Comunicado enviado por el Dr. Hernán Villegas Pinto, Representante de los gremios ante el Consejo Superior Universitario.



La Universidad no es el Campo de Batalla… Es la Mesa de Negociación

Ante los grandes disturbios que estamos viendo en las universidades públicas de Colombia: La Nacional de Bogotá, la Universidad de Antioquia en Medellín y la tecnológica de Pereira, queremos invitar a una reflexión profunda a toda la sociedad y en especial a la comunidad universitaria. Nadie oculta que en Colombia existen condiciones sociales inequitativas que generan gran sufrimiento a un sector de la población. Hambre, pocas oportunidades de trabajo, dificultad de unos para alcanzar un nivel aceptable de educación y salud. No se puede ocultar el conflicto armado que pudo obedecer a una grave exclusión social y a la limitación de sectores para llegar al poder político pero que ha derivado en una mezcla de delincuencia y narcotráfico. Colombia es un crisol de razas que aun riega sangre por doquier producto de este doloroso parto iniciado con la invasión española y la esclavitud de los africanos.

Somos una especie en evolución y desafortunadamente todavía la guerra y la violencia son elementos de la construcción política de las naciones. Así es y así será por algún tiempo. Debemos partir de esta incomoda premisa para avanzar a nuevos estadios de civilización.

El papel que juega la universidad, especialmente la pública, en la sociedad es fundamental para revisar sus estructuras éticas, para estudiar el conflicto y para proponer soluciones. Esto lo hace concomitantemente con la educación de generaciones de jóvenes casi todos de escasos recursos que tienen aquí la gran oportunidad de constituirse en poderosos agentes de cambio. Es pues la universidad la matriz que fecunda el futuro de la nación. No puede convertirse en el campo de batalla de nuestro conflicto… Es en cambio la mesa de negociación. Allí pueden sentarse juntos miembros de la ultraderecha y de la ultraizquierda a reflexionar concienzudamente en la búsqueda de nuevos esquemas políticos y sociales que le den armonía a la nación.

Como estudiante de filosofía política trabajo en la solución. Le hemos hecho culto a la pluralidad. Hemos estudiado el pensamiento de Marx, el de Cristo el de Smith, el de Mao y muchos otros filósofos. Somos estudiantes heterogéneos y algunos fundamentalistas pero todos convencidos de que la dialéctica por intricada que sea nos lleva a la síntesis de una sociedad equitativa y en paz.

No dudo que la universidad también recoge el atraso y los vicios de la sociedad colombiana y en esa medida también somos responsables por su modernización, democratización y financiación. No obstante la universidad que tenemos ha demostrado gran capacidad de cambio. He visto como sus mejores críticos, estudiantes rasos inteligentes y estudiosos, llegan a sus rectorías. Eso es prueba de su potencialidad y democracia.

Sea cual sea nuestro evangelio, nuestra cosmovisión o nuestra utopía, debe quedarnos claro a estas alturas de la civilización de que "El fin no justifica los medios", es más: "Los medios son el fin". Muchos piensan que el progreso tecnológico es el fin… No, el fin es el progreso moral, el intelectual, el espiritual, ese que se traduce en solidaridad, en fraternidad, en dialogo, en construcción no violenta de nuevos esquemas de vida que le den al hombre la oportunidad de fluir, crear y gozar, ese es el verdadero sentido de nuestra existencia. Para llegar a esto debemos superar una gran muralla de resentimientos. La guerra los ha dejado por igual en ricos y pobres, en secuestradores y secuestrados. Es una catarsis aristotélica que solo un gran dialogo puede terminar. Un dialogo que incluya perdón y cambio.

Por favor estudiantes y profesores, no claudiquemos en la construcción de una sociedad nueva más justa y equitativa: hagamos todo el debate necesario, bienvenido el análisis y la crítica, pero jamás destruyamos el recinto sagrado que nos brinda la universidad. Esta es zona neutral, plataforma de solución… mesa de negociación.

Este es pues un llamado vehemente para transformar las estructuras de la sociedad con métodos pacíficos, racionales y con toda la generosidad que implica una visión solidaria, integracionista y pluralista de la especie humana.


Hernán Villegas Pinto
Representante de los gremios ante el Consejo Superior