El 26 de marzo de 2010 en el Teatro Municipal Santiago Londoño Londoño en horas de la mañana, 289 estudiantes de diferentes programas de pregrado y posgrado ofrecidos por la Universidad Tecnológica de Pereira recibieron el diploma que los certifica como profesionales tecnológicos.



Esta ceremonia estuvo presidida por el Rector de la Universidad Tecnológica de Pereira, Luis Enrique Arango Jiménez; el Secretario General, Carlos Alfonso Zuluaga; el Vicerrector de Investigaciones, Innovación y Extensión, Samuel Ospina; y el director del Centro de Registro y Control, Diego Osorio Jaramillo. De igual manera estuvieron presentes las directivas académicas de la UTP.

Como es habitual el rector dio un discurso a los nuevos egresados. Inició disculpándose por la incomodidad del teatro que no era el adecuado para recibir tanta gente, lo cual muestra que la Universidad ha crecido y que la ciudad se está quedando sin escenarios para este tipo de ceremonias tan importantes para la ciudad. La Universidad ha pasado de tener 4.000 estudiantes, en la década pasada, a aproximadamente 14.000, lo cual ha significado un gran sacrificio para la institución, pero pese a ello la institución ha avanzado en la composición social de la matrícula porque más del 50% son estudiantes de estrato 1 y 2, y más del 85% de estrato 1, 2 y 3. Además se ha dado oportunidad a que estudiantes de municipios lejanos del departamento lleguen a la Universidad, para que tengan mayores posibilidades en el ámbito laboral.

Manifestó que en la actualidad a las universidades les están exigiendo más que anteriormente y no es solamente entregar diplomas, sino que deben hacer parte de la transformación y ejercer un influjo en la sociedad.

Les contó a los nuevos egresados y a sus familiares sobre el Plan de Desarrollo Institucional el cual logró unos redireccionamientos en una universidad transformadora que apoye al movimiento de la sociedad en términos de bienestar, razón por la cual concibe el concepto de responsabilidad social. La universidad debe abrirse hacia la sociedad, por lo que está buscando que sus egresados asuman responsabilidades y compromisos con y para la sociedad.

Aprovechó este discurso para recordar a los graduandos que deben tener presente el apoyo que les ha brindado sus familiares, especialmente sus padres y madres, dando fe de que seguramente ellos se sentían más felices y orgullosos por este nuevo logro que los reunía en esta ceremonia. Les recomendó ser agradecidos y leales en la vida y que en su formación profesional debían continuar preparándose, estudiando un segundo idioma y profundizar en los conocimientos. La Universidad Tecnológica de Pereira, en el imaginario social colombiano, está posicionada como una de las mejores, una de las razones es porque está ofreciendo diversos posgrados con el fin de que los tecnológicos y la sociedad en general puedan especializarse en temas específicos.

Les recordó además que como tecnológicos tienen la responsabilidad de dejar en alto el nombre de la institución.

Finalizó su discurso felicitando a los nuevos profesionales y afirmando que para la Universidad es un placer cada vez que hay una ceremonia de estas, mencionando que anualmente se están entregando 1.200 títulos.

En esta ceremonia 107 estudiantes fueron reconocidos como estudiantes distinguidos por su promedio superior o igual a 4.0; y 13 estudiantes obtuvieron la beca Jorge Roa Martínez, por su promedio superior a 4.5, los estudiantes fueron: Daniela Gómez Ríos, Juan Fernando Campo Franco, Jorge Luis Torres Montoya, Andrés Gaviria Mendoza, Carlos David Zuluaga Ríos, Luis Miguel Duque Correa, Andrés Felipe García Osorio, Alejandra Zuluaga Candamil, Paola Andrea Garzón Castaño, Oscar Eduardo Ocampo Ortiz, Andrés Arias Londoño, Julián Andrés Muñoz Ramírez y Rosa Carolina Navarro Peláez.

En esta ceremonia se realizó un grado póstumo al estudiante de la Licenciatura en Matemáticas y Física, José Julián Ríos Giraldo, quien falleció recientemente y estaba culminando su proyecto de grado para obtener su título.

Es de anotar que en esta ceremonia hubo un intérprete para que los no oyentes presentes tuvieran la oportunidad de conocer lo que se decía en esta actividad.