Discurso del Rector de la Universidad Tecnológica de Pereira, Ing. Luis Enrique Arango Jiménez, realizado el 24 de noviembre de 2004 en el Simposio Nacional de Medicina "Avances y Perspectivas de la Medicina Científica en Colombia". Auditorio Jorge Roa Martínez
SIMPOSIO NACIONAL AVANCES Y PERSPECTIVAS DE LA MEDICINA CIENTÍFICA EN COLOMBIA
Pereira 24, 25 y 26 de noviembre de 2004
Cuando me propusieron apoyar la realización de un evento donde se pusieran en común los avances de la medicina científica en Colombia, pensé de inmediato en los temas de actualidad: genoma humano, células madre y clonación. Sabía, que el evento sería del mayor interés, toda vez que el mundo entero se debate en una polémica que siendo tan trascendente pareciera que la sociedad prefiere evadirla.
Nuestra sociedad contradictoria e inconsecuente: mientras admite que se fabriquen y comercien armas de todo tipo cuyo destino final es la destrucción de la vida, se escandaliza cuando la ciencia de manera elemental empieza a aprovechar la inteligencia de la vida biológica para salvar vidas humanas.
Así, veo yo las cosas. Las células madre, extraídas de embriones humanos con menos de 14 días de gestación, tomadas de sangre del cordón umbilical o de la médula ósea y después duplicadas en un medio adecuado que se denomina una línea celular, se convierten en un banco de oportunidades para mejorar la calidad de vida de los seres humanos afectados por dolencias múltiples.
Se les llama pluripotenciales porque tienen la capacidad de especializarse en diferentes órganos y funciones, como es el caso específico y ampliamente reconocido del transplante de médula ósea, procedentes de células madre de donante idéntico o autólogas, que se instalan en el órgano o tejido afectado siendo capaces de regenerarlo; procedimiento que ahora busca ampliarse a otras patologías.
Como lego que soy, me hacen recordar la famosa concha nacar, remedio recomendado por las abuelas para llenar cicatrices y que operaba de manera mágica no se sabe por qué mecanismo oculto todavía a los ojos de la ciencia.
Qué podrán hacer estas células madre cuando la ciencia sea capaz de procurarles las instrucciones adecuadas para desarrollar un determinado tejido u órgano, es un asunto que excede la capacidad humana de pensar.
Pero no todo es tan sencillo. El mundo religioso se siente amenazado por estos descubrimientos y recordando la era galiléica se bate a fondo para detener el progreso y uso de estas investigaciones.
El quid del asunto es de naturaleza filosófica y está en esclarecer cuándo empieza la vida; si en la fertilización del óvulo de manera instantánea o más adelante en cualquiera de las etapas del proceso de formación fetal. Asunto, que sólo se discute en el caso de los seres humanos, pues los animales y los vegetales acusan procesos reproductivos similares.
Estas fertilizaciones de óvulos y la subsiguiente extracción de células especiales, las llamadas células madre, son procedimientos y manipulaciones de laboratorio que no ocurren dentro del cuerpo de la mujer y por consiguiente presentan diferencias con la versión clásica de lo que se conoce como aborto.
Definitivamente los teólogos y los científicos se van a tener que sentar a dialogar. Recordemos que doctores tiene la Santa Madre Iglesia.
No me cabe duda que la biotecnología y la genética terminarán prolongando la vida y haciéndola más placentera desde el punto de vista de la disminución de dolencias y enfermedades.
Como simple observador y lejos de sumirme en honduras espirituales, y respetando profundamente las construcciones bioéticas, mi punto de vista favorece el uso de todos los recursos que conduzcan a salvar las vidas humanas.
Esta discusión divide al mundo entero. Hizo parte de la última campaña electoral en los Estados Unidos; próximamente las Naciones Unidas someterán a consideración una resolución que le abre paso o lo cierra a las posibilidades terapéuticas de las células madre. Colombia, según los medios de comunicación, iba a abstenerse adoptando la posición de la mitad, pero parece que definitivamente votará a favor, decisión que nos complace.
Creo que estos asuntos no se le debieran dejar sólo a los medios de comunicación, el mundo académico y los científicos como los reunidos en este simposio, debieran ayudarle al país a construir una posición.
Tuve ocasión de escuchar el debate que se adelantó en el Congreso de la República días atrás, promovido por el Senador Jairo Clopatofsky, y de él pude enterarme que la legislación del país no lo prohibe aunque no lo reglamenta; al menos eso le entendí al Dr. Emilio Yunis.
Supe, de la intervención del Dr. Elkin Lucena donde afirma que su equipo de trabajo ya tiene una línea celular, lo que coloca al país dentro del escaso número de países que lo han logrado. Aquí se abre una enorme posibilidad para Colombia que no debiéramos desaprovechar.
Cosa diferente es el caso de la clonación reproductiva humana donde parece haber consenso en el mundo de que no debemos aventurarnos a provocar lo desconocido. La duplicación de seres humanos aparece como una afrenta de tamaño descomunal; más aún cuando lo que la ciencia ha aprendido en estas materias es infinitamente pequeño con relación a lo que ignora. Los procedimientos para insertar núcleos en células, todavía son muy precarios y algunos de ellos sin un control absoluto; lo que aconseja ser muy prudentes a fin de no caer en lo desconocido.
La genética abre horizontes ilimitados a la ciencia para seguir avanzando; configura un conocimiento básico, de donde pueden beber las otras ciencias. Al fin y al cabo, desentraña el misterio de la vida.
De particular interés son las investigaciones que se están haciendo para determinar el grado de reacción de las personas a los fármacos como una vía para lograr la efectividad en los sistemas terapéuticos. Esta área de estudio me parece de la mayor importancia sobre todo por su impacto social.
En la Universidad Tecnológica de Pereira, se han venido haciendo investigaciones para leer los genes metabolizadores de ciertas medicinas con el propósito de definir parámetros de fármacoeficiencia. Parte de estos trabajos serán presentados en el Simposio.
A pesar de nuestra distancia relativa con el primer mundo y sus centros de investigación se demuestra que podemos emular en muchos campos de la Investigación científica con impactos reales en la salud de la sociedad.
La agenda del Simposio hace un recorrido por fascinantes aspectos de la investigación médica asociada a la salud humana. Espero como rector que esta ocasión sea propicia para que los investigadores intercambien información, se conozcan y construyan oportunidades de trabajo colectivo: al fin y al cabo, ello es el objetivo fundamental de estos encuentros.
Creemos que las Universidades deben aprovechar la credibilidad que poseen en base a su neutralidad estructural para propiciar estos encuentros académicos que le sirvan al país para encontrar las mejores soluciones en el campo de sus posibilidades de desarrollo, lejos de cualquier interés subalterno. Ello es lo que pretendemos hacer.
Deseamos que este simposio dirigido a examinar los avances y perspectivas de la investigación médica en Colombia pudiera institucionalizarse; y nuestro compromiso será seguir haciéndolo siempre y cuando las condiciones objetivas lo hagan propicio.
Por último permítanme agradecer a los conferencistas tanto nacionales como internacionales que nos acompañan. En particular al Dr. Luis Eduardo Figuera y al Dr. Juan Morales, quienes han venido de México y Cuba respectivamente. Agradecimientos también a los patrocinadores del evento: a Colciencias, a Suratep, a Procesos Biotecnológicos y Medioambientales, a Exógena Ltda., a G. Barco S.A., a ESE Salud Pereira, a Zurich de Occidente, a Delima Marsh, a Rengifo Lanzeta y a Bancafé; Así, como también a la firma Enlances Asociados, como entidad organizadora del evento.
Señores asistentes y participantes a este simposio. Sean ustedes Bienvenidos.
Muchas Gracias
Luis Enrique Arango Jiménez
Rector