Con el propósito de colaborarse mutuamente en el campo académico, investigativo y científico, la Universidad Tecnológica de Pereira y la Escuela Superior de Guerra firmaron un convenio de cooperación interadministrativo con la presencia del Rector de la UTP, Ing. Luis Enrique Arango Jiménez y el Brigadier General Carlos Orlando Quiroga Ferreira, quien en nombre de la Escuela Superior de Guerra entregó una placa de reconocimiento a la Institución educativa.
Al acto, realizado en la Sala del Consejo Superior de la Universidad, asistieron además el Vicerrector Académico de la UTP, Ing. José Germán López Quintero; el Coronel Jorge Eduardo Rojas Rojas, Jefe del Estado Mayor de la Octava Brigada del Ejército Nacional; el Teniente Coronel Elkin Alan Andrare Almario, Comandante del Batallón San Mateo de Pereira y el Mayor Francisco Jiménez Barón, Comandante del Grupo GEO.
Este convenio contempla la colaboración mutua en programas de formación académica en especializaciones y maestrías, proyectos de investigación científica bilaterales y multilaterales, la organización de seminarios, simposios y eventos para la difusión e intercambio de resultados de investigaciones científicas conjuntas y programas de intercambio para la obtención de niveles académicos de postgrado. Así mismo, la colaboración y preparación de artículos científicos y otras publicaciones en apoyo a su publicación y difusión bilateral y multilateral y el intercambio de programas académicos, materiales de estudio, información científico - técnica y materiales audiovisuales en apoyo y fortalecimiento de las instituciones académicas.
Discurso Convenio Interinstitucional Escuela de Guerra, Universidad Tecnológica de Pereira
DISCURSO DEL BRIGADIER GENERAL CARLOS ORLANDO QUIROGA FERREIRA
Agradezco mucho el que me encuentre hoy aquí, y agradezco a la Universidad Tecnológica de Pereira por el trabajo que se ha tomado al materializar este convenio interinstitucional de gran importancia para las Fuerzas Militares de Colombia y la comunidad académica.
Sabemos todos que la seguridad en todas sus expresiones es una condición necesaria para el libre desenvolvimiento de las actividades humanas de todo orden. Para garantizar existe el Estado: Es su función primordial, es de su esencia, es condición de la entidad política que puede alcanzar un Estado como moralizador supremo de una sociedad.
¿Por qué repetir estos principios bien conocidos? Porque en Colombia nos encontramos todavía en el proceso de construcción de una conciencia ciudadana sobre lo que significa la seguridad en la vida individual y en la colectiva. El propósito de estos convenios es el de difundir entre los ciudadanos la convicción de que la búsqueda de un orden justo y democrático es una tarea de todos, y no solamente de unos pocos ciudadanos en uniforme.
¿Cómo realiza el Estado esta función esencial? El Estado colombiano ha sido defendido por voluntad de sus asociaciones como un estado social de derecho, el Estado de derecho nació como una necesidad de la modernidad, como un ente capaz de administrar la complejidad social mediante la institución de la igualdad jurídica de los hombres, el reconocimiento de unos derechos fundamentales inalienables y la promoción del ejército de las libertades públicas. Tuvo como presupuesto fundamental la separación de los ámbitos de lo privado y de lo público, y este último espacio como el de despliegue de las potencialidades humanas. El gobierno sería, en adelante, un gobierno de reglas claras para todos y no la imposición de una voluntad sin control, un mecanismo para realzar el arbitraje de los conflictos individuales y sociales de manera imparcial y no por medio de las venganzas controladas. Además de Estado de derecho, un Estado Social significa que se asume la responsabilidad de proteger a los asociados contra los riesgos extremos que amenacen los basamentos de la vida y de la dignidad.
Lo dicho implica seguridad y la seguridad se impone de dos maneras en las sociedades: por el consenso, vale decir, por la aceptación pacífica y civilizada de las normas que regulan la vida social, o por la fuerza que garantiza el ejercicio de la autoridad. Es obvio que la primera vía es la ideal. Un pueblo que siente como suyas las normas y las instituciones de un Estado, que las acata a conciencia, que conoce el valor de la colaboración, es un pueblo maduro para gobernar sus destinos. Pero, aún en los pueblos más pacíficos no falta quienes violen los ordenamientos, o no falta otro Estado que amenace los valores básicos de un pueblo o el modo de vida que libremente ha escogido, y para eso los Estados han previsto el uso de la fuerza. ¿De cuál fuerza se trata en un Estado de derecho? Mucho se ha trajinado aquello de que la "Fuerza sin Derecho es Tiranía, pero el Derecho sin fuerza es irrisión". Sabio aforismo que define de manera apretada el papel de la fuerza para la vida en paz y tranquilidad. Significa fuerza atada al derecho, fuerza que no es arbitraria sino legítima por acuerdo de la sociedad. Significa también que el derecho que se dan los pueblos no puede ser desconocido de unos pocos que se arroguen, por si y ante si, la facultad de gobernar.
La seguridad de los asociados es pues, un asunto que pertenece a la esencia misma del Estado, al núcleo principal de las funciones que éste debe realizar. Y solamente puede ser estatal. Esto último debe reiterarse hasta el cansancio, para que quede claro que la seguridad es una función pública, de todos y no de partes, ejercida por quienes tienen la facultad de hacerlo de acuerdo con unos ordenamientos constitucionales y legales.
Divulgar estos sencillos pero sólidos principios es la tarea que nos hemos impuesto, la que nos trae a Pereira. Decirles a los ciudadanos que detrás de los principios en los que cree la mayoría de los colombianos.
La Escuela Superior de Guerra, ha sido por muchas décadas la formadora de los mandatos militares. Desde hace unos años para acá se ha abierto también a la formación de civiles en materias de defensa y seguridad. Ahora queremos que la Escuela salga de las aulas del Cantón Norte en Bogotá y se proyecte a la ciudadanía. En otras naciones la cercanía entre la ciudadanía y sus fuerzas es inmediata y entrañable, lo que se traduce en fortaleza.
Con este evento queremos destacar también la necesidad de promover los estudios de postgrado y en especial el de Maestría en Defensa y Seguridad entre grupos de la sociedad civil, Maestro, Jóvenes, Estudiantes e Integrantes de las Fuerzas Militares, con la finalidad de propiciar un mayor acercamiento y conocimiento mutuo, que ayudaría a comprender del lado de los civiles el papel y el rol de las fuerzas armadas en el marco de un estado de derecho, que como el nuestro, se encuentra hoy afrontando una agresión terrorista y del lado de los militares, la noción de una ciudadanía participativa, comprometida con el Estado y la paz.
El desarrollo de este convenio que hoy tenemos el gusto de firmar entre la Universidad Tecnológica de Pereira y la Escuela de Guerra refleja fielmente el compromiso que tiene la Universidad Tecnológica de ser mucho más que una institución que provee servicios, sino de una institución que se identifica con las necesidades y realidades de Colombia.
Este es un convenio que va mucho más allá de los típicos convenios de colaboración académica que la Universidad Tecnológica de Pereira sostiene. El convenio que hoy firmamos es un convenio muy importante y muy especial, porque significa que la Universidad Tecnológica y la Escuela Superior de Guerra se encuentran comprometidas con la construcción de un mejor país.