Una camiseta blanca que simbolizó el alma pacífica y unas flores que representaron la libertad de su espíritu, quedaron plasmados en el retrato de nuestro Lucas que vivirá por siempre

Y es que Lucas Villa se ha vuelto un símbolo de la lucha social en Colombia. En decenas de ciudades su imagen plasmada en grafitis, murales, camisetas, banderas y todo tipo de elemento, ha representado a las víctimas civiles del conflicto actual que vive el país.

Pero hay una imagen que caló, entre los estudiantes, entre los familiares de Lucas y entre los ciudadanos, que es la pintura que acompañó su féretro durante los actos de honras fúnebres realizados en la Universidad tecnológica de Pereira, donde lo acompañaron familiares, amigos, estudiantes y todos cuantos empatizaron con su vida y lloraron su muerte.

Esa puntura hecha en acrílico sobre madera, fue hecha por Angélica Johana Correa Osorio, licenciada en artes visuales y estudiante de la Maestría en Estética y Creación de la Facultad de Bellas Artes de la UTP. Una mujer que aunque no conoció a Lucas, logró plasmar su alegría, se sensibilizó con su don de servicio e impregnó de los valores y el amor aprendidos en la universidad ese lienzo.

Hablamos con la artista de su lectura de la realidad y la necesidad de que el país escuche a los jóvenes. 

PERIODISTA: Vamos a empezar la entrevista hablando de los sentimientos, porque la idea es llegar a contarle a quienes nos están leyendo, qué pasa por el corazón de un artista como Angélica, que tiene que pintar una obra de una persona que ha sido víctima de un momento tan duro como este que está viviendo nuestro país. Hablemos del sentimiento, de la emoción, del corazón, para llegar a plasmar esto.

ANGELICA: Es muy difícil, digamos que Lucas ha sido muy importante, se volvió importante de un momento a otro para el país y para los colombianos, se volvió un símbolo, y para mí como ilustradora en algún momento pensé que sería bueno dibujarlo, pero había ya tantas cosas sobre Lucas que lo dejé pasar, aunque me afectó mucho saber lo que le pasó, porque ese día yo estaba cerca, había estado en el centro manifestándome, y pensaba que lo que le pasó a Lucas pudo ser cualquier persona, cualquier amigo mío, cualquier compañero, incluso yo, así que también lo lloré mucho aunque no lo conocía, pero me afectó un montón el hecho de lo que les pasó a estos chicos y a todos los que han sido asesinados. Entonces cuando me dijeron que lo pinte, yo estaba en medio de un evento cultural en el que se estaba haciendo homenaje a las víctimas a través de la paz, el baile y los rituales como forma de protesta, así que cuando me pidieron que pintara a Lucas para hacerle un homenaje con sus familiares, esto me pareció un honor. Y luego en medio del proceso de ir a pintarlo me encontré con varias situaciones en medio del paro: peleas y enfrentamientos, y de alguna forma esa sensación también quedó plasmada en el cuadro.

PERIODISTA: Y en esa medida Angélica, ¿qué llegaste a plasmar en esa pintura? que además se ha vuelto icónica, luego de haber estado en medio del acto en el que se hizo el reconocimiento a Lucas.

ANGÉLICA: Digamos que hubo unas limitaciones pues para ese momento no se quería la misma imagen que había estado circulando en redes de Lucas alzando su mano y gritando con su camiseta azul que era lo más conocido, entonces la idea era hacerlo en otro momento de su vida, así que lo que intenté fue que se notara la paz que él llevaba siempre consigo, que era lo que intentaba transmitir a los demás, según lo que conocimos a partir de los Videos de Lucas. Yo lo único que veía era una persona que buscaba la paz, que buscaba estar tranquilo, que hacía meditación y yoga, buscaba que su cuerpo estuviera sano, entonces lo que plasmé fue eso. Además que en medio de estar pintando escuchaba que disparaban, que había jóvenes en el viaducto corriendo, que los barristas estaban corriendo, que los estaban atacando, por lo que se me hacía algo abrumador y quería dejar registrada una tranquilidad y paz.

PERIODISTA: Para el momento de hacer la pintura, la Universidad obviamente pensó en una persona que hiciera parte de la comunidad universitaria, que, aunque no conocía a Lucas, si conoce el contexto universitario especialmente en la UTP, y por eso quiero que hablemos de ese contexto, de ese ser universitario, de esa Angélica que hoy estudia una maestría y que ha vivido y sentido el ambiente y la realidad social de la universidad. ¿Hoy como analizas esa realidad social desde la universidad hacia el país?

ANGÉLICA: Aunque hace rato no voy a la universidad, primero por la pandemia y también porque ya no estoy recibiendo clases todos los días, siento que la universidad es un lugar en el que confluye todo un país, es como si fuera un país chiquito, se resume mucho el país en este tipo de centros educativos y más públicos, donde vivimos muchas situaciones parecidas porque tenemos compañeros que viven muy bien, pero también tenemos compañeros que la sufren para ir almorzar y eso hace que podamos tener amigos de todas las áreas y que podamos reconocer además en medio de las clases y de lo que se vive en la universidad, la situación del país en nuestros compañeros. A mí la universidad me ha permitido darme cuenta de la realidad colombiana, también a partir de asambleas y de estos escenarios y actividades colectivas que se hacen en la universidad, he ampliado el espectro de lo que sucede en Colombia y en el mundo. Creo que los temas antes se quedaban en la universidad y la lucha era sólo de estudiantes con temas como el costo de las matrículas y otros problemas sobre todo estudiantes, pero veo que las cosas ya van mucho más allá, ya no es una lucha sólo de estudiantes sino de un pueblo unido que es lo que siempre se ha querido. Siento que la universidad y los jóvenes de la universidad le dan mucha fuerza a la sociedad para que despierten y se den cuenta que deben luchar por sus derechos y eso está muy bien. La universidad es un espacio público y esto se debe mantener. 

PERIODISTA: Además porque en la universidad la lucha no es de uno sino de muchos y esa lucha ha trascendido, con las necesidades de la sociedad, pero también con los valores mismos que se aprenden dentro de la universidad. Hablemos de esos valores que inculcan en la UTP, como la autonomía, la calidad, la excelencia, pero también el respeto, la cordialidad y la solidaridad que se han visto sin duda reflejados en momentos como el actual en el que los estudiantes son protagonistas de las movilizaciones sociales.

ANGÉLICA: Sí, en este tipo de situaciones obviamente hay muchas cosas que se salen de control, pero creo que es la misma organización que se da en medio de los foros, conversatorios y otros espacios entre estudiantes, lo que hace que se tenga una conciencia más clara de lo que es salir a hacer una manifestación, por lo tanto, se entiende cuáles son los fines y la manera de hacerlo correctamente y hay una conciencia más clara que en la universidad se ha aprendido.

PERIODISTA: Ahora hablemos de lo que estás haciendo hoy, del apoyo a distintos proyectos como el del jardín botánico y la Carder desde las ilustraciones de temas ambientales.

ANGÉLICA: Sí, es muy bueno saber que uno sale de la universidad a buscar trabajo y puede trabajar en ilustración y no en otra cosa, es decir, no tener que trabajar en algo que no tiene que ver con mi carrera, es una fortuna poder hacerlo. El proyecto que estamos desarrollando fue realizado por un grupo de amigos y ha sido muy chévere que la universidad y la Carder lo apoyen, hacemos ilustración y animación lo cual nos interesa hace mucho tiempo. Claramente nos interesa también el medio ambiente que está en crisis y debemos cuidar, tener conciencia y aportar en algo desde lo que hago es un sueño cumplido.

También trabajo con una revista que se llamaba Baudó y he estado muy feliz porque he aprendido mucho. Ellos me mandan textos de periodismo, crónicas y reportajes y yo hago las ilustraciones, por lo que a partir de allí también he podido conocer muchas situaciones del país, historias de líderes y demás, que he podido ilustrar y lo cual ha sido muy gratificante e interesante.

PERIODISTA: Para terminar, ¿cuál es el mensaje que le enviarías a la comunidad universitaria, a la sociedad y al país sobre la relevancia de los jóvenes y el papel transformador que estamos cumpliendo en Colombia?

ANGÉLICA: Yo creo que este momento es súper clave y he estado emocionada a pesar de lo malo que ha pasado porque siento que es un momento que todos estábamos esperando hace mucho tiempo y que los jóvenes son los que han llevado la delantera y que si no fuera por esa fuerza que tenemos para poder salir a la calle y aguantar muchos días manifestándonos, creo que no sucedería. De hecho, no sucedía hace muchísimo tiempo.

Creo que, aunque no es una cuestión de sólo estudiantes, los jóvenes hemos podido aportar muy bien a la manifestación porque sabemos cómo organizar las marchas y los recorridos y eso es súper importante, también para las personas de los barrios que quieren salir a manifestarse, los jóvenes terminan siendo el apoyo y la fuerza de salir a la calle para que seamos escuchados. Claramente los adultos tendrán que seguir trabajando y no pueden pasarse un mes en manifestaciones porque es más difícil, entonces creo que la fuerza de los jóvenes es lo que ha levantado todo esto y creo que es muy importante apoyarlos, escucharlos, escuchar siempre lo que sucede en la calle.

A los adultos decirles que hay que escuchar a los jóvenes, ya llevábamos muchísimo tiempo mal, el país no estaba muy bien como para decir que se dañó con este tipo de paros y movilizaciones.

A los abuelos también invitarlos a marchar por cosas como la reforma pensional.

Es un momento de escuchar a los jóvenes, es el momento que tanto estaba esperando Jaime Garzón: el de los jóvenes ideales. Esperamos que no nos sigan matando y que podamos ser jóvenes que luchan, que hablan, que se manifiestan y que eso no sea un peligro en este país.