El panorama de las universidades públicas es sombrío: la del Cauca debió cancelar programas académicos, la de Pamplona se acogerá a la Ley 550 de intervención económica, la de Caldas está en reestructuración, la del Atlántico, que estuvo a punto de cerrar, está en proceso de recuperación, y la Nacional, la más grande del país, está al límite de su capacidad funcional, según ha revelado el rector Moisés Wasserman.
"Si las cosas siguen así, en 2011 la universidad será inviable y empezarían a cerrarse programas", asegura la vicerrectora Beatriz Sánchez:
Por lo pronto, la Nacional ha reducido su programa de becas de posgrado a la mitad -de 500 a 250-, suspendió varios proyectos de investigación y no ha podido cumplir con el cronograma previsto para la apertura de sedes en Riohacha y Tumaco. Además, tiene dificultades con la modernización de la plataforma tecnológica, los edificios en Bogotá no tienen estructura antisísmica y ha tenido que restringir sus actividades al mínimo indispensable.
Ante esta difícil situación, los rectores de las 30 universidades públicas han aprovechado que está en discusión el presupuesto general de la Nación, para gestionar ante el Gobierno y el Congreso un aumento de los aportes que han permanecido estables desde 1992 -3 por ciento del presupuesto para Educación con base en el IPC-, y que es lo que explica el déficit de medio billón de pesos que registran esos centros educativos.
Una serie de leyes expedidas en los últimos 17 años que han llevado a la disminución de los recursos de inversión y al aumento de los gastos de funcionamiento, han puesto a muchas universidades contra la pared. La situación es tan grave, que algunas enfrentan ya una situación insostenible que incluso podría llevarlas a cerrar sus puertas. Según un estudio de las universidades Nacional, Antioquia, Valle, Caldas, Cauca, Tecnológica de Pereira, en 2010 todas van a estar en estado crítico. Para resolver la crisis, sostienen los representantes de las universidades, habría que subir del 3 al 9 por ciento el presupuesto destinado a las universidades, lo cual significa 160.000 millones de pesos. La cifra, sin embargo, no alcanza para compensar el déficit acumulado hasta la fecha: medio billón de pesos.
El presidente Uribe y sus ministros de Hacienda y Educación prometieron incluir en el presupuesto del año entrante una partida importante para las universidades, pero los rectores son pesimistas. Creen, por ejemplo, que una mayor proporción de los 50.000 millones en créditos del Icetex que anunció hace unos días el ministro de Hacienda Óscar Iván Zuluaga, terminarán en manos de estudiantes de universidades privadas.
Las organizaciones de estudiantes y de profesores están en alerta máxima, y advirtieron que saldrán a las calles a protestar si el Gobierno no hace algo para salvar las universidades públicas y empiezan a cerrar programas y a disminuir cupos y becas.
Tomado de: http://www.cambio.com.co/paiscambio/848/ARTICULO-WEB-NOTA_INTERIOR_CAMBIO-6245634.html