La siguiente es carta abierta, enviada por el profesor Miguel Gómez al rector de la Universidad Tecnológica de Pereira, ingeniero Luis Enrique Arango Jiménez.


Pereira, febrero 2 de 2005


Ingeniero:
LUIS ENRIQUE ARANGO JIMÉNEZ
Rector
Universidad Tecnológica de Pereira
La Ciudad

Atento saludo.


Como profesor de tiempo completo y titular de la facultad de educación, y haciendo uso del derecho a deliberar públicamente sobre los asuntos de la universidad en los marcos formales consignados en diversos documentos que orientan el quehacer universitario, me permito de manera respetuosa expresarle por este medio y de manera abierta algunas consideraciones sobre el proceso y las circunstancias actuales de elección de decanos.

En el boletín electrónico “Campus” número 007 de 2005, divulgado en la red de la universidad el día lunes martes 1 de febrero, el profesor Carlos Mora, adscrito al departamento de matemáticas de la facultad de ciencias básicas, expresa la importancia y la necesidad de convocar a elecciones para el cargo de decano de dicha facultad. El profesor Mora termina su comunicación recordando el derecho a elegir y ser elegido como una costumbre inherente a la gestión de la vida universitaria en la UTP.

Considero oportuna y valiosa esta manifestación o pronunciamiento de carácter público, porque precisamente en la facultad de ciencias de la educación, el período de ejercicio de la decanatura, también ha terminado o llegado a su término, y al igual que en la facultad de ciencias básicas, debe en consecuencia convocarse al proceso de elecciones.

En mi opinión, en este contexto, es necesario y urgente que usted señor rector se pronuncie públicamente sobre el proceso a seguir en esta elecciones. Varias razones podrían justificar esta petición.

Son evidentes e innegables los logros y avances de la universidad en aspectos académicos, administrativos, de visibilidad regional y nacional, gracias a la gestión y liderazgo suyo y la de su equipo de colaboradores, con el concurso de los estamentos que conforman la universidad.

En las actuales circunstancias, estos logros y avances se complementarían con el decidido estímulo para que en las facultades que así lo requieran, se aproveche la ocasión de estas elecciones, para el ejercicio de un principio democrático liberal de cultura y participación política consagrados en la misión, el estatuto general y estatuto docente de la universidad: el derecho a elegir y ser elegido.

Las consideraciones expuestas no deben en ningún momento interpretarse como argumentos para desconocer o negar que en su administración, como en las que le han precedido, se han llevado a cabo procesos electorales con las debidas garantías y sin traumatismos de ninguna clase. Lo que se pide en últimas, es seguir este mismo camino o vía en la elección de decanos o decanas a que haya lugar en este momento.


Agradezco de antemano su atención.


Atentamente,


Miguel Angel Gómez Mendoza
Profesor Facultad de Educación