Comunicado enviado por el profesor Gonzalo Arango a toda la comunidad universitaria.



Matengamos en el Consejo Superior la Dignidad y la Expresión de la Resistencia Docente Contra la Nefasta Política Universitaria

Coincidiendo con la Jornada Nacional de Protesta en contra de la firma del TLC y del cierre de las universidades públicas, convocada por las organizaciones gremiales de los profesores, los estudiantes y los trabajadores, el día de hoy, se efectuarán las votaciones para elegir el representante de los profesores en el Consejo Superior de la Universidad Tecnológica de Pereira.

Es la primera vez que para la elección del representante de los docentes en el máximo organismo de dirección de la UTP son convocados a votar los profesores transitorios, en desarrollo de lo estipulado por el Consejo Superior . Fue el rector Arango Jiménez quien lo propuso, en su afán demagógico, argumentando la necesidad de otorgarles “la mayoría de edad” a un numero cada vez mayor de docentes que son sometidos, por la administración universitaria que el mismo regenta. a un ignominioso régimen de contratación en el cual se les escamotean no sólo varias mesadas salariales, sino todos los beneficios del régimen salarial y prestacional que rige para los docentes de planta y la estabilidad que proporciona la pertenencia a la carrera docente. Esta inestabilidad y los procesos de selección vigentes, los convierten en presa fácil de la manipulación por parte de quienes deciden su contratación cada período académico.

En las elecciones realizadas para la escogencia del decano de la nueva facultad de ingenierías eléctrica, electrónica, física y ciencias de la computación, dichas prácticas de coacción “amable” sobre los profesores transitorios quedaron en evidencia y fueron denunciadas en su momento, descubriendo el carácter profundamente perverso de la aparente “ampliación de la democracia y la participación”, propalada por las instancias propagandistas de la administración universitaria actual. Así lo previmos desde la aprobación del acuerdo 29 del 16 de diciembre de 2003. Por ello y por muchas razones más lo demandamos ante las instancias pertinentes, cuyo trámite cursa en este momento en el Consejo de Estado. Es claro que la administración modificó la normatividad para facilitar la exclusión de los organismos de dirección universitaria de representantes profesorales independientes de la administración, críticos, que contradicen sus posiciones y confrontan la nefasta política universitaria estatal. Su presencia le resulta demasiado incómoda. No le basta con tener la abrumadora mayoría en esas instancias, quiere la unanimidad.

Es en este contexto en el que se presentan las candidaturas de los profesores Miguel Álvarez, de reconocida trayectoria en el movimiento profesoral de nuestra universidad y del país, quien hoy día ocupa el cargo de representación en disputa y el profesor Héctor Álvaro González, director de la Escuela de Tecnología Mecánica. A continuación haré referencia a algunos de los planteamiento esbozados por el director-candidato para explicar por que creo que no puede ser un buen representante de los intereses de los profesores en el Consejo Superior.

Lo primero que quiero expresar es que no encuentro sano que un docente que ejerce funciones como directivo académico, que tiene jurisdicción y mando sobre un grupo de profesores como jefe inmediato y tiene su propio representante en el Consejo Superior, en cuya elección participó, pretenda ahora representar a los profesores. Por donde se le mire, ello no tiene piés ni cabeza en sana lógica. Sólo intereses personales pueden explicar tales pretensiones. Ello se le puso de presente al sugerirle que renunciara a su condición de directivo para aspirar a la representación profesoral, lo cual no aceptó. La lógica que le dicta su concepción ideológica y política no le permite entender este elemental razonamiento.

Es inaceptable que el directivo-candidato apele al expediente de explicar la racha de golpes recibidos por el profesorado, en materia del recorte de sus derechos y reivindicaciones, afirmando que: “se han equivocado en la estrategia dentro del seno del consejo, a tal punto, que un discurso contestatario en razón de una militancia política ha limitado la capacidad de negociación, incluso se respira un clima dentro de la universidad de enfrentamiento de un sector del profesorado con la administración, polarizando a los docentes, lo cual no es sano, si partimos de la base, que todos los miembros de la comunidad estamos en la obligación de construir Universidad. (SIC)”.

He seleccionado este párrafo porque considero perfila la esencia de lo que nos ofrece este viejo activista y militante de las huestes azules del bipartidismo colombiano, que acude a descalificar la actuación digna y enhiesta de su contendor argumentando la “militancia política”, como causa de las limitaciones de la “capacidad de negociación”, frente a una administración autocrática, absolutista y despótica, que ha ignorado todos los pedidos de “negociación” y cerrado cualquier espacio de discusión, en busca de acuerdos. Es un manido recurso, usado por la politiquería tradicional, para exculpar de responsabilidad a los gobernantes de turno. Para concluir su párrafo sugiere que quienes desarrollamos la crítica, constituyéndonos en uno de los polos de la contradicción, no estamos contribuyendo con nuestra actitud a “construir Universidad”. Al parecer, la manera de construir universidad no es defendiendo principios sino cediéndolos, mediante la concertación amistosa, a los agentes del gobierno que procuran arrancar nuestros derechos e imponer políticas administrativas y académicas lesivas al profesorado y a la población.

También vale la pena señalar el rosario de “promesas” contenidas en su invitación a que lo acompañemos con el VOTO. Habla de “concertar políticas claras”, de “profundizar en la capacitación”, “motivar al profesorado para aumentar la participación en eventos....”, “Ejercer una representación .... ...centrada en lo académico ....”, .... .... sin dejar de lado las promesas demagógicas de “Replantear con la administración de la Universidad el tema del beneficio de cupos para hijos de profesores y administrativos....” y “Replantear con la administración de la Universidad el tema de los sabáticos ...” para culminar con la de “Formular estrategias de negociación que permitan beneficios al sector del profesorado en la Universidad en el seno del Consejo Superior”. Lo anterior desprende un tufillo a la politiquería liberal-conservadora que ahora pretende incrustarse por los resquicios universitarios. ¿Será que la condición de envilecimiento a que se tiene sometidos a los profesores transitorios y el recorte sistemático de derechos y garantías a los docentes de planta se debe a la falta de “estrategias de negociación” que ahora se nos ofrece y no a la aplicación de una implacable política inspirada en el neoliberalismo y la privatización? La promesería insulsa ofende la inteligencia.

A decir verdad, mientras el Consejo Superior continúe con la composición que hoy le asigna la Ley, los representantes de los estamentos básicos de la universidad no tendrán otro papel que el de ser testigos de, y denunciar, las decisiones de una mayoría extra-universitaria que garantiza la aplicación de las políticas gubernamentales. El profesor Miguel Álvarez, ha cumplido bien este papel y debemos renovarle nuestro respaldo.


Pereira, 22 de septiembre de 2005

Prof. Gonzalo Arango Jiménez
Representante de los profesores en el Consejo Académico.