Comunicado enviado por el grupo de monitores coordinadores de los proyectos del Programa Cultura Ciudadana y Convivencia Social de la Universidad Tecnológica de Pereira, a la comunidad universitaria.



En vista de los hechos acontecidos en los últimos días en la Universidad, el Grupo de Monitores Coordinadores de los Proyectos del Programa de Cultura Ciudadana considera conveniente hacer un pronunciamiento público sobre la situación y señalar algunos aspectos que pueden contribuir a encontrar una mediación al conflicto.

Motiva nuestro pronunciamiento algunas preguntas, entre ellas ¿Cómo hacer de la Universidad un escenario que posibilite la participación democrática de los diferentes actores sociales? ¿Qué herramientas han de ser necesarias para el fortalecimiento de la democracia dentro de la Universidad? ¿Es la Universidad, como institución educativa, coparticipe en la formación de principios y valores para la democracia y, de ser así, no es este el primer escenario donde deberían ponerse en práctica? Y finalmente, ¿Pensamos la democracia como un conjunto de procedimientos o como práctica que posibilita acciones colectivas o individuales? Creemos que la búsqueda conjunta de respuesta a estas preguntas puede ser un estímulo para encontrar una solución al actual conflicto entre el Movimiento Estudiantil y la Administración de nuestra Universidad. Desde una perspectiva democrática, el conflicto no debe ser visto más que como dinamizador de los procesos sociales y parte vital en equilibrar la lucha de poderes que se da dentro de todo orden social, de ahí que nuestro primer llamado sea a no negar la existencia de un conflicto ni eliminar ninguno de los actores que de él hagan parte.

Queremos destacar que en el desarrollo de la actual situación no todas las actitudes son reprochables. No se pueden negar los logros organizativos de los estudiantes al haber unificado sus peticiones en el pliego, documento que demuestra cómo los estudiantes están pensando la Universidad, como tampoco se puede desconocer su capacidad de autocrítica al pronunciarse por algunos de los acontecimientos dados en las manifestaciones y que han sido denominados como hechos vandálicos, lo que demuestra que en periodos de confrontación no todas las acciones están racionalmente calculadas y es necesario asumir responsabilidades directas. Por su parte la administración dejó notar en algunos de sus comunicados el mismo interés por negociar el conflicto y buscar salidas democráticas, de ahí la intensión de tener un acercamiento con los estudiantes, lo que daría lugar a pensar la existencia de mesas de diálogo e intercambio de ideas.

Sin embargo los excesos de parte y parte han entorpecido el proceso y han perjudicado a terceros, de un lado los enunciados daños a la instalación física de la Universidad y la agresión a algunos funcionarios administrativos, de otro el perjuicio que se ha causado a profesores y monitores al congelar sus contratos y monitorias sin causa justificada, también se ha presentado la tendencia de ambas partes a señalamientos individualizados, por ejemplo, la rectoría señala a líderes estudiantiles que solo han participado de manera legítima en la protesta y los estudiantes han emprendido arengas contra la rectoría, señalamientos que de ambas partes no posibilitan un diálogo constructivo. Del mismo modo los contenidos de sus comunicados parecen solo estar en la intención de hallar un directo responsable de los hechos, de identificar buenos o malos, queremos recordar que en un sistema democrático no se trata de señalar buenos o malos, por el contrario, se desea dar cuenta y poner en diálogo las divergencias, las tensiones y la diversidad de opiniones. Les pedimos el uso de un lenguaje mesurado, no olvidemos que en un país como el nuestro las palabras han sido gestoras de largos conflictos, es decir, las palabras y la guerra no han tenido muy claras sus fronteras.

Para finalizar, hacemos un llamado a la cordura, la mesura, la responsabilidad social, la autocrítica continua de las partes y a que se restablezca un diálogo concertado, para el cual nos atrevemos a recomendar que el H. Concejo Superior Universitario delegue dos de sus miembros a la mesa de trabajo mixta que propone el rector en uno de los apartes de la respuesta que emitió el 15 de octubre al primer punto del pliego, para que esta mesa se encargue de estudiar y discutir todos los puntos que se han remitido como competencia del CSU. Recordamos a las partes que no es sobre la eliminación del opositor que se edifica una sociedad democrática y es urgente aprender a tramitar nuestros conflictos. Y por último, no olvidemos que la sola existencia de un sistema de normas y procedimientos por sí solo no da respuesta a nuestros conflictos. La defensa de la Universidad Pública es y debe seguir siendo responsabilidad de todos y este también es un llamado para quienes no hemos participado del debate.