La siguiente es una carta abierta enviada al Decano de la Facultad de Ciencias de la Salud, Samuel Eduardo Trujillo, por parte del Representante profesoral en el Consejo Académico, Gonzalo Arango Jiménez.



Pereira, febrero 21 de 2005

Profesor
Samuel Eduardo Trujillo Henao
Decano Facultad Ciencias de la Salud, UTP
La universidad


Apreciado Samuel:

En hora buena recibí su memorando, en el cual, con una ligereza que raya con la irresponsabilidad en virtud de su profesión y del cargo que desempeña, señala que: "En el pasado consejo Académico, quedó en el ambiente que Usted protagoniza, una persecución selectiva a los profesores de Ciencias de la Salud e hizo afirmaciones como que “la prestación de servicios en el anfiteatro de la Facultad se realizaba desplazando actividades de nuestros estudiantes""(SIC).

Es desafortunado el giro utilizado para expresar su percepción, pues pretende erigirse como intérprete de una “sensación colectiva” que nada tiene que ver con la realidad de los hechos, con lo allí dicho y ocurrido. La manida astucia de montar el cuento de “caperucita roja y el lobo feroz”, para sembrar cizaña entre el profesorado, es una práctica de vieja data en nuestra universidad y por fortuna, en un ambiente de franca discusión, es posible poner cada cosa en su lugar, elucidando los infundios y desmintiendo las maledicencias para “desfazer tuertos”, como diría el ingenioso hidalgo.

Como bien lo sabe, y así consta en las actas del Consejo Académico, hace cerca de cinco meses solicité en ese organismo que el laboratorio de Genética de la Facultad de Medicina presentara un informe ante ese Consejo, en el cual se nos ilustrara sobre el impacto académico de un contrato, muy promocionado por la prensa local, según el cual se estaría “exportando ciencia hacia España”. Mi propuesta fue aprobada por unanimidad y se convino en citar a la Dra. Julieta Henao, directora del laboratorio, con el mencionado propósito. En el mes de noviembre, presenté mi queja ante el organismo por el no cumplimiento de lo aprobado y sólo en la pasada reunión, celebrada el 9 de febrero, intervino la directora del laboratorio, no con un informe detallado sobre el contrato referido sino con una presentación general sobre la historia y logros obtenidos por esa dependencia.

Expresé mi no conformidad con la exposición hecha por la Dra. Henao, no sin antes reconocer el respeto que me merecen su trabajo y los reconocimientos académicos obtenidos por tan locuaz colega y su equipo de trabajo. Reiteré que mis requerimientos de información no se satisficieron con la presentación, por lo cual solicité copia del contrato y anuncié que haría mis comentarios por escrito. Le recuerdo que Ud., apreciado consejero, complemento mi solicitud pidiendo que no sólo ese sino todos los contratos adelantados por las dependencias académicas de la universidad se pusieran a disposición del Consejo para su estudio.

En intervención posterior, aclaré ante el Consejo que no se trataba de buscar irregularidades o conductas dolosas en la ejecución de los contratos sino de valorar los impactos que, en el desarrollo de nuestra función social -transmisión, difusión, sistematización, adaptación y creación de conocimiento científico y tecnológico- , esas “actividades de operación comercial” generan. Traje a colación una vieja discusión que di en el Consejo Superior, de ello hace cerca de 10 años, cuando se presento en ese organismo un informe de la administración que reportaba el alquiler del anfiteatro, creo que a la Fundación Universitaria del Área Andina, para que allí ofreciera algunos cursos esa institución. Expresé mi percepción de que cuando se llevan a cabo esta clase de contratos, se está restringiendo la disponibilidad de esos recursos de infraestructura académica para que los estudiantes y/o los docentes, los utilicen en desarrollo de sus procesos de aprendizaje, formación e investigación.

Ese es el debate y no otro. Es saludable que salgan a la palestra quienes defienden la tesis de que se debe, mediante “proyectos de operación comercial”, sacarle beneficio económico, léase renta, a la infraestructura académica y tecnológica de la universidad que buscan “aprovechar los tiempos en que el escenario académico no se está utilizando”. Es el rol de los “decanos gerentes”, de moda, a quienes poco les importa el desarrollo de la academia, de la investigación y lograr la excelencia. Su preocupación no es la de que los “escenarios académicos” se utilicen cada vez con mayor asiduidad por parte de la comunidad universitaria. Por el contrario, entre menos se usen mejor, como ahora se pretende con las reformas académicas en marcha impuestas por el decreto 2566 de 2003 y su sistema de créditos, pues mayor beneficio económico se podrá obtener mediante la comercialización de “los tiempos en que el escenario académico no se está utilizando”, mejorando los “indicadores de gestión” de la dependencia a su cargo.

Por lo tanto la solicitud que Ud. se ve en la “obligación” de solicitarme, no es pertinente, pues Ud. falta a la verdad cuando asevera que presenté una “queja” y su afirmación, seguida por el ladino comentario de que “entendíamos muy diferente su defensa de la universidad pública y los profesores que representa”, sólo pretende indisponer a los docentes de su facultad en mi contra. Lo que Ud. si está en la obligación de hacer, y no ha hecho, es suministrarme toda la información sobre el referido contrato, pues de acuerdo con lo dicho en el Consejo Académico por el Vicerrector Administrativo, esa información y contratos se manejan desde las decanaturas.

Desde su fallida aspiración a representar al profesorado en el Consejo Superior, malograda a su decir por “haber sido amenazado”, todo el profesorado sabe de su cercanía con las posiciones defendidas por la administración actual de la universidad y con la política que el gobierno de Uribe Vélez impone a la universidad colombiana que las orienta. Lo invito a que centremos nuestra discusión académica y si lo quiere política en el contenido de ellas.

Cordialmente,

Gonzalo Arango Jiménez
Representante profesoral en el Consejo Académico

Copia: Consejo Académico
Comunidad Universitaria

Mensaje enviado por: garango@telecom.com.co