Discurso del Rector de la Universidad Tecnológica de Pereira, Ing. Luis Enrique Arango Jiménez, pronunciado en el Aniversario número 100 de Rotary Internacional donde la UTP fue condecorada por esta organización con el Mérito Cívico.
DISCURSO EN EL CENTENARIO DE ROTARY
Hoy se cumplen cien años de la fundación de Rotary Internacional, una organización que hoy agrupa a 1.250.000 afiliados, organizados en 31.000 clubes, distribuidos en 166 países. Una legión de mujeres y hombres que se mueven bajo el supremo ideal de trabajar por el bienestar de la humanidad promoviendo a la vez el compañerismo y la fraternidad.
Cumplir cien años no es un evento intrascendente; además de representar un acumulado de experiencias y aportes a la sociedad, significa sin lugar a dudas que la idea fuerza que lo sustenta y define no ha perdido vigencia:
Pensar mas en dar que en recibir, ó en palabras de su fundador, Paul Harris, aprender a dar más importancia al dar que al recibir; dar de sí sin pensar en sí; constituye una estrategia de vida gratificante.
El ideal rotario encarna una filosofía deseable para toda la sociedad; una manera ingeniosa y poderosa de vencer la soledad en que frecuentemente nos encontramos los humanos para reunirnos en grupo y apoyarnos promoviendo la solidaridad y el progreso social.
Solidaridad, el vocablo que implica pensar en los demás; en lo individual y en lo colectivo. Esta acción humana que puede ser el mejor antídoto contra la violencia y la descomposición social esta siempre al día en la agenda Rotaria.
Son muchas las Instituciones en Pereira que se deben a la impronta Rotaria; entre ellas la Universidad Tecnológica de Pereira en cuyo proceso de fundación estuvo presente de principio a fin el Club Rotario: 10 años de gestión sin interrupciones bajo el liderazgo del doctor Jorge Roa Martínez transcurrieron desde el año 1951 cuando oficialmente el Club se ocupó del tema escuchando al rector del Instituto Técnico Industrial de la época hasta el primero de marzo de 1961 cuando se realizó el acto inaugural de iniciación de labores en ceremonia presidida por el Alcalde de la época don Emilio Vallejo Restrepo, el Presidente de la Junta constructora, Monseñor Baltasar Álvarez Restrepo y su primer Rector Jorge Roa Martínez.
Jorge Roa Martínez, fundador del Club Rotario en Pereira, dos veces gobernador de Distrito, le puso el alma a la creación de la Universidad y lo logró.
Ya atrás habían quedado los esfuerzos de muchos Pereiranos ilustres que contribuyeron a que la obra se cristalizara; entre ellos hay que mencionar a Baltasar Álvarez Restrepo, a Germán Calle Sánchez, a Julio Plazas Olarte, a Guillermo Ángel Ramírez, a Oscar Vélez Marulanda, a Camilo Mejía Duque y a tantos otros que sería interminable nombrarlos.
Hoy en este primer centenario de Rotary Internacional han querido los tres clubes: El Club Rotario de Pereira; El Pereira Perla del Otún y El Pereira del Café, rendirle un homenaje a la Universidad Tecnológica de Pereira al otorgarle la Mención al Mérito Cívico Rotary 100 Años.
Como Pereirano, egresado y como Rector de la Universidad Tecnológica de Pereira quiero agradecer este gesto de apoyo a lo que ha sido la Universidad para la ciudad y para la región; entiendo en él un reconocimiento a la labor abnegada de muchísimas personas que han puesto su grano de arena en esta empresa que ha sabido conquistar el corazón de todos nosotros.
Profesores, directivos, rectores, funcionarios de gobierno, políticos, todos sin excepción han trabajado con entusiasmo y desinterés por construir un Centro de Educación Superior de excelencia que hoy figura entre los mejores del país.
La Universidad siempre ha sido un escenario de encuentro de toda la sociedad; jamás ha sido víctima de intereses subalternos. Si en algo se identifican los Pereiranos y Risaraldenses es en la defensa de su Universidad y en su deseo de que ella sea cada vez más grande. Y a fe que lo han logrado:
Esta Universidad no es una Universidad de élite que se hubiera pensado para formar los cuadros de la clase dirigente; es una Universidad abierta a la sociedad, sin discriminaciones que brega en su diario quehacer por llegar cada día más a los sectores en mayor debilidad.
Es una Universidad que reconoce la importancia del acceso a la Educación Superior como una vía indispensable para producir la movilidad social y por consiguiente propiciar la ruptura del círculo perverso que determina ser pobre por haber nacido pobre.
Es una Universidad que ha hecho grandes esfuerzos por ampliar su cobertura permitiendo considerar la otrora impensable cifra de los 10.000 estudiantes matriculados como una cifra posible para el segundo semestre de este año.
Pero es una Universidad que reconoce debilidades al moverse en medio de una situación de deterioro social donde los índices de pobreza han aumentado colocando a más del 60% de la población por debajo de la línea de pobreza lo que está haciendo que sea muy difícil darle sostenibilidad a los esfuerzos realizados.
Ya no basta con ofrecer los cupos; es necesario pensar de nuevo en la concurrencia de otros factores que inciden en la posibilidad de que los Colombianos lleguen a las Universidades y más importante aún que puedan mantenerse en ellas.
El Sistema de Educación Superior acusa tasas de deserción de casi el 50% y la mayor causa de esta deserción reside en la situación económica de los estudiantes.
Esta realidad que podría ser imputable a la guerra, o al modelo económico, o a lo que los teóricos prefieran no da espera; requiere de acciones por parte de la sociedad. Así lo han entendido los empresarios que están trabajando el concepto de responsabilidad social empresarial al comprender que no basta tener un buen negocio sino que hay que velar para que el se pueda disfrutar.
Las Universidades ya no pueden esperar pasivas dentro de sus muros la llegada de los estudiantes ni mucho menos contemplar igualmente pasivas el fracaso de quienes han logrado llegar. Es necesario pasar a la acción buscando mecanismos que alivien la situación, propiciando la concurrencia de actores sociales extramuros que apoyen la eficiencia del proceso educativo.
En este propósito la Universidad ha formulado el proyecto Plan Padrino que busca activar apoyos que ayuden al sostenimiento de los estudiantes de escasos recursos y a remover otros obstáculos como el transporte que limitan las posibilidades de acceso real a la Educación Superior.
En una primera línea de trabajo y en coordinación de la Diócesis de Pereira hemos recibido 37 estudiantes a quienes les estamos ayudando a disponer de viviendas a costos módicos en la esperanza de ir construyendo puentes con la sociedad que nos vayan permitiendo ampliar la acción en alcance y en profundidad.
Treinta jóvenes de Nuquí y siete de la Isla de San Andrés están recibiendo estos beneficios pero aspiramos a expandir el modelo a los Municipios de Risaralda y en general a toda nuestra comunidad estudiantil que lo requiera de manera imperiosa.
Nos ha tocado salirnos del libreto que recomienda mirar el acceso solo desde el punto de vista de la financiación de la matrícula y pasar a contemplar otros apoyos que se han vuelto determinantes para el acceso democrático a la Educación Superior.
Tener a todos los Rotarios de Pereira reunidos en esta fecha tan especial no podía ser desaprovechado; por ello y con la certeza de no equivocarme quiero invitar a los Clubes Rotarios a hacer causa común con nosotros en este empeño. Trabajemos por hacer exitosos los esfuerzos que hace la Universidad para cumplir con su misión.
Ayudemos a activar la sociedad en la dirección de lograr que un mayor número de colombianos puedan coronar la meta de su formación profesional que les abra las puertas del progreso.
Yo sé que nuestros antecesores estarían complacidos con este acto y desde la inmensidad de su memoria nos acompañan y los estamos acompañando.
Compañeros Rotarios muchas gracias en nombre de la comunidad Universitaria de la Tecnológica de Pereira y en el mío propio.
Felicitaciones Rotarios del Mundo en su primer aniversario.
Gracias.
LUIS ENRIQUE ARANGO JIMENEZ
Rector
Pereira, 23 de febrero de 2005