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Los Colombianos Tenemos Derecho a Decidir Sobre el TLC con Estados Unidos.
Desde antes de iniciarse las negociaciones, el gobierno de Álvaro Uribe Vélez tiene decidido firmar un tratado de libre comercio, TLC, con Estados Unidos, a pesar de que también desde el comienzo se sabe que este tendrá las más graves repercusiones no sólo en nuestra economía sino en aspectos cruciales para el destino de la nación.
Es inaceptable que un asunto de tal envergadura se quiera decidir a espaldas de los más de cuarenta millones de colombianos, agravando la ya desesperante situación de miseria, atraso y dependencia y afectando negativamente a las nuevas generaciones. En consecuencia las organizaciones abajo firmantes reafirmamos al gobierno nacional nuestro total rechazo a la firma de este tratado y exigimos que los negociadores colombianos se levanten de las mesas de negociación. Esta justa exigencia se fundamenta en abundantes y poderosas razones, entre otras:
1- Las políticas que adelanta la administración Uribe están orientadas a pavimentar el camino para la suscripción del TLC e implican la renuncia a la defensa y ampliación de nuestro mercado interno, única base de un verdadero desarrollo, y el sacrificio definitivo de la soberanía, herramienta indispensable para que los colombianos podamos promover el progreso de la nación. De la minúscula agenda interna, con la que tanta demagogia se hizo, no se ha vuelto ni a hablar, mientras que el gobierno se declara incapaz de controlar la persistente revaluación del peso que entorpece las exportaciones y facilita el desmadre de las importaciones. Los proyectos en materia forestal y de aguas, la ley de contratación pública, la fracasada ley de inversión, la liquidación de Bancafé, la venta de Granahorrar, la liquidación de Telecom, Caja Agraria, Inravisión, Audiovisuales, el desmonte de la red hospitalaria, del Instituto de Seguro Social ISS, del SENA, la privatización del sector eléctrico, la enajenación de grandes empresas colombianas, son otras tantas medidas de adecuación del país a las condiciones del tratado con Washington.
2- Los eventuales y mezquinos aumentos en algunas exportaciones colombianas no justifican que el Estado renuncie a la promoción de políticas para el desarrollo de las fuerzas productivas de la nación y a la defensa de su soberanía nacional. Por tanto, no podrían ser más justas las campañas y movilizaciones que se han desarrollado en Colombia para que el tratado no sea firmado, destacándose la consulta de varias poblaciones indígenas y las que se disponen a efectuar la Confederación Comunal, los estudiantes, profesores y trabajadores de las universidades públicas, la Confederación de Pensionados, los productores de arroz y, desde luego, el movimiento sindical.
3- Los tratados de libre comercio son la profundización del ajuste neoliberal de décadas que en la lógica del libre mercado y la competencia fragilizan las instituciones, y sus efectos afectan sectores con menor capacidad de respuesta ante procesos como: la flexibilización del mercado laboral y el debilitamiento de los movimientos sociales. En este escenario, las mujeres resultan particularmente vulneradas por ser quienes soportan la capacidad competitiva de las empresas exportadoras, que se traducen en la precarización de las condiciones laborales y de ingresos, expresadas en las extenuantes jornadas de trabajo, bajos ingresos e impedimentos para fortalecer sus procesos organizativos.
4- El gobierno ya ha cedido cuestiones muy lesivas para el país. Ha aceptado que en 10 años se desgraven completamente las importaciones de bienes industriales y en un poco más las de los bienes agropecuarios, que llegarán con el respaldo de los inmensos subsidios estadounidenses. Ha abandonado la franja andina de precios, ofreciendo en su reemplazo unas etéreas y temporales salvaguardias para algunos productos agrícolas. Ha aceptado las exigencias norteamericanas de entregarle la economía nacional a las multinacionales de ese país, lo cual disminuirá la capacidad del Estado de promover políticas de desarrollo.
Se continuará entregando la infraestructura de los servicios públicos, a las multinacionales, con lo que se elevarán aún más las impagables tarifas. En las telecomunicaciones los norteamericanos en alianza con los europeos imponen estrategias de suplantación de la telefonía fija estatal a través de las transnacionales de los móviles. Se permitirá la importación de servicios, autorizando que muchos de ellos, como los financieros, los de televisión, se presten desde el exterior. Se restringirá la posibilidad de usar la inversión pública y la contratación del Estado para promover la producción nacional. Y es obvio que uno de los propósitos de este tipo de tratados es envilecer todavía más las condiciones laborales de los trabajadores. De lo que se trata es de reeditar los nocivos tratados impuestos por Estados Unidos a Chile y los países de Centroamérica, tan contundentemente rechazados por los sectores productivos y sociales de esas naciones. El TLC, entonces, profundizará la anexión de la economía colombiana a la de los Estados Unidos.
5- Con el propósito de firmar el tratado se están sacrificando las posibilidades de promover relaciones estrechas con Latinoamérica y demás países del mundo, sobre la base de la soberanía, el beneficio recíproco y el respeto mutuo. Frente a la política neoliberal del libre comercio que trata de imponer la potencia norteamericana, la respuesta de los pueblos de América Latina debe ser la de pugnar por el establecimiento de unas relaciones internacionales que tengan como base la solidaridad y la búsqueda de caminos propios de desarrollo.
6- Además, es especialmente grave que el TLC que se pretende aprobar sustituya aspectos fundamentales de la propia Constitución Nacional, se violan los principios de la descentralización, la autonomía local, la soberanía nacional en lo político, económico y social. Se imponen tribunales privados para la solución de diferencias en beneficio de los intereses transnacionales, la inversión extranjera especulativa y la expoliación de nuestros recursos naturales.
Los más diversos y heterogéneos sectores han manifestados sus reservas, sus críticas e incluso su oposición al TLC. Algunos piden la exclusión de productos como el arroz, los trozos de pollo, la cultura, los medios de comunicación, los medicamentos esenciales. Las Centrales Sindicales advierten sobre el empeoramiento de las condiciones laborales y el aumento del desempleo. La Iglesia se preocupa por las amenazas a la salud pública y la seguridad alimentaria. Numerosas regiones temen la pérdida de margen de acción de los gobiernos locales; varios sectores sociales alertan sobre la violación de derechos fundamentales; los juristas cuestionan la constitucionalidad del tratado; los industriales señalan el rompimiento de las cadenas productivas e incluso muchos exportadores dudan de los beneficios en un ambiente de creciente revaluación.
Los trabajadores desde el movimiento sindical y en general las organizaciones sociales, los sectores políticos democráticos y progresistas y no pocos grupos de productores, han manifestado en numerosas movilizaciones callejeras su rechazo al TLC, lo que ha contribuido a que los gobiernos de Colombia y Estados Unidos retrasen su agenda, mientras en los países de la subregión andina aumentan las protestas. Quienes no se atreven a manifestarse contra este Tratado, están bajo la presión, chantaje y soborno del gobierno.
Insistimos en que el gobierno Nacional debe suspender las negociaciones y levantarse de la mesa. Pero como sabemos que los intereses de quienes detentan el poder van en contravía de los intereses de la nación y de nuevo se prestarán oídos sordos al clamor popular, desde el movimiento sindical y de un gran número de organizaciones sociales, populares y gremiales hemos decidido realizar a partir del Primero de Mayo, una CONSULTA acerca de este tratado, cuyos resultados daremos a conocer a la opinión pública y al gobierno nacional para que se sepa en el ámbito nacional e internacional lo que piensan numerosos e importantes sectores de la población colombiana sobre el TLC y se constate que la decisión gubernamental de firmar a toda costa este Tratado, sin tener en cuenta el querer de los colombianos, favorece solamente los intereses de las grandes multinacionales y del imperialismo norteamericano.
ORGANIZACIONES SOCIALES:
Gran Coalición Democrática, GCD
Comando Nacional Unitario, CNU
Central Unitaria de Trabajadores de Colombia, CUT
Confederación de Trabajadores de Colombia, CTC
Confederación General de Trabajadores, CGT
Comité Colombia de Lucha contra el ALCA – TLC
Red Colombiana de Acción Frente al Libre Comercio y el ALCA - Recalca -
Federación Colombiana de Educadores, FECODE.
Sindicato de Trabajadores de la Empresa de Teléfonos de Bogotá, Sintrateléfonos
Sindicato Nacional de Trabajadores de Bancolombia, Sintrabancol
Unión Nacional de Empleados bancarios UNEB
Organización Colombiana de Estudiantes, OCE
Asociación Nacional de Estudiantes de Secundaria, ANDES.
Asociación Sindical de Profesores Universitarios, ASPU
Asociación Nacional de Trabajadores de Hospitales, Clínicas y Consultorios, ANTHOC
Asociación Nacional de Empleados del Banco de la República, ANEBRE
Multiestamentaria de Universidades Públicas
Asociación Nacional por la Salvación Agropecuaria
ORGANIZACIONES POLÍTICAS:
Alternativa Democrática
Frente Social y Político F.S.P.
Movimiento Obrero Independiente y Revolucionario MOIR
Partido del Trabajo de Colombia P.T.C.
Acompañar esta declaración escribiéndonos los correos:
consulta_tlc@yahoo.com
recalca@etb.net.co