercibidos en la mayoría de las obras civiles.

Actualmente a partir de los procesos de investigación que viene adelantando la Facultad de Ciencias Ambientales se está efectuando una labor tanto pedagógica-preventiva como de salvamento y cumplimiento de la legislación en cuanto a la preservación del patrimonio arqueológico de la nación. Es interesante recordar que en otros campus universitarios en Colombia se han hecho también hallazgos arqueológicos tales como en la Universidad del Valle en Cali y en la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia en Tunja.

En un futuro cercano será posible ampliar la información de nuestra milenaria historia local. La continuidad de las investigaciones permitirá determinar dentro del campus universitario yacimientos para efectuar excavaciones detalladas que permitan recuperar artefactos en contexto, así como muestras de carbón, suelos, semillas, etc. que informen sobre como eran los paisajes del pasado y sus habitantes. No sólo interesa excavar tumbas (de donde provienen las piezas completas), sino antiguos sitios de habitación, basureros y talleres prehispánicos.

Es recomendable por la densidad de vestigios observados, que durante cualquier tipo de intervención por obras civiles, se efectúen diagnósticos arqueológicos previos y monitoreos tras el descapote y paso de la maquinaria pesada. Por el momento, tanto los sitios como los materiales están siendo inventariados y referenciados en bases de datos y los resultados quedarán consignados en informes y publicaciones divulgativas; los artefactos hallados hacen parte del patrimonio de la Nación colombiana, y se espera poderlos exhibir en un futuro museo universitario.
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