El siguiente mensaje es enviado por el profesor de la Facultad de Educación, Miguel Ángel Gómez, para todos los interesados.



A PROPÓSITO DE LAS ELECCIONES EN LA FACULTA DE EDUCACION DE LA UNIVERSIDAD TECNOLOGICA DE PEREIRA

Miguel Gómez Mendoza
Profesor Facultad de Educación
Universidad Tecnológica de Pereira

Las directivas de la universidad han convocado a elecciones de decanos en diferentes facultades de nuestra universidad, entre ellas, la facultad de educación, en el caso de la facultad estas las elecciones deberán tener lugar en el mes de marzo de 2005.

La actual decana, profesora María Zapata Saldarriaga, manifestó ante un auditorio a reventar con motivo de la lección inaugural de semestre de la licenciatura en Pedagogía Infantil el día martes de 2 de febrero en las horas de la mañana, que no se presentaría su nombre en el proceso de elecciones convocado.

Esta decisión fue reiterada por la profesora Zapata ese mismo día en reunión del consejo de facultad de educación celebrado en las horas de la tarde. Sus principales argumentos para no presentar su nombre fueron, de una parte, darle oportunidad a nuevas generaciones para dirigir la facultad luego de cinco años de gestión, y el otro de haber cumplido un ciclo profesional. Argumentos validos, respetables y comprensibles, pues como todos sabemos luego de cinco años la gestión universitaria, como cualquier gestión, genera "desgaste" y muestra qué es lo que se pudo hacer efectivamente en dos períodos y medio.

En el momento de redactar esta nota desconozco el nombre y número de profesores o profesoras que hayan manifestado su intención de participar en el proceso electoral académico que se avecina.

No es mi intención, de efectuar un balance de su desempeño académico- administrativo de la decanatura que termina, ni más faltaba, además no tengo potestad para ello. Efectuar un balance de su desempeño administrativo, en un estado democrático y de estado social de derecho como el colombiano, que entre otras cosas garantiza la autonomía universitaria, corresponde a otras instancias de la universidad y del estado.

No obstante, como ciudadano colombiano y profesor titular de planta de la universidad, me apoyo en las garantías que me da ese estado y de la universidad para expresar mis puntos de vista personales, valga la redundancia, sobre el estado actual de la facultad de educación. Estado que hereda y espera al profesor o profesora que resulte elegida en este proceso democrático de elección.

El estado de la facultad no puede ser más que complejo y vario pinto, es decir, complejo, al igual que la época "espiritual" que nos tocó vivir, para emplear una expresión del filósofo alemán Hegel. La descripción de este estado debe ser matizada para ser justos con la realidad que hereda el profesor o profesora elegida. Así pues, deseo resumir o esquematizar, y en la medida de lo posible, describir esta situación o "clima" en los siguientes términos:

(a) una facultad atomizada, cada profesor cumple con sus funciones y tareas en el marco de una ausencia de proyecto colectivo respecto a la extensión, docencia e investigación. Por ejemplo, es posible afirmar, si me equivoco es por ignorancia, que la facultad de educación cuenta con el mayor número de profesores con estudios de doctorado (terminados o no), pero estos parecen no encontrar de manera directa un ambiente institucional adecuado para retribuir el inmenso apoyo recibido de la administración de la UTP para incorporarse a los proyectos de especialización o maestría, casi inexistentes. Una facultad, de una universidad pública si desea cumplir su función social, no puede darse el lujo de desperdiciar tamaño recurso en estos momentos de intensa y a menudo feroz competencia académica. Es decir, no hay una señal evidente y manifiesta de incorporar a estos profesores a una política de formación en postgrados y pregrados. Lo poco que hemos hecho muchos profesores a este respecto, se debe a que por fortuna aprovechamos las oportunidades que nos brinda la audaz política de investigación de la actual administración UTP, y a que hemos encontrado un "nicho" académico, muy individual por cierto, en programas como la maestría en comunicación educativa y al doctorado en educación de Rudecolombia. Este mismo argumento de vacío político en la facultad, se puede extender a las funciones de extensión, y en algunas ocasiones a la de docencia.

(b) Un consejo de facultad que parece cumplir preferentemente funciones de trámites administrativos. Todo indica que prácticamente toda la carga de gestión está en manos de los directores de escuela o coordinadores de programa, mientras que los profesores que no ocupamos cargos directivos dedicamos nuestras energías a tareas quizás más "cómodas" y "productivas" como son la docencia e investigación. Inclusive se habla y se dice que hay profesores que dedican simultáneamente sus esfuerzos a sectores privados. Asunto este sin duda supremamente delicado.

Valga la ocasión para reconocer la gestión administrativa y académica de los directores de escuela y de programa, quienes tienen en sus manos la tarea de sacar adelante las peticiones de los profesores y las decisiones de las salas de profesores. Estos, además de sus tareas menudas, vienen adelantando otras para crear un ambiente académico universitario (lecciones inaugurales, presentación de libros, semilleros de investigación, entre otras). Pero no puede olvidarse que ellos tienen como tarea dar trámite a peticiones y demandas de los profesores, algunas de ellas poco comprensibles y razonables en el contexto actual de las reformas de la universidad.

Sin embargo, este consejo parece ser heredero de cierto estilo rancio de administración propio del “centralismo democrático” leninista. Existen evidencias de que su poder de decisión es excesivo, a menudo inútil o útil cuando conviene. Por ejemplo, no es comprensible que en su seno estén presentes todos los directores de postgrados y que éstos opinen sobre las problemáticas y peticiones de los pregrados o cualquier otro tipo de demandas potestad de la sala de profesores o de la dirección de las escuelas y departamentos. En esa rara lógica, si la facultad hacia el futuro inmediato tuviera otras 5 especializaciones, 7 maestrías, y 2 doctorados, su consejo aumentaría en 14 miembros o integrantes. Esta podría ser una evidencia de la inexistencia de una política de concepción y gestión de la formación postgraduada.

(c) Es posible si nos valemos de las evidencias, que en el seno del profesorado de la facultad existente diversos maneras o estilos de enfrentar sus tareas docencia, investigación y extensión. En este contexto, vale la pena preguntarse por la productividad académica de los profesores. Sin duda esta parece ser alta entre quienes consideramos, que además de la buena docencia, debemos escribir según los cánones académicos y aprovechar las oportunidades de presentar proyectos en el interior de la UTP y en los organismos nacionales financiadores de investigación, Colciencias, por ejemplo. Los grupos de investigación registrados en Colciencias, los libros publicados, los artículos divulgados en revista nacionales e internacionales, la participación como ponentes en eventos académicos nacionales e internacionales así lo demuestran. Pero queda la inquietud o la pregunta grande, y todo esto: ¿a cuál proyecto colectivo de facultad se articula?. Me preguntó esto, y quiero estar equivocado, si todo esto se debe, a que por fortuna y alegría para nosotros los profesores que le apostamos a la buena docencia y la investigación de calidad, existe más universidad que facultad. Claro está, esto que acabo de decir, quizás no es más que una simple y elemental especulación.

Entiendo que el "clima" cultural de nuestra época o momento, invita y casi obliga a ser breve en los pronunciamientos públicos, y por razones obvias, no voy a contravenir este imperativo. Se quedan en el tintero muchas consideraciones sobre el presente y el porvenir de nuestra facultad, qué es también el de la universidad.

Sin embargo, este mes de reflexión electoral será una preciosa oportunidad para que los aspirantes a ser decanos de la facultad nos convenzan a los profesores, estudiantes y egresados que otra facultad con fuertes desarrollos con relación a la docencia, investigación y extensión académicas es posible.


Miguel Gómez Mendoza
Pereira, Febrero 19 de 2005.