El 8 de marzo de 2011 se conmemoró el Día Internacional de la Mujer en la UTP, con una jornada que incluyó actividades organizadas conjuntamente con la Alianza por los derechos de las Mujeres, la Ruta Pacifica de Mujeres, un Grupo de estudiantes de la Facultad de Ciencias Ambientales, el Centro de Estudios de Género, el Grupo Jóvenes por la Promoción de los Derechos Sexuales y Reproductivos y la Violencia Sexual y la Vicerrectoría de Responsabilidad Social y Bienestar Universitario.



Las actividades en esta conmemoración incluyeron un foro en la mañana, cultural y arte en la tarde con el evento "Mujeres a la Carta"; y en la noche "Jóvenes por los Derechos" con la exposición de la obra "quien paga los platos rotos" de la artista egresada de la UTP, Yorlady Ruiz. Además de otras actividades culturales en el corredor administrativo, durante todo el día.

El Grupo Centro de Estudios de Genero comparte con la comunidad universitaria este mensaje a propósito de esta conmemoración:

“La discriminación a las mujeres es tan antigua como el origen de las clases sociales, a pesar de lo cual siempre ha habido mujeres ligadas a los procesos sociales que han buscado un mundo más justo. Las encontramos participando en la Revolución Francesa trascendiendo de los derechos de los hombres y los ciudadanos, hasta los derechos de Las mujeres y las ciudadanas, jugando papel activo en las gestas libertarias de las guerras de independencia, en la lucha contra el esclavismo entre otras empresas. Sus reivindicaciones como mujeres fueron muchas veces ignoradas. Es en el contexto de las movilizaciones de obreros y trabajadores a finales del siglo XIX y principios del siglo XX, cuando la mujer se incorporó al trabajo en las fábricas y se sumó a las jornadas de lucha por condiciones dignas de vida y de trabajo, donde se dieron las jornadas que dieron origen al 8 de marzo como día internacional de la mujer.

Esta conmemoración fue propuesta hace 100 años con ocasión de la Segunda Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas, y sus orígenes están ligados con jornadas históricas en que mujeres en diferentes partes del mundo se organizaron y movilizaron por sus derechos, inicialmente como obreras y trabajadoras por la jornada de 8 horas de trabajo, por mejores condiciones laborales, y luego incorporando otras reivindicaciones como el derecho al voto.

El 8 de marzo es ocasión para recordar a estas mujeres que contribuyeron a visibilizar los derechos de las mujeres, a que se lograran las jornadas de las ocho horas de trabajo, y se avanzara en los en los derechos de las mujeres y en general de los trabajadores. Sin embargo también es ocasión para plantearnos que la organización y la movilización por los derechos de las mujeres y del pueblo trabajador tienen vigencia. No solo han surgido otras reivindicaciones para las mujeres, sino que se hace necesario defender los derechos amenazados por la flexibilización laboral, que busca generar mayor riqueza a costa de la inestabilidad laboral, la falta de garantías y de calidad de vida para el pueblo trabajador. Así mismo nos recuerda que aún falta mucho para lograr una verdadera igualdad y que los derechos de las mujeres se ven amenazados por los salarios desiguales, por la carestía, por la violencia sexual como arma de guerra, por los estereotipos de género promocionados por la publicidad y que utilizan a las mujeres como mercancía, por la reproducción de comportamientos machistas en los diferentes ámbitos sociales y familiares.

En la vida cotidiana de las mujeres trabajadoras, docentes y estudiantes en nuestra universidad, persisten inequidades, la doble o triple jornada de trabajo como trabajadoras, "amas de casa" y esposas, es lo común para muchas mujeres. Todavía se escuchan frases como que esta carrera o este oficio no es para mujeres, las mujeres tienen menos capacidades intelectuales que los hombres, y se viven situaciones de abuso y acoso, en los ámbitos familiar, laboral y en los contextos académicos.

Se ha avanzado a nivel general, las mujeres incursionamos en muchos campos académicos y laborales, contamos con leyes y normas que consagran los derechos, el derecho a una vida libre de violencias y a no ser discriminadas. Pero persisten barreras incluso desde nosotras mismas. Sea esta una ocasión para invitar a la comunidad universitaria para que sumemos esfuerzos para tumbar estas barreras a veces invisibles que dificultan que avancemos mujeres y hombres en la construcción de un mundo mejor, de un mundo donde mujeres y hombres disfrutemos de los mismos derechos, de un mundo que tenga condiciones de vida dignas, un mundo justo.”


Sonia Valencia Yepes
Grupo Centro de Estudios de Género
Universidad Tecnológica de Pereira