Artículo enviado por Germán Toro Zuluaga a la comunidad universitaria.



Con el atrevido uso del desnudo y las rosas como símbolo, quedó evidenciada la gran creatividad del grupo de estudiantes que a nombre de una discutida representación de la comunidad universitaria, han intentado con una chispa, encender la pradera de la Universidad Tecnológica de Pereira. Es un síntoma saludable, descubrimos que los liderazgos juveniles que intentan imponerse en la UTP pueden tener otras propuestas que se apartan de las clásicas asambleas, pedreas y mítines al ritmo de las papas bombas y las capuchas. Son posibles otras formas de expresión de la protesta y eso puede ser ya un buen principio. O un buen final para poder volver a comenzar.

Lo que no encaja en ningún orden lógico es que la creatividad surja como una especie de acto de contrición, después de haber abortado, con actos vandálicos contra los bienes públicos y agresiones a los funcionarios, el trámite de unas peticiones que aunque puedan ser discutibles, están en todo su derecho de presentar, dialogar y eventualmente concertar. Así las cosas, el acto corrió el riesgo de convertirse en un destape para tapar la embarrada de las semanas precedentes.

Sin duda el método del desnudo y las rosas, es preferible a la intimidación y las papas, como estrategia para sumar adeptos a la causa del pliego que se levanta. Pero los dos, están lejos de aportar solidez a la movilización social que se pregona. El primero, que en este caso se utilizó de último, se apoya en la estrategia del espectáculo amarillista; y el segundo, que fue el primero en ser utilizado, se fundamenta en el miedo y la violencia.

Algo de este debate se encuentra en el blog (www.asambleautp.bolgspot.com), espacio virtual de debate promovido por los dirigentes de las asambleas del galpón. Y he aquí otra paradoja, la asamblea del Galpón, a la que se le atribuye la mayor autoridad y el máximo poder, en la que pudiera ser posible el dialogo cara a cara, no ha podido construirse como espacio democrático, en donde puedan encontrarse los distintos, debatir los divergentes y encontrar consensos incluyentes, que le den legitimidad a las representaciones. Mientras el sitio del encuentro físico no da las garantías para la divergencia y por tanto se erige como el espacio de la antidemocracia, el sitio web da la confianza para la libre expresión y se parece más al ideal de plaza pública que reivindica la democracia.

Todo lo que hay detrás de este telón es la crisis del movimiento social universitario. Organizaciones con precariedad participativa, nuevas realidades con viejas consignas, representaciones que no representan; métodos de lucha propios de ejércitos irregulares trasladados peligrosamente al campus de las ideas y el conocimiento; una idea de democracia universitaria reducida a competencia de electoreros; una vida universitaria sin escenarios de deliberación y por tanto, con precarias posibilidades de alentar diálogos productivos, llegar a consensos y propiciar representaciones que representen. Unos escenarios que institucionalicen la civilidad como recurso legítimo y eficaz para tramitar los conflictos en la universidad.

De todo esto se desata una sin salida. La asamblea que pide diálogo y nombra una comisión para que la represente, como condición para permitir normalidad, es la misma que rechaza un acuerdo y desautoriza a sus voceros. Para donde vamos?. Y mientras tanto, el embrujo autoritario llega a la fiscalía y se ordena una inspección a las bases de datos de las universidades en busca de terroristas infiltrados. Roguemos a todas las fuerzas poderosas, las divinas y las humanas, para que esto no vaya a ser el principio de nuevos falsos positivos.

Germán Toro Zuluaga
german.toro@almamater.edu.co