Mensaje enviado por el profesor Asociado al Departamento de Humanidades, Guillermo Aníbal Gärtner Tobón, para toda la comunidad universitaria.



Mauricio y demás destinatarios del mensaje reenviado la semana pasada, con un cordial saludo comparto la siguiente nota provocada por la lectura del texto de Federico N. Fernandez:

A mediados del 2004 me acerqué a uno de los teléfonos públicos instalados a la entrada de la Biblioteca Roa Martínez. Para hacer mi llamada debí esperar la terminación de una que hacía un joven cuyas características físicas a primera vista correspondían con la deplorable descripción que Federico Fernández, el autor del escrito reenviado por Mauricio, hace de lo que en su concepto es un joven socialista.

El joven en su semidesflecada y desteñida mochila verde oliva, llevaba inscrito el grito de "muerte a toda forma de autoridad" lo cual obviamente no combina o desentona con la propuesta socialista. No obstante, la impresión y la idea de tener frente a mi a un cultor de la anarquía se difuminó de inmediato cuando alcancé a escuchar que este "joven rebelde" estaba pidiéndole permiso a su mamá para ir a Cartago.

Como todo en la vida nada es, pese a Hegel, tan absoluto y mal haría en generalizar la "inconsecuencia" del muchacho atrás descrito extendiendo sus atributos a toda su generación como parece hacerlo el autor del correo distribuido por un amigo a quien "distingo" como joven socialista y quien en nada o para nada corresponde o se parece al "modelo" que atormenta la conciencia del autor de la misiva en comento.

La imagen que mantengo y de alguna forma alimento en mi conciencia y memoria de lo que representa ser joven y socialista es bien diferente y de alguna manera coincide en rasgos generales con las descripciones que en su momento histórico hiciera M.I. Kalinin sobre el joven comunista (Komsomol):

"la particularidad de la edad juvenil consiste en su gran afán interior por las emociones ideales. La juventud siempre aspira al sacrificio personal; el joven siempre sueña con recorrer todo el mundo a pie, hacerse marino, ser capitán, descubrir nuevas tierras y otras cosas por el estilo.... La juventud en su mayor parte, es sincera y franca..."

A quien desee formarse una idea de los ideales y de la práctica de otros jóvenes socialistas diferentes a los de la desgraciada experiencia del autor del escrito en comento, le recomendaría el texto ya citado titulado "Sobre la Educación Comunista" y que podría complementarse con la lectura de otros libros como "La Joven Guardia" y "Así se templó el Acero" que bien -creo modestamente- contribuyen a la necesaria y conveniente contextualización histórica de un modo de ser caracterizador de ese concepto "joven socialista".

En la historia colombiana tenemos cantidad de ejemplos de jóvenes hermosos (jóvenes y jóvenas -valga la expresión, dignos y dignas de admiración y respeto) militantes en las diversas expresiones de la llamada y llamable izquierda socialista: jucos, moires, elenos, del M (19), del epl, etc. etc., independientes y hasta "infiltrados" o coptados por agrupaciones liberales o conservadoras, que ofrendaron su vida o fueron sacrificados no precisamente por corresponder al modelo que nos describe quien provocó estos comentarios.

Siendo ya un viejo y pese a todas las frustraciones de épocas de juventud que todavía no cicatrizan, me quito el sombrero con respeto y admiración ante el joven socialista que puedo distinguir en esa persona pulcra en su presentación física, disciplinada en su estudio, hijo, hermano, tio, sobrino, nieto, amoroso y respetuoso de sus mayores, que todos los días hace "gimnasia" mental y corporal para superarse cotidianamente a si mismo, comprometido y leal con su causa, compañero "derecho" y firme en la lucha y en la adversidad, pletórico de sueños y de voluntad de vivir.

Siento alguna conmiseración por esos otros pretendidos -que los hay y no pocos- jóvenes "revolucionarios" de mochila encantada, gafas estilo Trostky, boina estilo Ché Guevara, botas ecuatorianas, invocadores de Espíritus (Mao, el Ché, el Presidente Gonzalo y hasta de Pachito Eché!), jóvenes de quienes puede uno decir parodiando al tuerto López: pobres muchachos, tan inútiles y castos, que hacen decir al diablo, con los brazos en cruz: pobres muchachos...socialistas o no, pobres muchachos.


Cordialmente,

Guillermo Aníbal Gärtner Tobón
Profesor Asociado Departamento de Humanidades


Mensaje enviado por: ggartner@utp.edu.co