En un ambiente cálido y alegre, el pasado viernes 27 de Agosto en el Auditorio Jorge Roa, se realizó un masivo encuentro alrededor del tema de la diversidad sexual y los derechos sexuales y reproductivos, donde las personas invitadas compartieron con los y las asistentes opiniones, vivencias y expresiones artísticas.



La jornada organizada en el contexto del dia nacional de lucha contra la homofobia, forma parte de una serie de encuentros que a nivel nacional se están realizando por diferentes organizaciones lideradas por La Colectiva de la Alianza Colombiana por los Derechos Sexuales y los Derechos Reproductivos, en Pereira contó con la participación de la Alianza por los derechos de las mujeres de Risaralda, CORAID, Casa de la Mujer y la Familia Estela Brand, y la Universidad Tecnológica de Pereira con el semillero de investigación Familia, Educación y Escuela, la Escuela de Etnoeducación y Desarrollo Comunitario, el Centro de Estudios de Genero y la Vicerrectoría de Responsabilidad Social y Bienestar Universitario.

Se anexa artículo de la Tarde en referencia con el evento.

Centro de Estudios de Genero y Vicerrectoría Responsaibilidad Social y Bienestar Universitario

Una cita para el “Sexo con café”*
Edison Marulanda Peña

Había una fila numerosa de jóvenes y adultos –en honor a la verdad, los primeros eran mayoría absoluta– en la parte externa del auditorio Jorge Roa Martínez de la U.T.P. el viernes 27 de agosto. Cuando se aproximaban las 4:00 de la tarde, horario de “Sexo con café” (que no es una nueva asignatura de un currículo). Se registraban los datos básicos en un formato sencillo; gracias a la sensatez y la discreción a nadie se le ocurría preguntar “oiga, cuál es su identidad de género y su orientación sexual”, pues no se trataba de recoger una muestra para una investigación cuantitativa, porque ahí sí el cuestionario tendría que haber incluido la pregunta: ¿Qué tan buenos amantes son los y las académicas?

El recinto adornado con racimos de bombas gigantes y cintas de colores vistosos, tenía un escenario que exhibía una cama provocadora, rodeada por cojines y sillas de diseño confortable. Los conversadores venían a compartir otros saberes y a ratificar con sus libres opiniones que en una universidad pública el sexo no es tabú. Se trataba de personas con diferencias y preferencias sexuales disímiles, que hacían explícitas desde su vestuario, cosmética personal y acentos. La dosis de lúdica la agregaban dos dados enormes que se lanzaban entre el público y volaban sobre las cabezas –nadie perdió la cabeza– por un lapso de 3 minutos, con música electrónica de fondo, hasta que la moderadora, la feminista Liliana Andrea Salamanca, daba la señal de parar y el número por donde quedaba el dado sería el de la pregunta, según un cuestionario. Algunas tenían su picante.

Como dijo el Administrador del medio ambiente Giovanni Cano, uno de los panelistas, cuando se formuló la pregunta “¿la homosexualidad nace o se hace?” Ésta no deja de llevar una velada intención moral y una implícita discriminación, y agregaba: “por qué la pregunta nunca se le hace a un heterosexual, si nace o se hace?”.

Hay que subrayar tanto la pertinencia como la originalidad del conversatorio y felicitar a sus organizadoras: “La Colectiva Pereira”, Alianza Colombiana por los Derechos Sexulaes y los Derechos Reproductivos, Alianza por los Derechos de las Mujeres Risaralda, con el apoyo de CORDAID y el Área de Constitución del Departamento de Humanidades de la U.T.P.

Llama la atención que se discutió si era suficientemente incluyente la sigla de la comunidad LGBT o si debía incluirse la I de Intersexual, como nueva condición, y hasta la H de heterosexual. Este punto… I-H, motivó la participación de la gente. Tanto como en la pregunta ¿Cómo fue su primera vez?

Las convocantes lograron que un tema reservado a la esfera privada se ventilara en un acto público, mostrando cómo se va reconfigurando ésta dimensión reservada antaño a otros problemas y debates. Se compartieron opiniones, saberes y lenguajes, más que teorías sobre la húmeda materia escogida por las anfitrionas. Fue un “acto erótico”, en el auténtico significado del término, donde prevaleció el reconocimiento de la diversidad sexual.

*Columna para La Tarde, 29 de agosto de 2010.