Información enviada por el profesor de la Escuela de Tecnología Mecánica, Carlos Romero, a la comunidad universitaria.



Desde Aristóteles hasta Einstein ha habido menos científicos en total que los que hoy viven y publican papers, y sin embargo en los últimos cuarenta años ninguna ciencia, salvo la Biología, ha producido ideas, teorías o descubrimientos geniales corno los que asociamos a los nombres de Darwin, Einstein, Schrodinger, Cantor, Marx, Weber e incluso Freud. Los grandes adelantos han sido técnicos, impublicables en revistas de 'ciencia pura': computadores, bomba atómica, satélites, propaganda comercial.

No está claro que el actual diluvio de papers ayude mucho al progreso de la ciencia, y por lo tanto no es válido en general el argumento de los que se niegan a "perder tiempo" enseñando porque dicen que sus investigaciones son más importantes. Eso puede ser cierto en un caso cada mil, no más.

El cientificismo es la actitud del que, por progresar en esta carrera científica, olvida sus deberes sociales hacía su país y hacia los que saben menos que él.

Pero este peligro no lo vimos al principio, y seguimos preocupados exclusivamente con el otro, el de los fósiles, incapaces siquiera de ser cientificistas. Así, otra medida de seguridad que tomamos fue la de incluir científicos extranjeros en los jurados. Todavía no me explico cómo pudimos cometer semejante error, y ojalá no se repita aquí.


En archivo adjunto encontrará el texto: Facultad de Ciencias en un país sudamericano, del profesor Oscar Varsavsky, enviado por el profesor Carlos Romero.