Reseña del libro:
Emilio, vuelve pronto...¡Se han vuelto locos!
El debate sobre las ciencias de la educación y la pedagogía en Francia
Documento leído en el encuentro de didáctica universitaria de eje cafetero



Emilio, vuelve pronto...¡Se han vuelto locos!
Philippe Meirieu y Michel Develay
Doctorado en Ciencias de la Educación-Rudecolombia. Nueva Biblioteca Pedagógica. Cali. 2003. Versión y traducción al castellano de Armando Zambrano Leal.

Por: Miguel Angel Gómez Mendoza
Profesor facultad de ciencias de la educación
Coordinador (e) CADE Doctorado en ciencias de la educación-Rudecolombia
Universidad Tecnológica de Pereira

El doctorado en ciencias de la educación de la red de universidades denominada Rudecolombia, conformada por las universidades del Atlántico, Caldas, Cartagena, Cauca, Nariño, Pedagógica y Tecnológica de Colombia, Tolima y Universidad Tecnológica de Pereira, ha publicado en asocio con el grupo editorial Nueva Biblioteca Pedagógica, la versión y traducción al castellano del libro de dos importantes pedagogogos y especialistas de las ciencias de la educación franceses Philippe Meirieu y Michel Develay, publicado originalmente en 1992. Traducción que se llevó a cabo en el marco del seminario sobre paradigmas educativos del doctorado que actualmente se ofrece con énfasis en currículo en la Universidad del Cauca.

Ahora bien, en términos de biografía intelectual digamos de los autores del libro unas breves referencias.

Philippe Meirieu, doctor de estado en ciencias humanas, director del instituto universitario de formación de maestros de la Academia de Lyon, profesor del instituto de ciencias de la educación de la Universidad Louis Lumiére-Lyon 2, Exdirector del Instituto nacional de investigación pedagógica (INRP), asesor del ministerio francés de la educación y la investigación, impulsor de la reforma de los liceos, principal teórico e investigador de la pedagogía diferenciada al lado de Louis Legrand, autor de más de viente libros sobre la pedagogía, la formación y los aprendizajes.

Mientras que Michel Develay, doctor de estado en ciencias humanas, director del instituto de ciencias de la educación de la Universidad Louis Lumiére-Lyon 2, Biólogo, teórico e investigador de las didácticas, asesor del Ministerio de la educación y la investigación en Francia, Autor de varias obras de referencia en el campo de las didácticas. Entre estas tenemos “De l´apprentisagge á l´enseignement” (ESF Editeur, Paris, 1987); “Donner du sens á l´école” (ESF.Paris, 1996); “Savoirs scolaires et didactiques des disciplines” (ESF, Paris, 1995. Coordinador), “¿Peut-on former aux enseignants? (ESF. 1996), “Apprentissage et socialisation; le role de la didactique” (CERFEE, Montepelier, 1998).

De la obra de la prolífica obra de Philippe Meirieu, en castellano, se conoce: “Aprender, sí, pero ¿cómo?”, que se ocupa del acto de aprender y aporta ideas para que el enseñante pueda elaborar, regular y evaluar su actividad; aborda a la vez la relación pedagógica, la racionalizaciòn didáctica y las estrategias individuales del aprendizaje.

En <> (Octaedro, Bercelona, 1997), al decir de Daniel Hameline, considera que “una de las habilidades retóricas de Meirieu en este libro es el de poner en escena a un alumno, Gianni, que pasea por la historia reciente de las doctrinas escolares. No es protagonista, sino un pretexto para afirmar la primacia del que aprende. Un pretexto para contrariar los utopismos, de los cuales desinfla la soberbia; la cientificidad, que èl relativiza; el prosaísmo simplificador (del tipo:”cuando oigo la palabra pedagogía...”) al que devuelve su rango de ficción entre las otras, (....)” porque, <<”aprender por la escuela”, en un primer momento, parece proporcionar la llave del enigma, de tan “natural” que parece que el modo de empleo de la escuela sea facilitar los aprendizajes.>>.

Mientras que en “Frankenstein educador” (Editorial Laertes, Bercelona, 1998), cuya traducción correcta debe ser “Frankenstein pedagogo”, pues este diferencia semántica expresa un profundo matiz, no es lo mismo educador que pedagogo en la cultura pedagógica francesa; Meirieu escribe un seductor trabajo sobre la historia de la pedagogía como historia tentada por el mito de la fabricación de un ser humano nuevo. El doctor Frankenstein y su monstruo, Pigmalion y su estatua o Gepeto y su pinocho, son ejemplos de esos ensueños de las utopias pedagógicas. Meirieu, parte del mito de Frankenstein para cuestionar la concepción de la educación como proyecto de dominio del alumno y de control completo de su destino. Expone que esa perspectiva conduce a un fracaso destructivo, postula que el pedagogo, en vez de ponerse a “fabricar” a nadie, debe operar con las condiciones que permitan al otro “hacerse obra de sí mismo” (según fórmula de Pestalozzi ya en 1797), y ofrece proposiciones concretas orientadas a ese fin de educar sin “fabricar”.

Antes de referirnos al libro en cuestión, considero oportuno una breve referencia a los trabajos de su traductor, profesor Armando Zambrano. Desde su llegada al país después de realizar sus estudios de licencia, maestría, diploma de estudios profundos DEA y de doctorado en ciencias de la educación en la Universidad Louis Lumiére-Lyon 2, en donde fue estudiante y “alumno” de los profesores autores del libro, el profesor Zambrano, se ha dedicado con fervor y entusiasmo a divulgar y enseñar, a naturalizar en nuestro contexto y en nuestra cultura pedagógica la riquísima tradición de la pedagogía y de las ciencias de la educación francesas.

En este contexto, considera necesario una breve referencia a tres de sus libros “La mirada del sujeto educable. La pedagogía y la cuestión del otro” (2000), “Pedagogía, educabilidad y formación de docentes” (2001), y “Los hilos de la palabra: pedagogía y didáctica” (2002). En éstos, se argumenta sobre “la mirada como puerta de entrada en el otro, pues para la pedagogía la mirada del sujeto educable constituye una puerta de vaivén, una gran bisagra que se abre y se cierra justo en el mínimo gesto”, nos muestra porque es “importante viajar a las otras culturas pedagógicas para esclarecer la magnitud conceptual de los términos (....)”, pues, “la mejor historia es aquella que permite vernos en las palabras, los conceptos y sus raíces” y, al decir de Philippe Meirieu, el gran mérito de su libro “Los hilos de la palabra: pedagogía y didáctica” (2002), es el de <>.

Claro está, las relaciones con tradiciones pedagógicas y culturales como la francesa no son recientes en nuestro país, recordemos un antecedente, quizás de los más significativos para la cultura pedagógica colombiana, de aprendizaje autónomo, creativo y de contacto provechoso con la cultura pedagógica francesa, en la figura de don Agustín Nieto Caballero, que al decir de Humberto Quiceno, fue “el educador que logró en poco tiempo percibir la importancia de la escuela activa y su relación con la sociedad industrial (...) Después de sus estudios en el extranjero, en donde conoció a las principales figuras de este movimiento de renovación educativa, regresó al país con la clara misión de crear e impulsar la escuela activa en Colombia” (Crónicas históricas de la educación en Colombia, 2003:.173). Nieto, nació en Bogotá en 18889. obtuvo el grado de bachiller en leyes en la Escuela de derecho de Paris. Siguió estudios en la Sorbona sobre ciencias de la educación y en el Teacher college de la Universidad de Columbia en psicología. Fundo el Gimnasio moderno en 1914, primera escuela activa y moderna de Latinoamérica. Ocupo desde 1932 hasta fines de 1936 el cargo de director general de la educación. Fue rector de la Universidad Nacional en 1938 y murió en Bogotá en 1975.

Entrando en materia, este libro da cuenta de un encarnizado debate que se produjo en Francia en el año de 1971 entre filósofos y pedagogos. Como bien lo plantea Zambrano en el prefacio a la edición en castellano: “las tesis esgrimidas en el primer bando buscaban desacreditar los desarrollos institucionales y académicos alcanzados por las ciencias de la educación, mientras que del lado de los defensores del paradigma (de las ciencias de la educación), los argumentos se centraron en demostrar cómo al interior de este, se había consolidado una gran discursividad sobre la educación, la formación, la didáctica y la pedagogía. El debate, más allá de la simple querella académica dejaba entrever la irreconciliable actitud de un sector de la filosofía, para quien la educación es un acto de disciplina y de contenidos, asunto casi imposible de tratar en un lugar hegemónico e institucional como son las ciencias de la educación” (prefacio. P.13).

En este contexto, uno de los meritos de la divulgación de la versión castellana del libro es haber logrado mantener en la traducción, tarea nada fácil por cierto, como horizonte de interpretación de su contenido la lengua y la cultura francesa, así estamos frente a un ejercicio de traducción que no es solo reescritura, sino traducción como creación de una nueva interpretación sin traicionar el sentido cultural del texto y los giros de lenguaje propios de la obra original.

Este es un libro de debate puro y duro, quizás extraño para nuestros ambientes colombianos, en donde la crítica se reemplaza a menudo por el elogio mutuo o la ignorancia intencional de la producción de los otros a nombre de la posesión del “punto de vista que resume todos los puntos de vista”. Debate como diálogo, como forma de comunicación que supera cualquier tipo de violencia, por ello resulta sugerente y aleccionador para el lector colombiano encontrar las críticas de un filosofo de la talla como Alain Finkielkraut a las posturas de la pedagogía diferencial y de las ciencias de la educación del pedagogo Meirieu y del didacta Develay, para citar una sola referencia, y el estilo retórico que estos emplean a lo largo del texto.

Como se expone en la “Introducción. Elogio a la polémica”, este libro se compone de un cierto numero de alegatos, objeciones e interrogantes, que a su vez, están compuestos de un desarrollo analítico básico para permitir el debate y en ocasiones plantear soluciones.

Los desarrollos se construyen de tal manera que el lector que puedan ser objeto de dos lecturas distintas, en palabras de los autores: “el lector podrá, en efecto, si él lo desea, circunscribirse al texto para poder seguir la linealidad de la exposición de nuestro objetivo; o también, si lo prefiere, detenerse en las numerosas notas de píe de página que sirven para precisar nuestras fuentes o sugieren unos desarrollos que sería conveniente proseguir. El podrá también, claro está, combinar las dos formas de lectura. “ (p.35).

¿Cuál es entonces la estructura argumentativa global de esta obra?


En un primer momento, los autores consideran toda una serie de alegatos referidos especialmente a las ciencias de la educación y sobre todo aquello que se les reprocha; la hipótesis que se demuestra es que detrás de los ataques a las ciencias de la educación, y en general, detrás de la crítica a la pedagogía , se perfila un cuestionamiento sobre la democratización del sistema educativo francés.

En un segundo momento, los autores se detienen para esclarecer las problemáticas pedagógicas vinculadas con aquellas nociones frecuentemente utilizadas en los discursos educativos como “autonomía”, “responsabilidad”, “pedagogía de la autonomía” ¿Se puede afirmar que los niños son seres autónomos o que, por el contrario, es conveniente volverlos autónomos? ¿Y cómo se efectúa ese pasaje? En fin, estas son algunas de las muchas preguntas que se plantean en lo concreto de las prácticas.

En un tercer momento, se abordan un conjunto de preguntas referidas a los aprendizajes, y en especial, al problema de la transferencia de conocimientos en la escuela. ¿Qué es lo qué se aprende en la escuela que pueda ser reutilizado al exterior de ésta? ¿Qué se puede aprender en una disciplina que puede ser utilizado en otra disciplina? Estas preguntas tocan el seno mismo de la institución escolar, sus modalidades de trabajo. Las respuestas serán provisionales, pues nos advierten, que en los actuales debates se puede dar cierta coherencia a las prácticas sin comprometer las identidades de las disciplinas, sin olvidar que los terrenos de la discusión son muy poco estables.

A través del examen de estos temas fundamentales del debate educativo contemporáneo, Meirie y Develay, intentan aportar algunas respuestas a tres preguntas: ¿qué tipo de estructuras escolares se requieren para que todos tengan acceso a los saberes? ¿Qué pedagogía se necesita para que estos saberes contribuyan con la emergencia de ciudadanos autónomos? Y ¿qué didácticas se requieren para que estos saberes sean verdaderos instrumentos que permitan una inserción social y profesional?

Ahora bien, estos grandes núcleos de argumentación toman cuerpo retórico y argumentativo en la obra en tres partes y una conclusión.

Partes que están acompañadas de la “Carta a Emilio” de Jean Jacques Rousseau, que abre el libro, y que inicia así: “Mi querido Emilio: hace más de dos siglos naciste producto de la imaginación de Jean – Jacques Rousseau. Te volviste rápidamente una referencia y, sin duda alguna, lo sigues siendo aún para aquellos que como nosotros, creen que la Educación es el compromiso más grande de los hombres. (...) “ (p.23).

La primera parte, se denomina: “En un combate oscuro: de los ataques contra las ciencias de la educación al cuestionamiento sobre la democratización del sistema educativo. La pedagogía criticada “sobre su izquierda”, y el choque de los Institutos Universitarios de Formación de Maestros. Esta parte se compone de siete alegatos.

La segunda parte, titulada “Hacia una cuestión central: de la exaltación del niño-rey a la gestión de la anticipación en la educación. Se conforma de cinco objeciones.

La tercera parte, <
La conclusión se ocupa de la necesidad de una nueva utopía escolar, de la no aceptación del fracaso escolar a partir de la exclusión y del status intelectual y profesional de los profesores en la sociedad francesa.


Por último, la carta a Emilio tiene su post scriptum que cierra la obra, veamos el último párrafo: <>

Miguel Ángel Gómez Mendoza
Pereira, mayo 7 de 2004.
Documento leído en el encuentro de didáctica universitaria de eje cafetero
Facultad de educación