Carta dejada por el recientemente fallecido profesor Luis Fernando Jaramillo.



Para aquellos que quise y aquellos que me quisieron

Cuando yo me vaya, suéltenme, déjenme ir, tengo muchas cosas por ver y hacer. No se aten a mí con lágrimas. Demos gracias a Dios por nuestros maravillosos años.

Yo les di mi cariño. Ustedes no se imaginan cuánta alegría me dieron. Yo les agradezco a cada uno el cariño que me brindaron, pero llegó el momento de partir solo.

Lloren por mí un momento, si están afligidos… después dejen que su pesar sea reemplazado por la confianza. Nos vamos temporalmente. Bendigan los recuerdos en sus corazones.

Yo no estaré lejos, la vida continúa: así que si me necesitan, llámenme y yo vendré aunque ustedes no puedan verme ni tocarme, yo estaré cerca. Y si escuchan en su corazón, sentirán que todo mi cariño les rodea.

Y después cuando ustedes tengan que viajar solos por este camino, yo les recibiré con una sonrisa y les diré: “Bienvenidos a casa”.

Gracias por los momentos en familia, el amor, la sinceridad y regocijo.

Que la vida de ustedes siga siendo bella como las flores de primavera y mi muerte como las hojas del otoño.

Yo les amé, y ustedes me llevarán en los recuerdos y en el corazón…