La Corriente Progresista de Intelectuales - Eje Cafetero invita hoy 6 de julio de 2010 a las 6:30 p.m. en el auditorio ubicado en la Facultad de Ciencias de la Salud, al panel Las guerras de independencia: de las garras del colonialismo al neocolonialismo.
Ahora que nos acercamos a la celebración oficial del bicentenario de “nuestra independencia”, se hace más urgente releer el pasado de una manera crítica, apoyándonos para eso en aquellos hechos y personajes que la historia escrita oficial se ha empeñado en ocultar, tergiversar y desconocer.
Hoy resulta necesario recordar que la historia se hace sobre todo con el sufrimiento, la sangre, el dolor y la vida del pueblo; un pueblo que ha sido traicionado una y otra vez porque lo que ha defendido con su vida no ha sido su liberación como se le ha prometido, sino el reforzamiento de un estado de privilegios para aquellos que han detentado el poder. El presente ha demostrado que las numerosas vidas ofrendadas por el pueblo no han servido más que para perpetuar su mísera condición.
Así, con el propósito de develar la historia real, la no contada, los estamos invitando al quinto panel de Crítica Histórica, en el cual nos estarán acompañando los conferencistas Américo Portocarrero, Director del Departamento de Humanidades de la Universidad del Área Andina, y Gilberto Loaiza, profesor de la Universidad del Valle.
Finalmente, queremos dejarlos con un extracto de la reflexión que hiciera Gabriel García Márquez en julio de 1994, Por un país al alcance de los niños, en un intento por rastrear las huellas del pasado para comprender nuestro presente:
“Somos conscientes de nuestros males, pero nos hemos desgastado luchando contra los síntomas mientras las causas se eternizan. Nos han escrito y oficializado una versión complaciente de la historia, hecha más para esconder que para clarificar, en la cual se perpetúan vicios originales, se ganan batallas que nunca se dieron y se sacralizan glorias que nunca merecimos. Pues nos complacemos en el ensueño de que la historia no se parezca a la Colombia en que vivimos, sino que Colombia termine por parecerse a su historia escrita”.