Discurso del Rector de la Universidad Tecnológica de Pereira, Ing. Luis Enrique Arango Jiménez en la instalación del III Seminario de Conectividad para la Educación Superior que se realiza en la Universidad Tecnológica de Pereira.



HACIA UNA POLITICA INSTITUCIONAL EN MATERIA DE USO APROPIADO DE TICS EN LA EDUCACION SUPERIOR

14 de Septiembre de 2005, Pereira

Hace algún tiempo tuve ocasión de asistir a la cátedra UNESCO sobre E-learning que regenta la Universidad Oberta de Cataluña y que fue traída a Colombia por el Ministerio de Educación Nacional; La Universidad abierta de Cataluña es una de las pocas que llegó a la virtualidad sin transiciones, no pasó por la llamada educación a distancia sino que se enfocó desde su fundación, 11 años atrás, al formato enteramente virtual. Es oportuno resaltar que para esa época apenas estaba Internet dando sus primeros pasos en el mundo.

Como apertura de la cátedra nos fue presentado un pregrabado con una conferencia del Dr. Manuel Castells, conocida autoridad en el campo de la llamada sociedad de la información, consultor de organismos multilaterales sobre nuevas tecnologías y su impacto social y económico, autor de múltiples ensayos y escritos sobre el particular, quién en los últimos años ha trabajado el fenómeno de internet

El profesor español Manuel Castells, después de una dilatada vinculación con la Universidad de Berkeley en Estados unidos, resolvió dejarla hace un poco más de tres años para trabajar con la Universidad Oberta de Cataluña. Hoy, preside el Comité Científico del Doctorado virtual en Ciencias de la Información.

Como resultado de su conferencia, me quedaron algunos apuntes que quiero hoy compartir con ustedes, aunque advierto que me tomé la libertad de restaurarlos:

“Hay nuevas respuestas de la Universidad en la era del conocimiento. Cambiaron las formas, cambiaron los procesos, pero no la centralidad de la universidad que sigue estando vigente aunque en medio de un nuevo contexto.

Tratemos de desentrañar los elementos claves para entender la sociedad del conocimiento. En primer lugar, el término no es muy correcto, todas las sociedades han sido de conocimiento; cosa igual puede decirse de la información. Lo que es específico es que la información y el conocimiento tienen una base tecnológica de nuevo tipo que permite que sean difundidas en tiempo real en todo el planeta. Hay una tecnología de base microelectrónica que lo permite. Algo semejante a lo que ocurrió con la electricidad en la revolución industrial. En esta nueva revolución tecnológica de la Información llevamos dos décadas y media.

El desarrollo de la comunicación hizo que la sociedad configurara una especie de estructura general dominada por las redes. Pero las redes hoy tienen un sentido distinto por la tecnología. El problema de las redes era la capacidad de intercambio de información y la complejidad para ir más allá de ciertos límites. Eran flexibles y con capacidad de reconfigurarse. Siempre los poderes centrales las doblegaron. Ahora las nuevas tecnologías lo cambian todo: una nueva sociedad, una nueva cultura y una nueva política están en marcha. Una economía centrada en la producción de conocimiento, en la información y organizada en torno a redes. La fuente de productividad está en la capacidad de buscar el conocimiento y usarlo para transformar. La economía informacional del conocimiento es una de las nuevas dimensiones de la nueva economía. Una nueva sociedad está en proceso: La sociedad red. Una estructura social en torno a esas redes desemboca en nuevos hechos. La crisis de las jerarquías, las caducidades y la emergencia de diversidad de culturas son elementos de esa nueva realidad: estamos en una sociedad de riesgo. Lo que parece ser más importante es la capacidad de gestión de esa sociedad de riesgo. La virtualidad se vuelve real: toda la información pasa por los medios electrónicos; no es que estos nos dominen, pero los materiales de base están construidos en esa virtualidad electrónica.

La Universidad favorece la identidad. La globalización parece eliminar las identidades locales, históricas, ligadas a etnias, a religiones a territorios. Hay un choque, una tensión provocados por una política internacional de imágenes, de contenidos, de desinformaciones: esto es lo que define el poder. Evidenciamos redes profundamente asimétricas centradas en la voluntad de los Estados Unidos de América.

En esta nueva era la Universidad es central para este tipo de economía de producción de conocimiento. Todo se produce en redes. Lo esencial no es tanto ser el centro, sino ser un nodo. La capacidad de ser indispensable en algunos aspectos.

La capacidad de desarrollar una fuerza de trabajo. La capacidad de producir este tipo de trabajo auto programable. Aprender a aprender.

La capacidad de producir innovadores. Estos no salen por generación espontánea a escala social.
Pasar exámenes, es decir lo que quiere el examinador que es todo lo contrario de la innovación.

Continuar el reciclaje de conocimientos a lo largo de la vida del profesional es un imperativo.

Esto tiene que ver con la Universidad virtual a distancia de alta calidad. Se requieren personalidades adaptables, flexibles y eso depende de si en la Universidad los dejan adaptarse o si por el contrario son rígidas. El 93% de toda la información acumulada históricamente está digitalizada y por lo tanto en Internet.

Se requiere de criterios instalados en las personas para que sean flexibles pero también haber desarrollado la capacidad de mantener sus propios criterios; es decir poseer valores; al menos unos cuantos valores.

Las cosas están cambiando más rápidamente que nuestra capacidad de adaptación.”

Hasta acá mis notas del profesor Castells; quise traerlas para mostrar lo que significan las tecnologías de la información y la comunicación en los procesos de conocimiento del mundo actual de la llamada posmodernidad. Creo que los conceptos visionarios y crudos del profesor Castells nos relevan de ulteriores argumentaciones.

No se trata de discutir sobre el papel de las TIC´s pienso que la discusión debe centrarse en cómo nos apropiamos de ellas de la manera mas rápida posible para beneficio del país.

Precisamente en este orden de ideas quiero compartir con ustedes algunas de mis conclusiones en este tema que pueden ayudar por lo menos a saber que es lo que no debemos hacer.

1- La educación virtual está atendiendo esencialmente a la población adulta, mayor de 25 años, lo que nos brinda una señal clara en cuanto a los sectores sociales impactados con una oferta virtual de pregrado; se aumenta la cobertura bruta, mas no la neta. Ello, valida nuestro punto de vista de considerar los esfuerzos hacia la virtualidad como complementarios en términos de la cobertura tradicional.

2- Definitivamente y dada la población que atiende la educación virtual su modalidad debe ser asincrónica; los eventos sincrónicos en el proceso, como videoconferencias y demás, resultan restrictivos. Además la tendencia es hacia la utilización de archivos livianos, rápidos; la animación y otros procesos sólo son aconsejables cuando la complejidad del concepto lo aconsejen. Hay que facilitar los aspectos de conectividad asociados a la velocidad de las redes.

3- La Educación Virtual sólo es más económica que la presencial cuanto se han rescatado los costos de inversión, que son más altos de entrada por la elaboración de los materiales además de la infraestructura cuando ella se requiere. Esta realidad económica sugiere como mejor estrategia concertar alianzas con Instituciones que tengan las ofertas rodando, permitiendo así trabajar a costos marginales y sobretodo brindar un escenario de acomodamiento y aprendizaje a las Instituciones que quieran inaugurarse en la modalidad virtual y con un modelo pedagógico adecuado.

4- La Educación que hasta hoy hemos denominado a distancia debe migrar cuanto antes al formato virtual so pena de irse rezagando inevitablemente. El autoaprendizaje cumplió su papel hasta el surgimiento masivo de las redes, aunque hay que reconocer que a través de las tutorías semanales se ha podido llegar a donde de otra forma hasta hoy ha sido imposible. Los centros comunitarios y la educación a distancia virtualizada pueden ser una buena opción. Hay que tender hacia la virtualización total. Llama la atención en las experiencias estudiadas el bajo indicador de deserción que se registra en la educación virtual (15%), comparado con los de la Educación a distancia que sobrepasan al 50%.

5- Se hace necesario ajustar la normatividad para abrirle espacio formal a las ofertas virtuales que hasta hoy se confunden con las propias de las de distancia. La Internacionalización de la Educación requiere cuanto antes dar este paso, sólo así estaríamos en condiciones de abrir a todo el globo nuestras ofertas, sobre todo a la población migrante Colombiana que se ha vuelto estrategia de Estado para los intereses Nacionales. Las titulaciones virtuales son legales en Europa y el resto del mundo, además está en marcha un proceso en Europa de homologaciones y equivalencias con fecha límite al 2010; mal haríamos nosotros en llegar tarde a este escenario.

6- La virtualización de algunos procesos en la educación presencial son de señalada importancia, ayudan a desplegar el concepto del nuevo paradigma educativo, propio de la era del conocimiento, aprender a aprender. Pero además de contera puede aliviar las infraestructuras físicas de nuestras Instituciones, permitiendo atender más estudiantes presénciales. El profesor con sus estudiantes a la sombra de un árbol frondoso le ha abierto
paso a los estudiantes alimentados por las ramas de una red omnipresente. Cualquier reflexión en términos de la aparente contradicción entre cobertura y calidad hay que abordarla en este contexto.

La enseñanza en contextos virtuales es una cosa diferente a lo que conocemos: la didáctica y la pedagogía son distintas. No es una réplica de lo presencial en la red, es otra pedagogía, con otros paradigmas. Es por ello que sea tan importante prepararnos como tutores virtuales y no repetir la improvisación con la que nos hicimos docentes presenciales.

El tutor virtual debe inducir la indagación, el trabajo colaborativo, responder por la continuidad de cada estudiante. El concepto de evaluación es diferente. La conducción o moderación de los diálogos en la red requieren habilidades particulares.

Las plataformas para la enseñanza sobre las redes o plataformas E-learning empiezan a perder relevancia como factor crítico, las hay de variados gustos desde las emblemáticas americanas como Black board o WEB CT; hasta las hechas en casa con software libre, ya prácticamente todas tienen las funcionalidades básicas. Es un craso error pretender inventar la rueda dedicando esfuerzos a construir plataformas; la clave está en adquirir una plataforma construida y con buen soporte.

El Ministerio de Educación Nacional tiene un programa para formar tutores virtuales a través de diplomados contratados con la Universidad Católica del Norte, con un subsidio del 30% después de una convocatoria pública al respecto. Considero este programa de la mayor pertinencia y oportunidad: necesitamos formar la masa crítica de formadores virtuales que requiere el salto hacia el uso pleno de las nuevas tecnologías en la Educación Superior. La Universidad Tecnológica tiene su propio diplomado denominado Maestro Virtual, el cual ya lleva tres promociones. Hay que prepararse como docente para la virtualidad.

Debemos empezar a entrenar los docentes en el manejo de las plataformas; todas ellas son suficientemente amigables como para que no se requiera ser un experto para subir contenidos o para utilizarlas. Debemos empezar a migrar algunas asignaturas al formato virtual estimulando a los docentes para hacer la transferencia. Hay que empezar a ajustar la normatividad académica para darle entrada a las opciones virtuales.

Ya el Consejo Académico de la Universidad Tecnológica le dio vía libre al primer experimento de virtualidad en los currículos formales; tres asignaturas se están ofreciendo en formato virtual con la colaboración de los docentes y de los programas que se han prestado voluntariamente a incursionar en este campo. El experimento está en marcha, pero las evaluaciones preliminares apuntan a una buena receptividad de parte de los estudiantes. Que bueno fuera que a mediano plazo, al menos en algunas asignaturas, los estudiantes tuvieran la opción de escoger la forma de cursarlas de manera presencial o virtual, de acuerdo al deseo o a las posibilidades del estudiante.

Cuando se trata de ofertas virtuales completas no se recomiendan los híbridos, lo aconsejable es que las Instituciones creen nuevas unidades encargadas de las ofertas sin mezclar las nuevas modalidades en cabeza de las estructuras tradicionales. La mejor manera de encarar estas innovaciones es a través de estructuras o unidades especializadas en el tema. Así lo hizo la Universidad Tecnológica de Pereira a través de su Unidad Virtual UniVirtual.

Mucho hemos hablado en los últimos días sobre los peligros del Tratado de Libre Comercio en los servicios transfronterizos para el caso de la educación superior. Pues bien, hay que ser claros en que aquellos que llegan por las redes son inevitables y no hay discurso o barrera que puedan limitarlos. El único antídoto real para contener la avalancha, es prepararnos en el uso de las nuevas tecnologías, y prepararnos ya. Tenemos la ventaja de que hoy en día las inversiones para transferir información por las redes ha disminuido ostensiblemente, podemos evitar las cuantiosas inversiones que otros tuvieron que hacer.
Lo más importante ya está inventado: tenemos un mercado mundial hispanohablante en crecimiento, no lo pensemos dos veces.

Estimados amigos me pareció prudente en este acto compartir con ustedes los conceptos que he venido sedimentando a lo largo de mi experiencia como directivo Universitario, en una temática que no me ha dejado estar tranquilo pero que considero vital para el futuro de la Educación Superior y del país. Se, que en buena medida lo mismo les ocurre a ustedes; espero que estas modestas opiniones y consejos les puedan servir de algo.

Muchas gracias


LUIS ENRIQUE ARANGO JIMÉNEZ
Rector