Intervención realizada por Julián Andrés Herrera Valencia, Representante de los estudiantes ante el consejo Académico, el pasado 29 de marzo de 2011 en el marco del IV foro regional sobre el proyecto de reforma a la Educación Superior.
NACE LA NUEVA LEY, MUERE LA ESPERANZA DE DESARROLLO Y TRANSFORMACIÓN NACIONAL
Aparece nuevamente en Colombia la necesidad de manifestar que el gobierno tiene la intención de privatizar todo, de quitarle derechos al pueblo colombiano y llenar sus arcas en beneficio propio, además de beneficiar a ciertas grandes empresas provenientes principalmente de países imperialistas y ahora con más pruebas que nunca.
El mismo discurso se planteó en 1928 en Colombia durante una protesta contra la empresa United Fruit Company que dio como resultado el trágico evento denominado la masacre de las bananeras, auspiciado por el gobierno de turno.
Posteriormente aparece en nuestro país la opción de un gobernante del pueblo, un simple abogado llamado Jorge Eliecer Gaitán quien fue asesinado por “fuerzas oscuras” y cuyo crimen hasta ahora no se ha podido resolver. Ahora demos un salto mayor, vallamos a finales de los ochenta, donde aparecen una serie de directrices mundiales provenientes principalmente del Banco Mundial (BM) y del Fondo Monetario Internacional (FMI), donde, en respuesta a el camino que había tomado algunos países de Europa del Estado de bienestar, un Estado que garantizaba los derechos y marcaba las reglas del juego para que todos vivieran de la mejor manera, aparece una segunda vía, el tan renombrado neoliberalismo que en pocas palabras se resumen en lo que planteó Cesar Gaviria durante su gobierno “… un Estado mínimo y eficiente …”, donde es “la mano invisible” del mercado la que estipula las reglas del juego y en este sentido el Estado debilita sus instituciones pues su función es simplemente de control más que de garante de derechos.
Gracias a todo esto, aparecen en Colombia una serie de políticas que cumplían con la función de beneficiar a la empresa privada y extranjera puesto que ésta en realidad es más organizada que las instituciones públicas, es el tiempo de la ley 100 para la salud o la ley 30 para la educación, entre otras. En estas fechas nuevamente aparecen esta serie de personas que con su anacrónico discurso vuelven a advertir las consecuencias de dichas políticas, del camino por el cual estaban llevando a la nación colombiana y de las implicaciones que esto tendría para las generaciones futuras e incluso para nosotros mismos. Aunque algunos los escucharon y trataron de evitar que estas políticas se implementaran, el gobierno tenía mayor control y poder, por lo tanto no le importó las opiniones de sus ciudadanos y casi que a rajatabla realizó las reformas impuestas por aquellas entidades multilaterales que nunca piensan en el bienestar de los pueblos del mundo ni tienen una posición filantrópica, pues solamente buscan su propio beneficio.
Ahora bien, conociendo estos elementos de análisis y contexto entremos en materia de lo que nos llama hoy a este espacio, hablar sobre la nueva ley de educación superior y aprovechamos el momento para expresar que como comunidad estudiantil no estamos de acuerdo con la actual reforma, lo cual es un consenso nacional del Encuentro Estudiantil de Universitarios realizado recientemente en Bogotá.
Ahora pasemos a entender en que marco se da la nueva propuesta de educación superior.
Después de diez y nueve (19) años de vigencia de la ley 30, se hace necesario antes de plantearse cualquier tipo de reforma, un balance serio que permita entender que fue lo bueno, lo malo y lo feo durante este tiempo. En ese sentido, la comunidad universitaria tiene diferentes planteamientos y visiones, elementos de juicio importantes que no se tuvieron en cuenta al plantearse el proyecto de reforma y que después de tener una propuesta sobre la mesa, esperan que las comunidades universitarias colombianas, sienten unos puntos de vista que estarán concentrados en los foros regionales y que buscan, sobre la base de la nueva ley, aportar el articulado que presenta el ministerio sin un debate previo que permitiera construir una propuesta que corresponda con la visión que tenemos los sectores universitarios alrededor del devenir de las universidades.
En este sentido, los estudiantes rechazamos tajantemente la nueva ley de educación superior pues creemos que el proceso de discusión se debió haber dado previamente a la presentación de una nueva ley de educación, tal cual como ocurrió con la ley 30 que duro aproximadamente dos (2) años en construirse y fue a través de la discusión de los estamentos universitarios que se llegó a esta reforma.
Después de muchas pruebas y errores a través de políticas, fueron moldeando un modelo de universidad que correspondiera con el modelo de país que se estaba gestando en Colombia, en este sentido es de vital importancia entender que este proyecto de reforma es un avance estratégico para la consolidación de ese modelo de universidad servil a unos cuantos sectores y que en gran medida no corresponde con las necesidades de Colombia. Este cambio estratégico se logra hoy, imponiéndole una nueva función social a las universidades e insertándolas al mercado de servicios, perdiendo su condición de derecho y pasando a ser simplemente una mercancía que se rige por las normas del mercado y como tal debe responder de esta manera.
En este sentido, tenemos que tener muy en claro que la nueva ley de educación superior es un atentado directo contra la esencia de la universidad pues al permitir que se genere inversión privada en las universidades y abrir la puerta a las universidades con ánimo de lucro, es muy factible que se pierda la universidad como centro académico de debate y lucha de ideas, pues para la empresa privada, no es rentable tener estudiantes que debatan y generen nuevo conocimiento, pues los conocimientos que requiere el sector productivo ya están muy bien definidos y en este sentido no se requiere de personas pensantes sino de mano de obra calificada barata que sea capaz de responder a las necesidades del mercado, que esté en capacidad de desarrollar la industria pero simplemente desde aspectos muy básicos que no corresponden a las necesidades de la nación. ¿Será que las necesidades del mercado son las mismas que las de la nación? Desde nuestro punto de vista no es así, por lo tanto la nueva ley no se corresponde con la misión de la universidad y además atenta en gran medida con la autonomía universitaria pues al ser el sector privado quien invierta en la educación, será éste quien defina que se debe enseñar, cómo se debe enseñar y bajo que premisas debe estar la educación superior en Colombia.
Ahora miremos la nueva ley de educación superior más a fondo.
Para hacer esto, es necesario que demos una discusión desde lo académico y desde lo político pues la nueva ley tiene implicaciones en ambos.
En lo académico: se plantea que para que una universidad sea considerada como tal, debe cumplir con unos requerimientos, que en la actualidad muchas de las universidades colombianas no cumplen y que por lo tanto perderían su condición de universidades y pasarían a ser instituciones de educación superior (IES), llevando a las universidades a la estandarización; la obligatoriedad en la presentación de los exámenes saber Pro (antes ECAES), que orientan una serie de competencias que debe tener el estudiante para poder graduarse, estas competencias están marcadas principalmente por las necesidades del mercado y no por las necesidades de la nación, se pierde la figura del consejo académico como máximo órgano de dirección académica dentro de las universidades
En lo político: se consolida la entrega de la democracia universitaria a los integrantes del consejo superior universitario (CSU), además que se le da mayor control político a los gobernantes regionales en cabeza de los gobernadores quienes presidirán los consejos superiores; se abre paso al capital financiero y al capital privado para que sean estos quienes financien la educación, quitándose el Estado esta obligación y convirtiéndose en un simple veedor u órgano de control; las universidades con ánimo de lucro cambian por completo la esencia de la universidad
Una de las bases argumentativas del ministerio para plantear las universidades con ánimo de lucro es tomar como base el modelo chileno y el modelo brasilero de universidades con ánimo de lucro, unas universidades que en lo único que aportan es en llenar indicadores alrededor de la tasa de cobertura, pues en términos de la calidad, la investigación e incluso la pertinencia no impactan mucho, pues es un modelo diseñado para obtener ganancias, no para generar conocimiento ni desarrollo para la nación. Un sistema de educación de mala calidad que como tal va a generar inequidad en la sociedad pues sus estudiantes no tienen las mismas oportunidades de insertarse al trabajo, generando inequidad entre los estudiantes de universidades de calidad y los de universidades regulares de baja calidad (estratificación de las universidades) además, es de recordar que mientras en Brasil se hizo una apuesta por las universidades con ánimo de lucro, también se fortaleció la educación pública con financiación estatal, gracias a esto hoy la universidad de Sao Pablo es una de las principales universidades en Latinoamérica y tiene financiamiento estatal en su totalidad, no solo para la formación en pregrado sino también para la formación en posgrado,
Además de esto, debemos de analizar frente a quienes estamos sentando nuestras voces de protesta. Una ministra de educación que fue quien planteo y dio pie para que se creara el modelo de universidad empresarial, que plantea que ojala el sector privado invierta en las universidades y obtenga muchas ganancias como si este fuera el fin de las universidades, un enfoque empresarial para que se ahonde en la mercantilización de la educación como un servicio rentable y no como un derecho del pueblo.
Un viceministro que durante el periodo anterior fue riguroso en mantener las políticas de mercantilización, que se encargaba directamente de asistir a las reuniones de los consejos superiores de las universidades para imponer rectores que estuvieran de acuerdo con sus políticas, que ha sido uno de los principales gestores del modelo de universidad que hoy nos quieren imponer.
Una administración que ha sido modelo en las políticas emanadas del ministerio, que ha impuesto la bota militar antes que la discusión y el debate y que hasta el momento no ha sido clara frente a la propuesta de nueva ley de educación superior.
Por estas razones, ratificamos nuestro rechazo como estudiantes a la nueva ley de educación superior y advertimos que como estudiantes estamos desarrollando una propuesta alternativa de universidad, donde en realidad se tenga en cuenta a la comunidad universitaria y estamos planteando la movilización y la educación como principales formas de lucha, que para el próximo semestre se preparen por que se está gestando el paro nacional universitario en contra de la propuesta de ley y el plan nacional de desarrollo.
Como estudiantes no creemos que la forma de validación del proyecto sea a través de foros, los cuales son precipitados y no permiten el debate propio entre los estamentos para tener argumentos de peso de porqué rechazar o validar la propuesta de reforma. Por lo tanto, hoy a la mesa donde hacen presencia la ministra, el viceministro y la administración les sacamos tarjeta roja por el juego sucio que están realizando para imponer este modelo de universidad que va en contra de la esencia de la universidad y avanza en el proceso de mercantilización atacando los aspectos de la autonomía universitaria.
Julián Andrés Herrera Valencia
Representante de los estudiantes ante el consejo Académico
Universidad Tecnológica de Pereira