Con profundo pesar registramos la desaparición trágica el día viernes 9 de abril, en un absurdo accidente de tránsito, del estudiante Marco Adrián Sánchez Henao, quien cursaba décimo semestre del Programa de Ingeniería Eléctrica.
Marco Adrián fue ejemplo viviente para sus compañeros y en general para la comunidad académica, de lo que es un líder estudiantil universitario y en el caso particular de una universidad pública, pues entendía con claridad la importancia de la calidad académica en los procesos de formación soportados en la dinámica de los grupos de investigación y para velar por este principio fue elegido en el Comité Curricular del Programa, al cual pertenecía hasta el momento de su desaparición. Otra de las actividades que coordinaba era el funcionamiento del Centro de Documentación de Estudiantes – CEDOC, donde era garante que los monitores que apoyan el buen funcionamiento del Centro fueran personas responsables con sus deberes académicos y a la vez requirieran de ello como apoyo a su condición económica.
Marco Adrián era amigo de la dialéctica, de los consensos, de la construcción colectiva, lo que le mereció el reconocimiento de sus compañeros estudiantes, docentes y administrativos, pues entendían que sus planteamientos y recomendaciones estaban libres de la impulsividad o manejo ligero de las situaciones.
Se podrían escribir muchas líneas más sobre las características y virtudes de este líder estudiantil, pero una nota como esta no lo permite, por lo tanto, debemos dejar constancia histórica que nos abandona un destacado actor de la vida universitaria, extendiendo nuestro sentimiento de dolor y solidaridad a su distinguida familia, y expresándoles que Marco Adrián siempre estará presente en nuestras mentes como ejemplo de responsabilidad, entereza y entrega a nobles ideales.
Ing. Alberto Ocampo Valencia
Director
Programa de Ingeniería Eléctrica